La cena estaba deliciosa. Las tres nos pedimos algo ligero, una ensalada con queso de cabra y después un pequeño helado de almendras. Este sitio estaba genial, era el sitio que frecuentábamos mas a menudo para tomarnos un café y pasar las aburridas tardes en ese pequeño pueblo.
Tras pagar e ir al baño a darnos los últimos retoques, salimos del restaurante y nos encaminamos hacia la feria. No estaba muy lejos, serían unos diez minutos andando, pero entre que hablábamos sin cesar y no parábamos de encontrarnos a gente conocida del pueblo ya medio ebrios la gran mayoría, se nos pasó volando el paseo.
La feria se cernía sobre nosotras, tan atractiva como siempre. Las luces se reflejaban sobre nuestros emocionados ojos y hacían figuras de colores sobre nuestra piel morena. Me hacian sentir pequeña entre tantas atracciones y luces bailoteando.
-Primero hacemos una ronda y después decidimos donde nos subimos, ¿no? -Dijo Mad.-
-Claro, ¡cómo cada año! -Sonreí emocionada.-
Empezamos a caminar, cada una mirando en una dirección y desviando la mirada hacia otra diferente, en silencio para contemplarlo todo.
Yo buscaba una atracción llamada La Rana, la cual subía, bajaba, daba vueltas hacia delante y atrás y iba bastante rápido. Me encantaba.
-Mirar -dijo Nora de pronto- han puesto una atracción nueva.
Las tres miramos hacia donde ella nos señaló, y vimos un enorme barco donde en medio de este, dentro, tenia unos asientos acolchados, y en cada punta de éste había una cárcel. Dicha atracción consistía en que el barco se balanceaba hasta ponerse casi en pie, quien estaba sentado sentía el cosquilleo de la adrenalina pero parecía ser que lo que realmente era divertido era estar en esas jaulas. Cuando el barco se balanceaba la gente podía levantar los pies mientras se agarraban a las barras.
- ¡Podríamos probarlo! - dije.-
- Tiene buena pinta - siguió Mad.-
- Me apunto - contestó finalmente Nora.-
Las tres nos dirigimos a la paradita que vendía las entradas para la nueva atracción, el hombre tras el mostrador nos sonrió muy amablemente y cuando le dimos el dinero nos entregó por fin las entradas. Nos pusimos ha hacer cola, no había mucha gente, así que cuando la ronda que ya estaba en marcha cesó, era nuestro turno.
Corrimos hacia una de las cárceles, queríamos estar las tres solas así que nada mas entrar cerramos la puerta y cuando la otra cárcel ya estaba llena y cerrada también la gente que no había entrado puso mala cara y se empezó a sentar en los asientos que habían en el centro del barco.
Una estridente bocina sonó cuando el chico que recogía las entradas ya las había recolectado todas y el barco se puso en marcha, primero balanceándose levemente, con delicadeza, y después cada vez enfadándose más.
La adrenalina en nuestros estómagos empezaba a emerger, y empezamos a reír gritando que esta atracción era genial y riéndonos de una manera exagerada cuando ya la atracción iba todo lo rápido que podía. Cuando estábamos arriba del todo se podía ver casi toda la feria. Nos mirábamos unas a otras para ver las caras que poníamos, parecíamos niñas pequeñas que van por primera vez a una feria.
Sentía como un leve cosquilleo empezaba por mis pies y acababa en mi pecho, donde guardaba gritos sordos que expulsaba gracias a la adrenalina.
La atracción empezaba a parar, cada vez mas suave de nuevo, y nosotras respirábamos agitadamente mientras reíamos y nos decíamos que mas tarde deberíamos repetir.
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Dos mundos, un amor.
Romantiek♠ SINOPSIS Un amor entre dos personas diferentes, entre dos culturas totalmente distintas, nada comparables. Él, gitano, callejero, venido de una familia problemática y muy adinerada gracias a la droga y las armas. Ella, paya, venida de una de las f...