Capitulo 2

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         << La presa más débil, siempre sale lastimada >>

Mire con cautela los árboles y el viento los movió parecían bailar al compás de este.

      Entendí porque mi reflejo estaba asustado, los ojos amarillos entre el bosque me paralizaron, algo oscuro y tenebroso avanzaba asía mi de prisa.

Me quedé paralizada por un momento, los animales tienden a huir cuando ven a los humanos o eso creía yo. Este animal era algo mucho más salvaje y oscuro. Su mirada reflejaba furia, dolor y odio.

Corrí asía tras cuando el cristal se hizo pedasos y me dejó ver la criatura, un enorme lobo estaba a solo pasos de mi. Sus dientes relucieron bajo la oscuridad.

Me quedé inmóvil donde estaba y intente no aser ningún movimiento que lo asustara pues me atacaría. Sus ojos me recorrieron de arriba a bajo y me sentí incómoda, el gruñido que salió de su pecho me hizo avanzar escaleras arriba.

     La presión en mi cabeza aumentaba y el dolor crecía, camine por las escaleras entre tropezones sujetándome del barandal de esta. Una vez en el segundo piso corrí asía el baño y puse llave. Caí al suelo y comense a llorar mientras tapaba mis oídos. Los gritos de mi interior querían salir.

Nisiquiera había pensado en llamar a mi madre. Mire la puerta y los golpes comenzaron a asustarme. Los gruñidos eran escalofriantes. Serré los ojos con fuerza mientras tapaba mis oídos para olvidar lo que sucedía pero no funcionaba.

- Por favor, ya - comencé a gritar pues temí que el el lobo  jamas se detuviera. - Detente...

Tal vez era una simple broma que me asía mi conciencia así que con cuidado tome las tijeras que estaban en una de las gavetas del lavamanos y levante la manga de la camisa cortando una vez más mi brazo, la sangre comenzó a salir y mordí mi labio mientras intentaba detener los gritos y llanto que salían de mi.

Odiaba sentirme de esa manera pero era la única forma de sentirme tranquila.

Todo quedó en silencio, sostuve con fuerza las tijeras y me acerque a la puerta. Con cuidado me dispuse abrirla, no había nada. Sólo rasguños...

Me sostuve de la pared temblando y comencé a respirar pausadamente.

- Nalina llegamos, amor, baja traemos algo para que comas - la voz de mi mamá me volvió a la realidad.

Baje las escaleras corriendo entre caídas y llanto su rostro palideció cuando me vio.

El rostro de Andrés, el novio de mi madre se notaba más que preocupado. Jamás había sentido el impulso de abalansarme sobre el como lo había hecho, sus brazos rodearon mi cuerpo y abreto con fuerza su agarre en mi cintura.

Todo me temblaba - Tranquila amor estas bien - negue mientras me escondía en su pecho aún llorando.

Mamá desapareció y pude escucharla desde donde estaba.

- Bueno, quiero hablar con el doctor Ernesto es urgente por favor.

- Nalina amor que paso - mire a Andrés que me estudiaba la herida preocupado, negué mientras volvía a abrazarlo con miedo.

Sentí sus labios atraves de mi cabello y su respiración acelerada mientras me tomaba en brazos para llevarme a mi cuarto.

Se quedó inmóvil cuando vio la puerta de el baño. Mi rostro viajó a su cuello y este aspiró con furia. Continuó caminando y me depósito en la cama con cautela.

Busco unas gasas y me cubrió la cortada.

- Nalina estas más calmada - escondí mi rostro en las almohadas - te traje un té - apreté las manos con fuerza y para mi sorpresa otras las sostuvieron.

La sonrisa cálida de Andrés me tranquilizó por un instante.

- Será mejor que la dejes descansar, aún está muy asustada.

- Que pudo ponerla en ese estado, Dios esto se me sale de las manos Andrés.

- Yo me quedo con ella ve a descansar...

Dicho aquello mi madre salió dejándonos solos. Mi pecho dolía como nunca y podía sentir la manera en la que temblaba eso no era algo normal. Mi espalda chocó con el pecho de Andrés que estaba acostado cerca de mi, demaciado quizás. Su respiración en mi oído era lo único que me calmaba.

- Respira amor todo va estar bien yo no dejaré que te dañe. No volveré a dejar que te lastime.

Asentí atontada mientras mis ojos se cerraban. Me levantaba asustada a cada minuto pero todo volvía a la normalidad cuando Andrés me aferraba más a él, habíamos pasado la noche entre pesadillas.

***********

Al abrir los ojos el dolor en mi brazo se hizo presente. Gemi de dolor cuando lo acaricie con suavidad.

- Ahora vamos hablar - Andrés me miraba con intriga.
Asentí con temor pues pensaría que estaba loca.

- No se lo que paso.

- Nalina el cristal de la puerta trasera esta roto y la puerta del baño está rasguñada como si un animal hubiera intentado entrar, pero sólo estabas tú cuando llegamos, que paso...

Como era de esperar los nervios y la angustia me invadieron. Me levante pero antes de poder moverme Andrés me detuvo.

- Sólo era algún animal salvaje, no lose de acuerdo. - no diría que era un lobo.

Su rostro se acercó al mío, retrocedí y algo muy adentro grito que me alejara de la única persona que me ayudaría. - Preciosa, Alejate de Sebastian no lo volveré a decir, no es bueno para ti.

- Bueno, jamás me había hablado, nunca me miró, quieres que me aleje de alguien que quizás no vuelva a ver porque seamos sinceros Mirame - le vante mis brazos con los ojos aguados - quien podría ser amigo de alguien como yo.

En aquel momento sólo quería escapar salir huyendo era una buena opción, pero sólo aquellos que tenían el valor podían y yo no estaba en esa lista.

- No puedes ver lo hermosa que eres y no lo harás hasta que estés sana ve al tratamiento pasa unos días en el y vuelve limpia. cuando eso pase yo mismo te diré quién podría interesarse en ti.

- Quieres que me interne.

- Si

- Tu no eres mi padre y no voy aser algo que me aleje de mi madre.

- Nunca has pensado en mí Nalina, nunca te he importado. Por que lo que paso aquí ase horas atrás demostró lo contrario. - mi pecho comenzó a doler - Nalina - intento tocarme pero en esos momentos la puerta se abrió dejándome ver a un Sebastian bastante molesto.





Holaaa voten y comenten gracias por los comentarios ❤❤❤❤. Espero tratar esta historia con más calma y tranquilidad. ❤❤❤❤❤❤❤ Gracias...

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