Capítulo 11 Sangre

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El sábado pasé un susto, no me creyeron que vi a alguien en mi pieza y me molestaron en el almuerzo, diciendo que me asusto con los truenos. Ahora, mi hermano se ha ido a quedar conmigo a mi dormitorio y duerme en el sillón cama para cuidarme, además de nuevo estoy con las pesadillas, ayer domingo desperté gritando y llorando otra vez, sin recordar lo que sueño, hoy lunes se repitió lo mismo. Lo más curioso es que amanezco toda adolorida y con más moretones, sobre eso no le he contado a nadie acá en casa, se lo contaré a mis amigos. Lo otro es que la Alaska no quiere entrar a mi pieza y ladra desde la puerta, esto me provoca mala espina.

Hoy es lunes y llegó el gran día, ensayamos el sábado y ayer con Víctor e Ian para la presentación. Yo ya estoy lista, con mi chaqueta verde musgo, mis jeans de color gris y mis chapulinas verdes, tiro mucha pinta, además me peiné como hippie, me veo un poco distinta a lo que me acostumbro a ver con mi pinta entre rockera y oscurita como dice mi hermano. Estoy muy feliz porque Mateo y Antu estarán en el evento, vamos camino al liceo, mi hermano lleva su guitarra y yo me voy cantando la canción mientras nos vamos caminando. A las 12 del día nos presentamos con los chicos.

Al llegar al liceo visualizo a Mateo y Antu conversando. Antu se voltea y grita ¡Licaaaaaaaaaaaaaaaaaa!-. Ella viene corriendo hacia a mí mientras que Mateo viene tras de ella caminando. Ella me abraza fuertemente.

-Qué linda te ves con ese cabello ondulado y esa trenza hippie que te cruza la frente - Me dice suspirando Antu. Mientras Mateo le da la mano a Rankura.

¡Hola Lica!- Me dice Mateo mirándome con seriedad y me abraza. Me toma mis manos. Mientras Antu saluda a mi hermano.

-Lica te espero en el auditorio- me dice mi hermano con su voz más clara, hoy no está afónico. Me queda mirando raro y le cierro un ojo sonriendo. Se va al liceo.

-No estás bien, tu campo energético está debilitado- Me dice Mateo con enfado. Antu se queda impactada con la reacción de Mateo y le pregunta -¿De qué hablas?-.

-No recuerdo lo que sueño y amanezco con moretones- Le digo mirándolo con inocencia a los ojos. Antu me queda mirando con esa típica cara de impacto que dan ganas de fotografiar, en verdad es como si estuviera pasando por un infarto, está paralizada con sus ojos gigantescos y la boca abierta sin hablar ninguna palabra.

-Un demonio- Dice Mateo con rabia.

-Un demonio- decimos a coro con Antu mirándolo sorprendida.

-Sí chicas, los demonios existen como los ángeles y otras criaturas mágicas de los cuentos de hadas- Nos dice Mateo enojado. Me da un beso en la frente y me abraza unos segundos con sus ojos cerrados. Mateo me envuelve en una energía cálida que me revitaliza, incluso no siento ningún dolor.

-Gracias- Le digo, cuando me deja de abrazar. Me mira y dice- Esto deberías hacerlo tú con tu espíritu, no yo- con una sonrisa dulce en sus labios.

-Estoy bien- Afirmo.

-Me pregunto qué demonio te atacó- Dice Mateo con voz de preocupación.

-Sé qué estás preocupado, pero no es momento ni el lugar para hablar de este tema. Aló, aló, aló, llamando a Mateo y Lica, hay que entrar al liceo, se hace tarde- Dice Antu y nos toma de la mano a ambos y nos lleva casi arrastrando al liceo.

En el liceo se nota la atmósfera de fiesta, hay muchos jóvenes y gente adulta conversando en el patio, se escucha la música de los artistas que están participando, están compartiendo panfletos sobre la causa del paro Docente. De lejos observamos a nuestras profesoras de la escuela, que nos saludan con su mano alzada con un hola, creo que están los docentes de Quinta Normal más los estudiantes del liceo, pues hay hartos chicos alrededor. Voy detrás de Antu, pues nos soltó las manos porque quedó maravillada con el Liceo e insistió que quiere estudiar aquí, lamentando que nos iremos con Mateo al experimental artístico.

Encuentro de espíritusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora