Capítulo 5

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Era una noche que aparentaba ser increíble. Sentadas a la barra, las amigas conversaban animadas recordando viejos tiempos.
El bar había cambiado bastante desde que habían dejado de ser asiduas al lugar. Solía ser un ambiente tranquilo, con poca gente, relajado que no se reflejaba en la actualidad; ahora era distinto, la música era otra, la gente tenía atuendos distintos, pero ellas estaban casi vestidas como para la ocasión.
Él entró con dos de sus amigos acaparando las miradas de varias mujeres a su alrededor. Se dirigieron los tres a la barra sin importarles demasiado ir de conquista, pero estaban abiertos a la posibilidad. Saludaron al barman quien les dio sus primeros tragos de la noche.
Mientras Sebastian bebía su cerveza helada y conversaba con los chicos, por un momento desvió su mirada a unas piernas cubiertas por unas medias finas que conocía de cerca.
Estaba sola. Se dedicó a devorarla con la mirada por unos minutos hasta tomar el valor suficiente de acercásele. Tenía un vestido negro que seducía. En realidad, el gerente no sabía si estaba aún mucho más sexy con ese vestido o ella ya lo era por naturaleza. La veía acomodarse el cabello y sentía que su corazón le latía más fuerte de lo debido.
Le sorprendió verla sacar una cajetilla de cigarrillos. Se separó de la barra y fue a ofrecerle fuego inmediatamente en lo que ella buscaba un encendedor.

-Ah, Gracias- dijo ella dándo una calada para luego mirarlo diréctamente a su rostro y quedó anonadada.
-De nada- esbozó una gran sonrisa -estás sola?
-N-no- miró en dirección al baño para ver si Olivia regresaba -vine con mi amiga.
-Vaya... y, qué tomas?
-Daikiri- no le interesaba demasiado entablar una charla con él y menos un sábado por la noche en lo que eran sus horas de descanso.
-Estoy con unos amigos. Puedo... venir con ellos a hacerles compañía- aunque no quería rechazarlo con el feroz desprecio que le tenía, fue lo más amable que se permitió.
-Es que... si no me lo tomas a mal... la intención de venir aquí con mi amiga es esa: estar las dos solas- asintió.
-De acuerdo. Entonces en ese caso, que tengan una agradable velada- sonrió y se dio la vuelta para volver con sus amigos.

En esos metros que los separaban, Olivia volvía a su lugar y él con un ligero gesto, la saludó. Ella se quedó pasmada al verlo.
Le impresionó verlo con su atuendo real fuera de la empresa: una remera negra, jeans con roturas sueltos, su chaqueta de cuero negro con flecos y unas botas increíbles.
Al llegar a la mesa, observó a Char algo incómoda, la conocía perfectamente.

-Has visto quién está aquí?- la interrogó.
-Si. Me ha dado fuego- Olivia soltó una risa pícara -qué es lo gracioso?
-Que por más que lo odies, él insiste en estar cerca de ti- Chazy la miró con cierto desencanto. Su amiga puso sus mano sobre la que ella tenía en la barra -Se le nota a leguas que le encantas- la joven se atoró con el humo del cigarro casi hasta lagrimear.
-Que...- tomaba un sorbo de su trago intentando respirar -es lo que estás diciendo?- pasó sus dedos por debajo de sus párpados -mira lo que has hecho! ya se me corrió el maquillaje por tu culpa!
-Mi culpa?
-Si! Te has escuchado acaso lo que dijiste?
-Que tiene? Sería un gran partido si no lo detestaras tanto.

Acto seguido, Charlize ordenó que le sirvieran una cerveza. Usualmente no tomaba demasiado, de hecho, ese era el primer daikiri de la noche, y ni siquiera era un trago para emborracharse.
Al cabo de una hora, estaba completamente ebria y ni siquiera podía mantenerse sentada. A penas si pudo levantarse de su asiento y comenzó a tambalear por la inestabilidad que le ofrecían sus tacones.
Para ir al baño, tendría que pasar cerca de su jefe y no podía permitir que la viese en ese estado. Caminaba lo más derecha que podía disimulando, a su pensar, patético estado. No era necesario que bebiera tanto, lo hizo por el miedo que le provocaba pensar que su jefe la deseaba.
En cuanto Sebastian se dio la vuelta para marcharse del lugar, tropezó con ella. Casi logra pasar de él sin que se diera cuenta, si no fuese porque terminó en sus brazos cuando perdió el equilibrio.

