Vegeta estaba cansado de las discusiones con la peli azul. Sentándose en la sala, mirándola fijamente con naturalidad. Sabia que ella no dejaría las cosas así. La conocía demasiado.
― Dime una cosa ¿también te follabas a Goku? ― pregunto con repugnancia.
― MUJER ACASO ESTAS LOCA NO ME GUSTAN LOS HOMBRES QUE TE PASA ME DAN GANAS DE ROMPERTE LA BOCA ― estallo Vegeta tan rojo con ganas de golpeara.
― A si que era solo con Milk ¿No es asi? ¿Por qué demonios no hicieron la fusión con ella y si conmigo.
― Eso es lo que te molesta...bah mujer eres tan predecible...
― Contéstame la pregunta Vegeta.
― Simple por que no aguantarías una noche con los dos eres muy debil y una hipócrita. Mira que mucho disfrutaste estando con Gogeta y no aguantas compartir a tu esposo. ― contesto el sayayin curvando una sonrisa.
Bulma no abofeteo tan fuerte como pudo pero sabia que no le haría el mayor daño. Vegeta sin poder evitarlo pensó en los golpes de Milk que no eran nada comparados con los de su esposa. Logrando sacarle sangre del labio en muchas ocasiones cuando tenían sexo sin Kakaroto. Amando esos momentos sádicos entre ellos dos robados de la vida cotidiana simple.
― ¿Acaso estas enamorado de ella?
Vegeta no le contesto saliendo de la habitación dejando esa pregunta en el aire. Ignorando las miradas asesinas de su mujer.
― Si quieres seguir con esta relación. Te prohíbo que la vuelvas a ver ¿me entendiste?
El príncipe sonrió el nunca seguía ordenes de nadie y su cuerpo era una viva imagen impregnada de cicatrices con hechos fundamentales de sus numerosas desobediencias.
Pero sabia que ya había perdido a Milk la conocía, era incluso mas orgullosa que el y muy moralista. Invadiéndole un poco la tristura por ese motivo. Volteándose en la puerta para mirar nuevamente a la mujer vulgar que para su lamento era su mujer. Maldiciendo el día en que no llego a la tierra mucho antes para pillar a Milk antes que se casara con el bruto de Kakaroto.
― Sabes lo mas gracioso de todo esto mujer. Fue que ella misma quien pidió que las cosas se emparejaran para que no tibieras que abrir la boca. Y que tus palabras no tuvieran ninguna valides. Tal vez seas brillante con los número y la tecnología pero estratégicamente tu cerebro no sirve. En vez de insultarla deberías darle las gracias por el mejor sexo de tu vida maldita vulgar. ― espeto Vegeta riendo saliendo de la sala.
―ERES UN HIJO DE PERRA VEGETAAA....
...
Milk lloraba en silencio debajo de la ducha. Las palabras de la amiga de su esposo le retumbaban en su cabeza, estregándose el cuerpo completamente con repugnancia. ¿Qué había pasado con ella? Había perdido completamente el juicio bajo las caricias y los besos de sus amantes. Goku sabia que su esposa estaba llorando. El olor a roció invadía la habitación, rompiendo la cerradura de la puerta por décima vez. Encontrando a su esposa frenética tallándose la piel dejándola en carne viva.
― MILK BASTA TIENES QUE PARAR ESTO MALDICION ― estallo Goku tomando las manos de su esposa para detenerla.
Ella solo temblaba, con la mirada perdida con su ki muy elevado entre la rabia, la vergüenza y la frustración. Tomándola en sus mano sin importarle que tuviera mojada. Para llevarla a la habitación y sentarla en sima de la cama. Goku le sonrió un poco secando el cabello de su esposa como si fuera una niña. Abecés Milk tenia muchas cosas de Vegeta que de el mismo. El silencio era uno de ellos. Podía estar en silencio por mucho tiempo perdida en un dolor sin decirle nada. Gracias a Kamisama que la conocía de toda la vida y se familiarizaba con cada reacción.
― Estoy muy molesto con Bulma Milk...jama pensé que fuera tan venenosa ― dijo Goku aun secando con suavidad a su mujer.
― Ella tiene razón... ― se reprocho la morena.
―No Milk...no tiene derecho a decir nada las dos están en igualdad de condiciones.
― ¿Cómo pude permitir esto? Sabía que estaba mal y accedí.
― Ya basta ― le corto Goku con seriedad. Buscando una pomada para ponerla en sus piernas rojas y sus manos. ― cada vez que están ansiosa haces esto...― comento viendo la piel enrojecida muy enojado.
― No te enojes conmigo Goku.
― Como no... odio que te hagas daño y mas por tonterías. Ire a ver a Bulma para que te de una disculpa.
― No Goku amor...deja las cosas asi es mejor. Creo que es mejor que dejemos este juego de una vez. ― contesto con decisión Milk tomando a Goku por la mano.
― ¿Estas segura Milk? Yo hago lo que me pidas...pero Vegeta...el realmente te ama Milk... se que le dolerá no verte...a mi me dolería... ― explico Goku con rostro inocente.
― No creo Goku. Vegeta es muy fuerte esta acostumbrado a estas cosas. Tal vez siga como si nada ya sabes lo frio que es el.
― Bueno como quieras...pero tal vez te lleves una sorpresa...Vegeta no es tan frio como piensas. Tal vez tu no lo notaste pero la manera en que te miraba era muy calida es por eso que accedí a todo esto. Además el te hacia feliz, es tu mejor amigo.
― Ya lo se amor...pero es lo mejor, no quiero problemas con Bulma y menos que vaya a contarle a mis hijos.
Goku tomo a Milk con el rostro y la beso con suavidad. Bajando sus manos a sus hombros pequeños y suaves. Abrasándola para sentir más su calor. Sintiendo los pequeños pero fuertes brazos de su esposa rodearle el cuello.
― Me molestare que ella mucho si hace eso Milk...
Milk sollozo un poco en el ancho hombro de su esposo. Sin tener ganas de soltarlo. Dándole gracias a Kamisama por tener un hombre como el.
― Lo echare de menos...
― Lo se Milk...
Milk lo beso para olvidarse de todo esto. Empujándolo hacia ella para que se acostara en sima de la cama de igual manera. Goku sabia que ella quería hacer el amor con el... y el nunca le diría que no. Primero muerto antes que eso y hasta cuando estaba muerto no le decía que no hasta que Kaiosama le dio un buen sermón por hacerle el amor ya que era anti natural. Escuchando de los labios de su amada un te amo, tomando su cuerpo con suavidad y sin ninguna prisa. Lamentándose un poco por su amigo Vegeta...
PERDON POR TARDARME TANTO YAIII GOKU ES TAN KAWAIII LO AMO ESPERO QUE LES HAYA GUSTANDO PD ODIO A BULMA XD.
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Deseos inevitables.
Hayran KurguUna noche de pasión y deseos que son extremadamente inevitables.