El viaje había comenzado a las doce del mediodía, un vuelo desde Inglaterra hacía California dura en promedió 11 horas, si el vuelo es directo, y así fue.
- Noah, encanto, despierta - sentí una cálida voz susurrar a mi oído. Comencé a abrir mis ojos, mi vista trataba de restablecerse pero aún continuaba nublada, incorpore mi cabeza la cuál estaba recostada al hombro de mi compañero y por último, al despertar completamente, choque con el rostro de Liam que me sonreía con dulzura.
- ¿Qué hora es? - pregunté con mi ronca voz mientras estiraba mis músculos.
- Las once de la noche - dijo haciendo lo mismo.
- ¿Nos bajamos ya? - dí una sonrisa de lado mañanera.
- Claro, ven aquí - luego de pararse me extendió una de sus manos ayudando a levantarme, juntó su cuerpo al mio y me envolvió en un cálido abrazo. Tomó su mochila, yo la mía y salimos del avión.
Como era de esperarse a esta hora, hacia demasiado frío, mis músculos se tensaron con el ambiente y sentí como mis mejillas se coloraban gracias al aire congelado. Cruce mis brazos tratando de encontrar calidez corporal pero no hizo mucho efecto, solo caminaba más rápido para así sentir la calefacción del aeropuerto lo más pronto posible.
Era demasiado tarde, gracias a que llevábamos solo mochilas no teníamos la necesidad de reclamar una maleta pues nuestro equipaje lo llevamos con nosotros en el propio avión.
Al parecer ninguno de los dos teníamos hambre así que sin dejar pasar un segundo más buscamos un taxi y nos encaminamos, por fin, hacia la añorada casa de campo.No pasaron más de cinco minutos en el auto para que cayese dormida posando mi cabeza sobre el hombro de Liam, sentí como su brazo me rodeaba por la espalda recostándome aún más en el, no le dí importancia pues mi cansancio era más grande que cualquier otra cosa.
~ Unas horas depués ~
Abrí mis ojos, por lo que visualice pude notar que estaba boca abajo ya que podía sentir la textura de la tela que cubría mi almohada con mis labios y un poco más al fondo veía una pared, aunque no muy claro ya que no había amanecido y era muy poca la luz que entraba por las ventanas de la habitación. Me removí en la cama en la que creía estar y me senté recogiendo mis piernas trayendo mis rodillas al pecho.
Todo estaba oscuro, por las ventanas entraba una luz tenue que compartían los faroles encendidos a las afueras de lo que fuese esto, gracias a ellos podía distinguir varias partes de la habitación en la que me encontraba, era bastante grande, el "tic tac" de un reloj colgado en la pared y el ulular de un búho eran los únicos sonidos que llegaban a mi. Mi cama era suficientemente grande para que cupiesen dos personas cómodamente, y dependiendo del caso, habría la posibilidad de tres, estaba cubierta por un edredón bastante acogedor y por las paredes se alcanzaban a ver estantes y algunas pequeñas mesas donde la luz no llegaba para distinguir que había en ellas.
De pronto escuche como algo se removía a mis alrededores, bajo mi cama o quizá a los lados, "tic tac, tic tac, tic tac" el reloj no paraba de sonar, sentí como mi corazón palpitaba cada vez más rápido, ¿Saben lo que es no tener ni la menor idea de donde te encuentras y escuchar la presencia de algo o de alguien cerca tuyo en las horas de la madrugada?Horrible.
Comencé a tener una sensación que combinaba miedo y nervios por todos aquellos aspectos lúgubres y misteriosos, pero sin duda mi curiosidad era más grande que cualquier otra cosa, no sé de donde tome las fuerzas para estar decidida de asomarme y ver que estaba pasando. Mis expectativas iban desde algún insecto hasta encontrarme a la niña del exorcista lista para transmitirme su demonio, Noah Lewis cuando es curiosa, es curiosa.

ESTÁS LEYENDO
You, I, We. |Liam Payne.
Fiksi RemajaMuchos creen en el amor a primera vista, yo no se si creer en el, me presento, mi nombre es Noah Lewis, una chica común, de cabellos negros y ojos cafés que comienza una nueva vida en Londres junto a papa, después de vivir por mucho tiempo con mamá...