Puedes llegar a ver el alma de una persona si miras largo tiempo a través de sus ojos.
Tal vez eso era lo que me mantenía con mi mano alargada asia aquella criatura. Su gruñido basto para apartar la mano de el con rapidez.
- Sebastian eres tu - el susurro desapareció cuando el lobo se lanzo sobre mi con los dientes por fuera.
El grito que salio de mi recorrió cada rincón del espeso bosque. Sus dientes mordieron mi cintura con fuerza y la sangre mancho el pelaje del lobo. Yo era su presa a pesar de ser su luna.
Sus garras se introdujeron en mi camisa provocando que se rompiera y me lastimara. Podía ver a la perfección las marcas de sus garras en mi piel.
El dolor era insoportable, y si aquel lobo era Sebastian estaba mas que claro que me odiaba.
Sentí los dientes de la bestia en mi pierna derecha otro grito salio de mi cuando mordió pero esta vez me arrastro asia dentro del bosque mucho mas adentro de lo que debía estar.
- Auxilio - grite mientras me intentaba sostener de las piedras y arboles que pasaban por mi lado deprisa. Me había golpeado el rostro y lo podía sentir sangrando pues aquel animal había olvidado que yo era humana y que no me curaba rápido.
Mi madre me había contado bastante cosas de los lobos en sus estúpidas historias que ahora eran la realidad.
Me lanzo asia un claro y me miro con intensidad desde una distancia razonable. Aprovechando que tal vez se había cansado de lastimarme. Revise mis heridas sangrantes.
Claro que todo quedo en segundo lugar cuando mire la linea gruesa que dividía al lobo de mi. Puedo decir que el dolor desapareció. Claro me había lanzado a propósito pero que había tras la linea donde me encontraba mordida y lastimada.
El lobo comenzó a caminar de lado a lado con inquietud como si esperara algo con mucha ansiedad.
Me quedo claro que era al escuchar las hojas crujir cerca de mi. Con temor levante la mirada para encontrarme con unos dientes en mi dirección.
Nisiquiera pude gritar pues la voz no me salia. Comencé a respirar con miedo. << Hay algunas fronteras que no debes cruzar >> por supuesto toda la mala suerte venia asia mi como si fuera un imán.
Mis ojos viajaron al otro lado de la linea para ver al lobo que según yo era Sebastian.
La verdad era que mi madre se había enamorado de Andrés demasiado rápido. No llevaban una semana cuando el ya estaba viviendo con nosotras. Tal vez se sentía segura junto a el.
Yo buscaba lo mismo pero jamas lo tendría.
Retrocedí con cautela pues algún movimiento brusco y mi vida terminaría. El lobo junto a mi dejo de gruñir y opto por acostarse como perro cualquiera.
Lo entendí Sebastian no había intentado lanzarme a la frontera había sido una equivocación. Solo estaba esperando a que saliera.
- Nalina que demonios haces aquí - el grito de Andrés me dejó inmóvil.
- Estabas durmiendo cuando salí - susurré bajo mientras lo miraba sorprendida .
- Ven conmigo - me sujeto por el brazo mientras el lobo al otro lado comenzó a aullar de una manera aterradora.
Andrés me soltó para luego levantar las manos al aire. - Si no quieres que la toque ven por mi. - grito al lobo que ahora estaba segura era Sebastian. Volvió a tomar mi mano.
Miro mi cuerpo y apretó la mandíbula. Tomo su camisa y se la quito para luego ayudarme a ponérmela. Sentía como la sangre la manchaba. Andrés recorrió mis brazos con suavidad mirando con detenimiento las cicatrices.
Al levantar la mirada pude ver a Sebastian mirando con detenimiento lo que Andrés había acariciado segundos antes.
Escondí mis brazos con miedo y me aferre a la única persona que me daría protección.
O eso pensaba yo...
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Soy Luna...
WerewolfHay cosas que tal vez nunca llegaría a entender, cosas difíciles de comprender otras que quizás jamás logre descifrar. Mi nombre es Nalina y puedo asegurarte que estoy maldita. Terminar enamorada de un ser oscuro y dañino no estaba en mis planes, ta...