Capítulo 12 Ángel

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Estoy en el liceo de mi hermano, es noche de Luna llena y una sombra vuela sobre mí, no logro visualizarla por la oscuridad, la luz de la Luna es mi única luz. Siento a mi espíritu fusionado conmigo y las enredaderas me cubren de con sus hojas como si floreciera la primavera. Ante a mí cae del cielo un chico alto y delgado, observo que de su espalda nacen dos alas que se despliegan de un lado a otro y me golpea con una ráfaga de viento, lo cual hace que algunas de mis hojas caigan como si fuera un árbol de otoño. A su lado, aparece una niebla que forma una silueta y es él, el chico misterioso de los ojos rojos y cuelga de su cuello el colmillo, no es cualquier colmillo reconozco que en él está guardada mi sangre. Veo que ellos me miran fijamente y susurran a coro –Únete-.

Despierto y al abrir mis ojos está sobre mí pecho un gato mirándome fijamente a la cara. Lo quedo mirando fijamente, un poco paralizada con esa mirada tan penetrante, que siento que me lee hasta el alma, lo curioso de todo es que reacciono y reconozco que es ese gato blanco que se nos aparecía a Antu y a mí camino a la escuela. Agarro una almohada y lo golpeo, sale espantado corriendo hacia la ventana. Sato de mi cama y lo persigo, al llegar a la ventana veo que cambia de forma con destello y lo envuelven unas alas, estas se despliegan y comienza a volar desapareciendo en unos segundos ante mis ojos, desvaneciéndose en el aire sin dejar ningún rastro. Acabo de ver una silueta de ángel desaparecer frente a mí.

Me devuelvo a la cama y abrazo mi almohada, soñé con el chico de ojos rojos y ahora se me presenta un ángel. Me pongo a pensar sobre los sucesos de este último tiempo, ya no sé qué pensar de todo lo que está sucediendo. Perdí el conocimiento aquel día del evento y me encontraron en la enfermería, después de buscarme desesperadamente por todo el establecimiento Mateo, Antu, mi hermano y sus amigos. Al final no tenía ninguna herida en mi mano y yo recuerdo haberme herido con el rosal, sin embargo la enfermera dijo que no tenía nada, que llegué a ese lugar porque un alumno me llevó y me dejó a su cuidado, ya que me desvanecí frente de él. Sé claramente quién me socorrió después de atacarme ese día, recuerdo perfectamente ese instante a pesar que perdí la conciencia, fue ese chico de aspecto misterioso. Lo peor es que se llevó mi sangre, eso me aterra demasiado y tengo un mal presagio ¿Para qué la quiere?, aunque por mi sueño vi que estaba en su cuello colgada en forma de colmillo.

Ahora, aparece este gato, que no es un gato, es un ángel, todo este tiempo al ir a la escuela con Antu nos ha seguido una criatura angelical y sin duda debe ser el ángel que apareció en mi sueño. ¿Por qué está al lado del chico de los ojos rojos? ¿Qué quisieron decir con su mensaje "únete"? ¿Qué quieren de mí?, no lo sé. No quiero pensar en ello tampoco, con suerte comprendo a Mateo y sus dones.

Tocan la puerta y entran. -¡Lica despertaste! Justo te iba a despertar- Me dice mamá que trae mi desayuno a la cama con mucho entusiasmo.

-Sí desperté, hace poco un gato entró a mi habitación - le digo con enfado mientras me acomodo, aunque ni sospecha tiene que en vez de un gato era un ángel.

-¿Un gato?- Dice mamá riendo,  mientras me pasa mi bandeja.

-¡Qué rico, tostadas con mantequilla, leche y jugo de naranja!- Le digo muy emocionada.

-Me gusta verte animada, aunque no me convences de que estás bien, si sigues así te llevaré al doctor aunque no te guste- me dice mamá con seriedad.

-No es que no me guste ir al doctor, no me gustan los hospitales- Le digo con un poco de miedo.

-Los hospitales no tienen nada, tú eres la miedosa- Me dice riendo mi madre.

-Ya estaré repuesta y no iré a ver a ningún doctor-Le digo con entusiasmo.

-Lo veremos, tómate tu leche calentita y te traeré tu guatero, no sé por qué siempre está tan fría tu pieza- Me dice y me da un beso en la frente.

Encuentro de espíritusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora