Capítulo 10 Mensaje

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Me veo en un jardín con un rosal en medio de edificios, mientras más observo las cercanías reconozco que es el liceo de mi hermano. No hay nadie, eso creo. Sin embargo me equivoco, se acerca un gato, no es cualquier gato, es ese felino que nos encontramos con Antu en las mañanas camino a la escuela, se gana al lado mío con esos ojos penetrante como si leyera el alma. De repente siento una sombra que me cubre desde el cielo y cae alguien de pie frente de mí, está vestido de negro de espaldas, esa persona comienza a mover su mano en el aire. Mientras tanto, en un destello blanco frente a mis ojos el gato se transforma en una persona, un chico alto de cabellos claros y me sonríe. Cuando vuelvo a mirar al otro chico, me voltea a ver con una mirada triste y sus ojos cambian de café a rojos, expulsando de su mano unas siluetas que vienen hacia a mí a atacarme y yo no me puedo mover, estoy paralizada, grito.

-¡Lica! ¡Despierta hermana!- Me grita apenas con su voz afónica Rankura. Me despierto y respiro con agitación, veo a mi hermano y lo abrazo, me caen las lágrimas solas. Él me abraza y me acaricia la cabeza.

-¿Qué sucedió? ¿Qué fueron esos gritos?-Dice mi mamá que llega con apuro a mi pieza y tras de ella la Alaska ladrando como una perra loca.

-Una pesadilla- Dice mi hermano y apena le sale su voz, mientras me tiene abrazada.

-¿Qué Soñaste?- Me pregunta mi mamá mientras se acerca a nosotros.

-No sé, no lo recuerdo- Les digo, no recuerdo mi sueño mientras me caen lágrimas.

-Tranquila hija, sólo fue una pesadilla, olvida ese mal sueño - Me dice y me llena de besitos en la frente. Rankura se coloca de pie y me mira diciendo –Recuerda el ensayo-. Su voz se escucha casi como si lo estuvieran asfixiando y se retira de mi habitación con un sonrisa.

-¿Qué canción? Pregunto mirando a mi mamá.

-¿Qué canción? Ayer cuando llegaste de tu visita de la casa de Mateo, tu hermano dijo que cantarías en su lugar, ¿Lo olvidaste? ¿Cómo olvidas algunas cosas?- Dice mi madre riéndose.

-¡Ah! Esa canción, para que participe en el show cultural de los profesores- Digo.

-Sí, hija te levantas, tomas desayuno y comienzan el ensayo, porque están por llegar los amigos de tu hermano para ensayar- Me dice mi madre sonriendo y limpiándome mis lágrimas. Sí le indico con mi cabeza, mi madre se va con la Alaska, dejándome sola en la habitación.

Todavía tengo una sensación de susto, no recuerdo lo que soñé, mucho menos por qué desperté gritando y llorando. Tendrá relación con los espíritus. Se me viene inmediatamente Mateo a la mente, es curioso, pero sólo con recordarlo, me envuelve una paz y recordar el día de ayer me llena de alegría instantánea. Después de nuestro momento en la habitación de artes esotéricas, pasamos a las clases de chef con Mateo y su madre, mi profesora de Artes. Antu y yo somos pésimas para la cocina, pero él se lució con la preparación de lasaña, estaba deliciosa y el postre de leche asada casera estuvo riquísimo. Luego para finalizar el día, la naturaleza nos regaló lluvia y nos vinieron a dejar en auto a nuestras casas, esta vez Mateo no me besó en la boca, sólo se despidió con un beso en la frente. Qué día más curioso el de ayer, es inevitable no recordarlo.

Hoy llueve, con un día así mejor me quedo en la cama viendo anime o películas, pero como me contrataron en la banda de mi hermano para ese famoso espectáculo en su liceo, hoy debo practicar y cantar, ellos dicen que canto bien y debería ser la segunda voz de la banda, pero a mí me apasiona más el arte de pintar que de cantar, además cantan en inglés odio tanto el inglés. Ahora, sólo les hago un favor, ya que Rankura está afónico y no puede cantar para su famoso show. Hoy andaré de buzo y chaleco gris más mis pantuflas, me haré dos trenzas y listo, es fin de semana estoy en mi casa y no tengo a nadie que impresionar.

Encuentro de espíritusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora