Carta 4

352 53 1
                                    

Querido amigo;

Los días como hoy, me traen recuerdos, tanto buenos como malos, pero uno en especifico a llegado a mi memoria, mientras sentía como el viento chocaba con mi cara y las casas con el cielo azul, parecían ser sacadas de una pintura antigua.

Y es que, el viento a estado bastante fuerte, tan fuerte que en las noticias a salido como a tirado varios árboles, pero ese no es el punto.

Hoy, mientras esperaba el mismo vagón de siempre, en el mismo lugar de siempre, apague la música de mi teléfono y me subí a la separación del vacío y la seguridad del lugar.

Y fue como si sintiera esas noches en mi mente, y esos días los reviviera, algo dentro de mi, al abrir los ojos y ver ese paisaje, en lugar de romperse, fue regresado a mi alma, un fragmento de esos que daba por perdidos.

...

El y yo, solíamos fugarnos todo el tiempo, cuando el ya me tenia confianza, cuando yo ya lo veía mas que un amigo, cuando el tiempo era nuestro y sentíamos que las consecuencias ya no importaban.

Fue una época extraña, porque era una época libre de toda preocupación, donde nuestro mundo fue reducido a nosotros dos.

Siempre, fuera la hora que fuera, nos sentábamos en un puente o en el techo de su casa, en el limite del vacío y la seguridad, nos gustaba hacerlo, dejar nuestros pies colgando y tomar nuestras manos.

Por que era cuando sentíamos que tarde o temprano, todo terminaría, y teníamos miedo, miedo a como iba a acabar todo.

Pero en ese momento, podíamos sentir como en el silencio, nos jurábamos por completo, que no nos marcharíamos a ningún lugar.

Que estaríamos juntos, siempre.

A veces, ya en muy pocas ocasiones, me pregunto...donde esta, con quien, si estará bien o no.

Pero me cuestiono mas, sobre si aun me recuerda o no.

Porque, ya sabes, yo fui el único que se quedo hasta el final.

En el puente, en el techo de su casa, con los sentimientos y la lealtad grabada en cada parte de mi.

Y si, con el viento de esta tarde, con el cielo despejado y el sol iluminando todo, con el silencio del lugar, pude recordar...que al final, yo debía de continuar solo.

Querido desconocido, a veces me gustaría platicar de esto con la psicóloga, con mi madre, con mi familia...con el espejo, pero al parecer, tu serás el único que no me juzgara.

Que no dirá lo que debí hacer, que no llorara por mencionar el nombre del que me destrozo, que no hablara mal de mi, y que no me odiara cada día que me vea.

Aun que no me conozcas realmente, aun que yo no sepa ni tu nombre, quiero decirte; gracias.

Y que espero, de corazón, que este viento, como a mi, te traiga buenos recuerdos que te amarren a la realidad.

Lo siento, esta vez, la carta será muy corta, hoy es viernes, y me toca una cita con la psicóloga...

¡Suerte!

Kenneth

P/D: Te seguí gran tramo de tu camino para dejar esta carta, acabas de sonreír...¡Tienes una sonrisa hermosa!

Querido amigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora