Palabras al azar

Una carrera.

Una carrera.
Una simple carrera.
La multitud enloquece.
Los corredores se preparan.
Los papeles picados vuelan por los aires.
Seguidos de un tiro.
Lo carrera comenzó.
Todos salen.
El mejor ganará.
Gritan.
Alientan.
Festejan.
Los músculos me empiezan a doler.
No paro.
Los pulmones me piden más oxígeno.
No paro.
La garganta me arde.
No paro.
Cierro los ojos por un momento.
Centro toda mi energía.
En mis piernas.
En mi respiración.
En mi corazón.
Inspiró.
Abro los ojos.
Expiró.
Me concentro en los kilómetros que faltan.
Calculo la distancia.
El viento que me pega de lleno en la cara.
Las gotas de transpiración.
Cierro los ojos.
Inspiró.
Abro los ojos.
Expiró.
De reojo puedo ver que todo se vuelve más oscuro.
Sombras se me acercan por los costados.
Son los otros corredores.
Me están por alcanzar.
La tribuna se vuelve negra.
Sombras.
Sus gritos de felicidad.
Se vuelven chillidos.
Mis músculos cada vez están más cansados.
Las piernas me tiemblan.
Los pulmones de quedan sin aire.
La garganta se me seca.
La vista se me nubla.
El corazón va tan rápido que parece que va a explotar.
La velocidad disminuye.
Las sombras se acercan.
Me van a pasar.
Voy a perder.
Mi mirada visualiza el final.
Solo quedan unos metros.
Pero me van a pasar.
Esfuerzo mis músculos hasta que sienta que se me van a desgarrar.
No me importa.
Inspiró y expiró sintiendo que me van a explotar los pulmones.
No me importa.
Cierro los ojos.
Me esfuerzo más.
Abro los ojos.
Inspiró profundamente.
Y grito.
Grito con todas mis fuerzas.
Dejo las sombras atrás.
Las paso.
Vuelvo a gritar.
Sonrió.
Ya no duele.
Ya no importa.
No queda nada para llegar.
Corro los últimos metros.
Llego y rompo la cinta.
Tendría que parar.
Pero no.
Sigo corriendo.
No voy a parar.
No me atraparan.
Brillo.
Soy el más rápido.
Soy el mejor.
Soy la flor más bonita.
Soy yo.