Coming back

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(Parte II: I have to go)

-¿Qué se siente cumplir la edad suficiente para tomar, Kurtie?- La sonrisa sarcástica de Santana me daba mala espina, y empecé a temer que mis amigas tuvieran planes no muy sobrios para mi cumpleaños. Después de todo yo era el último en cumplir los veintiuno.

-No sé qué estás planeando, pero puedo asegurarte que ya me está dando miedo.- dije burlándome de su mala fama.

-Gracioso, Hummel. Pero no deberías preocuparte mucho, la idea fue de Rachel así que estarás bien.- eso no sonaba muy bien tampoco, aunque confiaba más en mi mejor amiga, se había estado comportando sospechosa últimamente.

-¿Me puedes decir de qué se trata?- la sonrisa sarcástica regresó a hacer gala y supe que no tendría una respuesta.- Bien, esperaré hasta el viernes.

°  °  °

-¡KURT ELIZABETH HUMMEL! ¡DESPIERTA!- la voz irritablemente conocida de Rachel perforó mis oídos, dándome ganas de enterrarme en mi cama.- ¡Es hora de irnos, Hummel!

-No quiero...- dije tapándome con las cobijas.

-Vamos Kurt, no quieres que a Berry le de una apoplejía.- dijo Santana mientras se metía a las cobijas y entre mis brazos.- Feliz cumpleaños.- susurró contra mi pecho mientras nos sonreíamos el uno al otro. Amaba cuando dejaba esa apariencia dura y mostraba señales de humanidad. Aunque claro el momento se rompió cuando Rachel comenzó a jalar nuestro escudo contra el mundo.

-Ya voy, ya voy.- dije mientras tomaba unos boxers limpios y me metía a la ducha. Sin querer pensé en él. En mi primer (y honestamente único) amor. Blaine Anderson. Después de seis años, la marca de nuestra historia seguía presente, aunque jamás, ni una sola vez durante todo ese tiempo, había sabido de él. Lo seguía extrañando. Y seguía preguntándome qué demonios había pasado ese día tan desastroso.

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Flashback

-Oímos que los Anderson entraron en crisis ayer por la tarde.- los chicos que estaban junto a mí en matemáticas no se molestaron en bajar la voz, aunque me hubiera irritado normalmente ésta vez puse toda la atención que pude.- Dicen que el padre, James, se pasó de copas y comenzó a golpear a Blaine y a su madre.- De acuerdo, dejaría de escuchar, eso era ridículo... 

¿Cierto?

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Cerré la regadera y me sequé el cabello rápidamente, por alguna razón sin importarme en peinarlo como siempre; me enredé una toalla a la cadera y salí del baño para vestirme.

-Vaya, Kurt. No sabía que tenías unas abdominales como esas.- la mirada de Santana, aunque burlona, me hizo consciente de mi cuerpo. Demonios.- Es una pena que nadie lo haya disfrutado aún.

-Eso no lo sabes.- contesté guiñando un ojo, con la intención de molestarla. El efecto fue el que esperaba, porque parecía que su lengua se había atorado en su boca.

-¿Y quién fue el afortunado?- preguntó después de unos minutos. Me iba a resistir a contestar, de no ser porque Rachel decidió intervenir en la conversación.

-No lo conociste, se fue antes de que tu entraras a nuestra escuela.- dijo con suavidad, al tanto de que los recuerdos de ese tiempo de mi vida me golpeaban con fuerza. Lo extrañaba tanto.

-¿Y lo querías?- preguntó Santana. No importaba si le decía sí o no, tenía puesta esa cara de cuando me está leyendo y ella jamás se equivocaba. Algo de un tercer ojo mexicano.

-Lo amaba.- susurré.- Aún lo hago.

°  °  ° 

El viaje a donde fuera que me estuvieran llevado fue increíble y hubiera deseado que no se detuvieran, pero cuando vi que nos dirigíamos a los afueras de Chicago me empecé a entusiasmar. ¿Qué demonios habían planeado? 

Unos veinte minutos después, Santana se estacionó frente a lo que parecía un bar/cafetería, de luces amarillas bajas y ventanas con adornos de hierro forjado, lucía elegante y para ser honestos, muy apropiado para la ocasión. Miré mi ropa, preocupado por no estar a la altura, pero mis jeans negros y camisa azul marino con chaqueta de piel oscura me dieron la confianza de entrar a ese lugar. Mi estómago de repente se puso a saltar, mi cuerpo se sentía caliente y mi sangre corría desesperada por mis venas.

Cuando entramos nos dirigimos directamente a la barra, donde parecía no haber nadie atendiendo, aunque me encargué de dar una rápida inspección al lugar. Techo alto de madera, con candelabros pequeños que brindaban la luz necesaria, mesas circulares con sillas de metal, y un pequeño escenario al fondo, donde descansaban una guitarra y un micrófono. Luego de un par de minutos un chico mayor que nosotros, de cabello castaño y ojos azules, terriblemente familiares, se acercó.

-Buenas noches, chicos. Mi nombre es Cooper, ¿quieren tomar algo?- ¿Cooper? ¿Por qué se me hacía tan conocido? 

-Para mí una cerveza.- dijo Santana sonriéndome. 

-Yo quiero una piña colada, por favor.- pidió Rachel.

-Que sean dos cervezas.- terminé con una sonrisa y un inevitable escrutinio al rostro del hombre.

-Por supuesto.- nos regaló un gesto amable y se giró para preparar la bebida de Rachel y alcanzarnos dos botellas de cerveza.

Me quedó pensando en el chico del otro lado de la barra tan intensamente que no me di cuenta que música había empezado a flotar en el lugar. Fue hasta que Rachel tomó mi mano y susurró: 

-Espero que te guste nuestro regalo.

You're just too good to be true, can't keep my eyes off of you,you feel like heaven to touch,I wanna hold you so much;at long last love has arrived and I thank God I'm alive,you're just too good to be true,can't take my eyes off of you.

Esa voz. ¿Blaine?

Pardon the way that I stare,

there's nothing else to compare,the sight of you makes me weak,there are no words left to speak,but if you feel like I feel.Please let me know that it's real,you're just to good to be true,can't take my eyes off of you.

Sin darme cuenta, estaba parado frente a él, prácticamente a centímetros de su rostro, de sus pestañas, de sus labios; mientras él seguía con los ojos cerrados disfrutando de su música, sin darse cuenta de que por fin, después de años, estábamos juntos de nuevo.

I love you baby,

and if it's quite alright,I need you baby,to warm the lonely nights,I love you baby,trust in me when I say,¡Oh, pretty baby!Don't bring me down I pray ¡Oh, pretty baby!Now that I've found you let me love you baby, let me love you.

La versión que estaba tocando parecía ser más corta y acústica, porque el siguiente verso ganó el título de final cuando lo arrastró lo suficiente para debilitar mis piernas.

You're just too good to be true,

can't take my eyes off of you.

Sus pestañas revolotearon lentamente y con suavidad su mirada se posó en mí. Su expresión pareció quebrarse un poco y cuando se bajó de un salto y me tomó en sus brazos, lo único que pudo decir fue:

-¿Kurt?


Once Upon A TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora