Tú Eres el Primero

Capítulo 44: Envidia

El café de esta mañana tiene mal sabor, de seguro porque James lo ha hecho y está con exceso de azúcar.

—¿Está bueno? —le pregunta James a Papá.

—Buenísimo —exclama Papá, cuando James baja la mirada Papá se lo traga sin saborearlo y arruga la nariz por lo malo que está.

—Qué bueno que decidí calentar leche —susurra Mamá.

—¿Qué cosa? —pregunta James confundido.

—Dije que ya deberíamos decidir cuál día viajaremos para las vacaciones —¿Viajar? Eso significa... alejarme de Blake.

Ayer luego de que le dije que quizás podíamos charlar con mis Padres para que se quede un tiempo con nosotros, él me dijo que no aceptaría.

—Es la única familia que tengo, si me alejo de él ¿Qué me queda entonces? —agregó mientras miraba el suelo ayer en el parque. No sé cómo ayudarle, mis manos están vacías.

—De hecho —interrumpe Papá mis pensamientos —ya decidí donde y cuando nos iremos.

—–¿Qué? ¿Sin preguntarnos? —pregunta Mamá algo indignada.

—Nos vamos a ir una semana completa a Atlanta, viajaremos temprano el lunes por la mañana y regresaremos el domingo por la noche o el próximo lunes por la mañana supongo, todo depende del vuelo que tomemos de regreso —¿Volar en avión? ¡Oh por Dios! ¿En serio la comida de avión es tan asquerosa como dicen en la tele? Me distraigo con esa pregunta, comienzo a imaginar un montón de platos.

—Ryder —me grita James —¿Tú igual?

—¿Qué cosa? —pregunto, estaba tan concentrado en la comida de avión que olvidé poner atención a la conversación.

—¿Tu igual crees que una semana es muy poco? —problemas de gente millonaria.

—La verdad es que no... tengo mayores observaciones al respecto.

—¡Sí! —exclama Mamá feliz —además, es la primera vez que vamos de vacaciones los cuatro juntos.

—Será divertido —finaliza Papá.

***

Con mucho cansancio, dejo mi maleta en el suelo de la habitación del hotel, agotado me lanzo a la cama y respiro aire fresco cuando James abre la ventana.

—¿Te vas a quedar todo el tiempo acostado sin hacer nada? —pregunta.

—Acabo de llegar, ¿No me dejas descansar cinco minutos?

—Pero dijiste que me acompañarías a la piscina del hotel.

—¡Dios! —tomo la almohada de la cama y se la lanzo en la cara. Durante una semana vamos a compartir habitación por un error de recepción, la habitación de James no fue reservada, pero Alberto logró que nos dieran un cuarto más grande para los dos.

El hotel está rodeado de enormes árboles, aquí todo es tan verde y natural, Papá escogió uno que está al final de la ciudad.

—¿Vas a usar el baño? Quiero darme una ducha antes de salir a comer, ya que no iremos a la piscina hoy.

—Usa el baño —digo medio dormido abrazado a la almohada. James asiente, toma un par de cosas de su maleta y desaparece. Finalmente, un poco de silencio, cierro los ojos para intentar descansar, viajar es horrible. Mucho tiempo sentado, apretado, con baños inhumanos, con calor, con frío, primera clase, pero no vale la pena el gasto.