Los días pasaron y esos dos amanten aun se veían. Era algo inevitable que no se quisieran. Aun que Milk pensaba que todo eso aun estaba mal. Todo era escondido de Bulma. Y en el fondo la morena se sentía mal por todo lo que pasaba. Los guerreros no. Subiendo a su habitación para llevarle toallas limpias a su esposo que estaba en la tina. Le encantaba ayudarlo y mas si podía ver ese cuerpo musculoso masculino. Aun que el guerrero no lo admitiera muchas veces los entrenamientos lo dejaban adolorido. Pero ella sabia que Vegeta era peor. Se podía estar muriendo y su orgullo no permitía quejarse. Pero ella los conocía... a los dos por igual. Entrando al baño, dejando las toallas sonriendole a su esposo. Pero antes de salir Goku no aguanto las ganas de molestarla. Tomándola por la mano para jalarla al agua caliente con todo y ropa. Por que no le sorprendía estar enpapada. Levantándose muy molesta golpeando a su esposo en la cara.
— MIRA COMO ME HAS DEJADO GOKU. — vocifero la morena.
— Te vez hermosa Milk — rió por lo bajo Goku acomodando su cabello.
— Ya callate — dijo soltandose su cabello.
— ¿A donde vas?
— A secarme.
— A noo ven aquí — dijo el guerrero jalándola para tenerla cerca, Besando sus labios y quitando su ropa mojada para que estuvieras expuesta ante el.
Goku se maravillo una vez mas ante la hermosura de su esposa. Siempre le quitaba el aliento cada vez que la veía soltarse el cabello. Sentándola en sima de el poniendo su mentón en el hombro pequeño de Milk. Tomando la mano de ella para besarla. Milk se quedo callada. Sabia que su esposo estaba serio por un propósito. Abrazándola demasiado como con miedo a que ella se fuera corriendo de su lado. Eso significaba que muy pronto se iría. Gohan ya estaba casado y Goten ya era un adolescente. No sabia que planes tenia su esposo. La relación con esos dos había sido duradera sin que Bulma se enterara. Claro era difícil y mas con Vegeta en las fiestas. En muchas ocasiones en príncipe la acorralaba para robarle un beso cuando ella inconcientemente se escapaba de su esposo. Amaba la pasión del príncipe y adoraba la ternura de su guerrero. Transformándose en muchas ocasiones en ese ser perfecto de ambos ser. Siendo mucho mas fácil ese momento de placer entre ellos. Unidos mas por ella que por su misma amistad. Volteándose para quedar a cara de su esposo y besarlo. Goku no se lo espero poniendo sus ojos grandes y sonrojado. Ella era la única mujer que le provocaba sonrojarse de la vergüenza. Gimiendo gentilmente siguiéndole el paso a los labios de su Milk. Tomándola con brusquedad para hacerla de el sin pedirle permiso... como siempre...
— Goku deberiamos llamar a Vegeta — le dijo Milk para ver su contestación.
— Si eso quieres lo buscare — contesto sonriendo.
— No es broma, pero estas raro ¿quieres decirme algo? — pregunte su esposa conociéndolo bien.
— Es que necesito irme a entrenar Milk, por bastante tiempo con Kaiosama pronto habra un torneo y quiero estar preparado.
— Entiendo — contesto entristecida.
— ¿estas molesta? — pregunto tomando su barbilla.
— No...creo que iré a hacer la comida. — dijo Milk con la mirada perdida.
Goku no la soltó negando con la cabeza, oliendo la tristeza de su esposa en todo el baño. Sabia que le dolía cada vez que la dejaba sola pero tenia una responsabilidad muy grande. Y mas que nada miedo a que nuevas amenazas llegaran a la tierra por su causa. Goku siempre parecía sereno e indiferente ante las cosas, pero en el fondo siempre temía por su esposa y su familia y Vegeta lo sabia. Los sayayines sabían esconder muy bien el sentimiento del miedo.
— Cocina después Milk.
— Pero...
— Dejame estar contigo si... luego vas a la cosina — dijo Goku con voz seria con ojos bondadosos pasando sus dedos por el hombro de su mujer.
Milk suspiro, sabia que discutir con Goku en muchas ocasiones era perder. También se traía su carácter. Y cada vez que el se molestaba ella temblaba por que se podian contar las veces con los dedos. Tomando a su esposo en sus brasos, llenadote de el en una pecaminosa excitación poderosa. Viendo como su esposo cambiaba de fase a la ultima. Con ese cabello rubio largo y faciones muy duras. Tomando su cabello en sus manos para mirarlo.
—Por kamisama, eres hermoso — dijo moviéndose al compás de su cadera montaba en sima de el, mordiendo su labio ante la envestida suave.
— No Milk... tu eres hermosa. — dijo penetrándola no solo en su sexo si no boca con boca, tratando de llevarse un poco de su piel y su olor con el.
Cada vez que hacia el amor con ella su esencia se le quedaba en su piel días y semanas aun que se duchara. Imaginando que Vegeta también le pasaba lo mismo. Sintiendo como el sexo de su mujer de lubricaba y palpitaba producto de su aproximación al orgasmo. Acelerando para verla llena de placer y el llenarla con el suyo.
...
En la noche Milk miraba como su esposo dormía. Preparando todo para mañana. El uniforme de su hijo Goten. La comida para el trabajo en el campo de Goku. Sentándose muy sola en la parte de afuera de su casa pensando en las palabras de su esposo. Mirando las estrellas deseando tener esas habilidades de tele transportación para visitar a Goku en el planeta de Kaio. Aun que el le había prometido que volveria ella siempre lo extrañaba mucho. Sonriendo bajando la cabeza, sintiendo el ki de uno de sus amantes. Vegeta tenia la costumbre de visitarla cuando el insecto se dormia. En muchas ocasiones la queria solo para el. No solo para sexo si no para hablar con ella. Una buena platica a la media noche entre dos amigos ocasionales abecés acompañada con una taza de café o te. Besos robados y en algunas noches sexo desmedido. Sentándose a su lado con una camina de tortuga color negra y unos jeans.
— Goku se ira pronto — dijo tapándose mas por el frió.
— Por que no me sorprende. Idiota — contesto el principe con naturalidad y voz suave.
— ¿y si no vuelve esta vez?
— Volverá yo lo haria.
— Pero eres diferente Vegeta.
— ¿Eso es algo malo mujer? — pregunto sonriendo un poco.
— No...amo eso de ti — le dijo mirando como se sonrojaba un poco.
— También en tu boca suena raro, decirme que me amas.
— Es la verdad... — dijo subiendo los hombros la chica.
Se quedaron en silencio. Tomando la mano del príncipe con suavidad para aferrarse a sus dedos aun sentados viendo las estrellas. Escuchando la respiración entrecortada del sayayin esquivando sus miradas. Regalándole la poca más que ella poseía a una mente completamente corrompida por sus años de tortura. Esa paz que ni siquiera Bulma le daba y que en Milk siempre buscaba en las montañas.
— Si el se va... yo estaré — se dedico a contesta.
— Lo se — contesto llevando su mano al rostro para sentir la calidez del guerrero. Parándose de la silla para sentarse en su regazo, sintiendo sus labios recorrer su cuello delgado. Serrando sus ojos para no pensar en nada, dejando que Vegeta le peinara su larga cabellera con sus dedos. Y que le hablara en ese idiota alienijena desconocido.
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Deseos inevitables.
FanfictionUna noche de pasión y deseos que son extremadamente inevitables.