-Hey, hey... si tocas el suelo vas a golpearte horrible- le dijo sosteniéndola de su cadera y su nuca.

Sus miradas se encontraron y sintió un escalofrío recorrerle todo el cuerpo. Un terrible sacudón en el esófago, le anunciaba que su hígado no soportaba la poca ingesta de alcohol a la que había sido sometido.
Sebastian la ayudó a ponerse de pie, y en una alocada carrera hacia el tocador, casi cae sobre varias mesas y asistentes. Empujando a otras mujeres, logró llegar a uno de los inodoros justo cuando comenzó a devolver todo, la cena, el postre, daikiri, cerveza y un café que había tomado esa tarde con su asistente. Se sentía fatal.
Olivia acudió en su ayuda. Le ayudó a lavarse la cara, las manos, la hacía beber agua como podía.
Salieron del bar y esperaron por un taxi.

-Oye... estás bien?- interrogó su jefe poniendo una de sus manos en el hombro de Char.
-Si, gracias, jefe. Ella estará bien. La acompañaré a su apartamento. No se preocupe.
-Esta bien. Escucha... fuera del trabajo llamáme Sebastian, de acuerdo? trátame de "tú".
-Si, como usted... como tú digas. Gracias por haberla salvado de caerse.
-Fue un acto reflejo. Me alegra haber estado ahí y fui muy torpe al girarme sin poner cuidado.
-De acuerdo- dijo Oli apresurando la charla puesto que un taxi estaba disponible esperando por las amigas -me ayudas a cargarla?- Sebastian cargó a Chazy hasta el auto. Estaba prácticamente dormida.
-No necesitarás ayuda con ella al llegar a su apartamento?
-No, intentaré mantenerla despierta... por seguridad. Gracias nuevamente.

Se despidió de su jefe mientras se subía al coche.
A Olivia no le parecía un mal tipo, pero no estaba conforme con tenerlo como gerente. De cierta manera le molestaba que el puesto que él ocupaba no era de su amiga, porque realmente se lo merecía. Aún se preguntaba en que pensó Bach padre al designar a su hijo al puesto que dejaba.
Miró a Char con ternura mientras le apartaba el cabello del rostro.

-Mantente despierta, en un momento llegaremos.

Al día siguiente, Charlize se despertó con un fuerte dolor de cabeza, su estómago le dolía y sentía demasiada hambre y sed.
Se levantó con toda la pesadumbre del mundo y fue hasta la cocina a buscar agua. Volvió a la sala con un vaso en la mano para ver la hora que era. Olivia a penas se movió y Char la vio llevándose un susto casi de muerte.

-Por Dios!- dijo tomándose del pecho -te quedaste aquí.
-Si... por si se te ofrecía algo- balbuceó como pudo -cómo te sientes?
-Para el mismísimo infierno- se sentó despacio en un sillón -se me parte la cabeza y me duele aquí- dijo refregándose el cuello.
-Para la vomitada agresiva que sufriste, tiene que dolerte el esófago.
-Sucedió algo anoche? Hice alguna locura rara? Cantar parada sobre el mostrador? Una mesa? algo?
-No, para nada, pero... Sebastian, fue tu héroe anoche...- le dijo en tono burlón.
-Héroe?- intentó hacer memoria -diablos! Por eso comencé a tomar. Maldito Bach!- dijo a regañadientes.
-Maldito y todo lo que quieras, pero te salvó de que te dieras el golpe de tu vida por estar ebria.
-Entonces no fue un sueño.
-Qué cosa?
-Soñe todo lo que estuve dormida con sus ojos, su rostro estaba aquí- se acercó una de sus manos a su cara -bien frente a mi, a centímetros. Pensé que lo había soñado.
-Y tú que lo detestas. Bien dicen que los que se pelean se aman- Char hizo una mueca de desagrado -aunque a ti no te guste... no tomará demasiado tiempo en que comience a agradarte aunque sea un poco.
-Cállate!- le lanzó un almohadón -Eso no ocurrirá. Ni aunque fuese el último hombre sobre la tierra- se quedó tildada unos segundos y recordó la cara de su jefe muy cerca de la de ella. Sacudió su cabeza y volvió a beber de su vaso para calmar el fuego que estaba sintiendo internamente, pero no de pasión, la resaca le estaba jugando una muy mala pasada.

Take My Breath Away(Sebastian Bach) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora