Palabras al azar

Lo prometi...

Me levanté del suelo, me seque las lágrimas con la manga de la campera y mire fijamente la lápida que tenía enfrente.

Federico Racnic

Gran estudiante, amigo, novio, hijo y persona.

Desde 1997 a 2016.

-Haré lo que me dijiste que haga, mi amor- dije mientras dejaba una rosa al lado de su tumba, de mi Fede...

Me puse la capucha y empecé a caminar para salir del cementerio. Llegue a mi departamento, agarre la laptop empecé a pedir cosas por internet, contacte a un amigo que tenia una tienda de armas. Cerré la laptop, busque algo de plata que tenía y salí directo al centro.
Busque la armería de mi amigo, busque lo que le había pedido y le pague. Luego busque un lugar para comprar buena lencería, probé muchos conjuntos hasta que me decidí por uno negro. Compre unos tules y volví a mi departamento.

Guarde todo en mi armario y empecé a planear todo, a contactar gente y a investigar.

*días después*

Ya tengo todo preparado, las armas, los tules, la lencería y las cosas que pedí por internet.

Entre al baño, abrí la ducha y espere a que se calentara, luego entre y me bañe tratando de acomodar mis ideas.

-Te vengare...Fede...- dije golpeando la pared.

Salí del baño, me seque, me puse la lencería que había comprado. Me puse adelante del espejo y prepare la peluca colorada para colocarme la, me seque el pelo y me puse una red para que me agarrara todo el pelo, luego de eso me coloqué la peluca.
Empecé a pintarme bien provocativa y cuando termine me vestí con ropa bien ajustada que marcaba muy bien mis curvas. Me puse un tul para que me tapara un poco la cara.

Empecé a meter todo en un bolso negro, "juguetes" raros que había encontrado por internet, que aparentaba algo pero era otra cosa...

Salí a la calle preparada y me encamine al bar donde sabía que lo encontraría. Al entrar al bar deje el bolso bien escondido y empecé a buscar una cabellera rubia entre la multitud y la encontré en la parte vip.

-Ya te tengo, rubio- Sonreí y me dirigí a donde estaba el.

Al llegar un guardaespaldas me dijo que el rubio no queria ver a nadie, pero seguí insistiendo hasta que él noto mi precensia y me hizo pasar.

-Hola hermosa- dijo sentado en un sillón rojo- sientate.

En vez de sentarme al lado me senté en su regazo y paso una mano por mi cintura para acercarme más a él.

-Quiero ir a la habitación - susurré en su oído- pero no a las de acá, vamos a tu casa.

-Wow- dijo sorprendido- como quieras, hermosura.

Luego de eso me levante y empecé a caminar mientras el me agarraba de la cintura, sus guardaespaldas nos seguian por atrás. Me detuve un momento para sacar el bolso y el me miró dudoso, yo solo le dije que tenía juguetitos.

Nos subimos al auto y el les dijo a los hombres que lo cuidaban que no haría falta que vayan, que les daba lo que quedaba de la noche libre.
Él condujo hasta una casa bastante grande color blanca con dos pisos y un hermoso jardín delantero.
Antes de bajarme agarre el bolso y él me abrió la puerta del auto, me dio la mano para ayudarme a bajar.