Capítulo 4

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Deseaba que la madrugada del jueves no le fuese tan corta en cuanto despertaba. ¿Qué tendría que hacer para descansar el tiempo justo y un extra más? ¿Volver a su casa a las seis de la tarde para dormir todo lo que quisiera?
Estaba sintiéndose mal, presionada. No quería llegar al extremo de ir al psicólogo. "-Calma, Chazy... todo está bien... y todo estará bien-" intentaba darse ánimos pero terminó golpeando a la almohada como si fuese realmente la cara de Bach Junior.
Su aspecto no era el mejor. No había aparecido desarreglada desde aquel día que estando de pasante, llegó tarde y todo decidió ese día, jugarle en contra.
Se vio en el reflejo del ascensor, estaba hecha un asco a su ver pero no le importaba demasiado. Su cabello atado casi con una gomita para el pelo con los elásticos cortados, su camisa sin planchar y mal abotonada, si saco sin abrochar, su chalina anudada a lo que le importaba, su pantalón con algunas manchas de café y ¿salsa?, y desde luego sin maquillaje, y casi sin percibirsele el rico aroma de su perfume que amaba usar.
Olivia la vio llegar y casi que la confundía con una pordiosera si no fuese porque traía su gafete y el bolso que la acompañaba desde hacía tres años.
En completo silencio, se puso detrás de ella observándola curiosa hasta que terminara de abrir la puerta de su despacho. Al entrar, su delicada actitud de sentarse en su silla, se había perdido: se dejó caer como quién deja caer una bolsa de papas, no le interesaba mucho agradarle a alguien ese día.

-Char... ¿te...?
-¿Si me pasa algo? ¿No... por qué? ¿por mis fachas? noooo, simplemente hoy quiero pasar de todo.
-¿Y como es "pasar de todo"?
-Pues, vistiéndome como estoy ahora, con mi cabello así- estiró algunas mechas que cayeron sobre sus hombros -a cara lavada, este pantalón holgado...
-Pues... me parece perfecto.
-Si, ¿no? Hoy solo quiero relajarme, no hacer absolutamente nada.
-Bien. Entonces... ¿qué le digo a los empresarios de Canadá? ¿€Qué hoy no asistirás a la junta porque quieres "pasar de todo"?- los ojos de Charlize iban agrandándose a medida que su amiga seguía preguntándole -¿Ya pensaste en que tengo que decirle a Sebastian?
-¿Canadá? ¡Canadá!- se levantó de su silla alarmada -espera... ¿qué día es hoy?
-Viernes...
-¡Mierda!- se tomó de su frente -lo olvidé por completo, ¡carajo! ¡carajo! ¡carajo!
-Chazy, ¡¿pero cómo?! ayer repasamos tu agenda, te mandé un mail memo, vengo diciéndotelo desde hace dos semanas... ¡¿qué te ocurre?!
-Si lo supiera, te lo diría, ¡pero ni yo lo sé! ¡Mierda, los canadienses! ¡me van a echar! Me voy a quedar sin empleo. Mira estas facha que cargo. ¿Los voy a ahuyentar! ¡Bach va a matarme!
-¡Cálmate! ¡Cálmate! ¿Tienes los informes?
-Si, si, aquí, solo tienes que imprimirlos- tomó un cd de uno de los cajones de su escritorio y se lo dió a su secretaria para que hiciera copias.

Olivia salió rápido dejando olvidada la agenda sobre el escritorio de la administradora. Char aprovechó y le echó un vistazo dándose cuenta de que tenía unas horas para ir a su apartamento para arreglarse.
Le dejó una nota a su amiga antes de salir disparada nuevamente del edificio para ir a alistarse, como debía haberlo hecho esa mañana temprano.
Salió con la cabeza agachada colocándose sus anteojos de sol, intentando pasar desapercibida, cuando chocó contra el pecho de alguien.

-Disculpe, no lo...- al levantar su vista, él la sostenía por sus brazos y con disimulo los presionaba bajando lentamente sus manos.
-Señorita Martens... buen día- su voz la desestabilizó. Su idea de que nadie la viese salir se había estropeado.

Sintió ganas de empujarlo e insultarlo por haber arruinado su vida laborar ideal, pero a la vez su sonrisa y su mirada la mantenían cautivada, prendida de él. Se relajó, pidió disculpas y se zafó de su agarre. Casi llegaba a la puerta de entrada cuando la detuvo con un fuerte llamado de atención.

-¡¿A dónde cree que va?!- todo el mundo quedó mirándolos a ambos pero por sobre todo, a ella que estaba sonrojada. Le parecía un momento genial, otro que sumar a su lista de razones por las cuales odiarlo.
-Es que...- sintió como iba acercándose a ella. Él tenía una ceja arqueada, con expresión de enojo -hoy es la reunión con los canadienses y lo olvidé... iba a cambiarme de ropa. Estoy...
-Ve...- se sorprendió al escucharlo -si es lo que quieres hacer, ve. Pero quiero que estés puntual, incluso, media hora antes de que lleguen, de acuerdo?

Take My Breath Away(Sebastian Bach) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora