capítulo 5

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Cerré mis ojos por un momento, cómo desearía quedarme así. Estoy tan cansada, sólo escuchar su voz, me provoca un pequeño dolor de cabeza.

- ¡Louised!

Abrí los ojos

Me giré y ahí estaba

- hola tía

- ella rió - h-hola

Ya que estaba tambaleante, me acerqué y la cogí por el brazo mientras el olor a alcohol se intensificaba. Ella traía una botella en la mano.

- Louised, ¿a dónde vamos?

- a casa, estás demasiado borracha como para seguir en pie por mucho tiempo.

- ¡¿Qué?! No, a casa no, vamos a un bar. Sólo allí se me olvidará todo, las ancianas también tenemos nuestros momentos.

- ¿Qué? ¡No!, si crees que te odio lo suficiente como para dejarte en un lugar así estás equivocada.

- vamos...abuela, te puedes unir a la fiesta, conseguiré a alguien para ti.

Vaya, ella sí que está ebria. Intento empujarla del brazo y aunque sólo se mueve un poco escucho un tintineo.

- ¡¿trajiste el auto contigo?! - digo asombrada - ¡¿llegaste en él hasta aquí?! - Dios mío ¡ella condujo en este estado!

- Qué pregunta tan tonta, ¿cómo crees que llegaría aquí sin él?, sé que soy una gran persona, pero no vuelo como un ángel Louised.

Dios, como puedo la jalo hasta el auto. Por suerte aprendí a conducir desde muy pequeña por cortesía de sus borracheras.

Estaba conduciendo , y ella empezó a hablar.

- Louised, mira que seria estás. No entiendo porqué no te diviertes un poco - réplica mirándome con gracia.

- si tu concepto de diversión es llegar hasta ese estado, entonces no me interesa - contestó apretando el volante.

- vamos, tienes todo en la vida y no puedes ni sonreír.

- ¿todo en la vida? Disculpa pero si tener todo en la vida significa no ver a tus padres por cinco años y soportar los abusos verbales y físicos de una borracha entonces sí, lo tengo todo en la vida.

Desde un inicio , me dije que no lloraría , pero apenas al terminar la frase, mi rostro ya estaba lleno de lágrimas y mi nariz roja, el sentimiento de impotencia era imposible de aguantar.

Típico.

- bueno, pero a mí deberías de darme un poco de crédito, yo me encargué de ti.

Tenía razón, tal vez no fue la mejor madre, tía o persona en el mundo, pero ella era lo único que tenía, mis abuelos maternos ya habían fallecido y el resto de mi familia vivía lejos de aquí.

- ¿sabes por qué estoy así? - soltó bajando la mirada

En realidad no es que no me interesara, pero estaba distraída estacionado el auto, por lo que no respondí.

- Louised... debes saber... - insistió, mas hice caso omiso.

Salí del auto en cuanto terminé de estacionar y abrí la puerta de mi tía.

- vamos tienes que salir de ahí- dije mientras la apoyaba en mí.

- Louised escúchame - repitió - tienes que saber esto.

La dejé en la entrada de la casa, no quería escuchar sobre sus excusas. Por su parte, ella se dio la vuelta y me miró.

- ¡Louised!

¿Siempre a mí? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora