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Aquella fantástica noche había terminado e iniciaba un nuevo día.
Nuestros cuerpos estaban aferrados el uno del otro, pero dejaron de estarlo en el momento en el que Michael se puso de pie, dejándome sola sobre la cama, inmune a cualquier mal o al menos así me sentía cuando el no estaba a mi lado. Arrugué las sábanas de la cama con mis manos al recorrer aquel maravilloso orgasmo al que Michael me había hecho llegar pero por alguna razón no disfrutaba del todo aquel recuerdo, había algo que me hacía sentir, culpa como si hubiera hecho mal en haber estado con él.
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- ¿Qué haces? - pregunté caminando por el pasillo mientras observaba a Michael subir un par de cosas al auto.
- Llevo cosas que necesitaremos - dijo sin dejar de subir cosas al auto, esa mañana había estado algo extraño. Durante el desayuno solo dijo un par de palabras lo cual era raro y me hacía dudar después de lo que había pasado la noche anterior ese no era un comportamiento normal.
- Y... ¿A dónde vamos? - pregunté intrigada pero la verdad no me importaba siempre y cuando estuviera a su lado.
- Hay un lugar que quiero mostrarte -Sonaba como... desconcertado. Había algo que le molestaba, yo lo sabía, lo percibía en su forma de hablar y en su mirada, podía verlo en esa mirada tan trasparente.
- Oh, ¿Quieres que te ayude?
- Como quieras
Entré en la cabaña, buscando cosas que probablemente Michael querría llevar, ya que estaba dejando prácticamente la casa vacía.
Vi una puerta de madera, bastante empolvada, parecía que ni la habían abierto en años, la curiosidad me mataba y me dirigí hasta ella. Tomé la perilla y trate de girarla pero estaba demasiado oxidada, giré más fuerte, hasta lograr abrir la puerta.
Las telarañas impedían mi paso pero era más grande mi curiosidad que el temor hacia ella, la habitación estaba oscura y unos pequeños rayos de sol entraban gracias a los huecos que había en las paredes y en las cortinas de las ventanas.
Me dirigí hacia las ventanas y abrí las cortinas dando paso a la luz, todo estaba empolvado, las cosas eran muy viejas y desgastadas, todas parecían esconder secretos. Secretos que jamás salieron a la luz y que probablemente jamás lo hagan.
Comencé a recorrer la habitación, tocando todo lo que había a mi paso, llenando mis dedos y la palma de mi mano de polvo. Me senté sobre la empolvada cama y observe a mi alrededor, esa habitación era hermosa a pesar de ser vieja y sucia, mi mirada seguía disfrutando de la vista de las maravillosas pinturas que había en ésta, de la gran cantidad de libros que había en ella, era justo como yo quería mi habitación a los 16, tenebrosa, oscura, repleta de libros para leer, llena de pinturas de personas con grandes habilidades en el dibujo que simplemente era impresionante y únicas.
Parecía una enorme habitación llena de antigüedades y libros, de la nada mi mirada se centro en un pequeño cuaderno que más bien parecía un pequeño diario, me acerque a la mesa de noche y lo tome entre mis manos sacudí un poco el polvo y con letras doradas note el nombre de "Evangeline" con letra cursiva y muy fina, por alguna razón ese nombre me trajo algunos recuerdos a la mente pero eran recuerdos confusos eran mas bien, muchos recuerdos en uno y ninguno de esos recuerdos estaba completo, lo único que logre concluir con ese confuso recuerdo era que cuando yo era pequeña adoraba ese nombre y que alguien me llamaba de esa manera.
Con un poco de temor, abrí la primera pagina, las hojas eran color beige y muy desgastadas, parecía que en cualquier momento se desvanecerían en el aire, las palabras no eran muy claras, la tinta dorada se perdía un poco en el color amarillo que las hojas habían tomado naturalmente por el tiempo. Trate de leer y entender lo que decía pero así como avanzaba y lograba comprender las palabras que había leído se borraban de mi mente sin importar la cantidad de veces que las leyera.
Mantuve mi mirada fija en el pequeño diario y de la nada la puerta de la habitación se cerró de golpe logrando mi piel se erizara y prácticamente muriera de un susto dejando caer a lo lejos el pequeño diario, volteé atemorizada hacia la puerta donde simplemente no había nada debía ser el viento al menos eso debía ser.
Me acerque hacia donde había caído el diario, lo tome entre mis manos y a unos centímetros había un fotografía, una fotografía extraña. La tomé entre mis manos, me puse nuevamente de pie y la observe fijamente.
Había una pequeña niña de cabellos castaños y ondulados y al lado de ella un niño de la misma edad, con cabello castaño y rizado. La niña inmediatamente logre reconocerla y como no hacerlo, era yo, pero el niño... ese niño que estaba a mi lado simplemente me parecía tan familiar y por más que trataba recordar quién era no lo logré, me era imposible. Di la vuelta a la fotografía y detrás de ella había una pequeña descripción que decía:
"Yo y mi lindo MC"
Las iniciales "MC" simplemente comenzaron a retumbar en mi cabeza una y otra vez, trataba de recordar quién era, algo me decía que era alguien muy cercano a mi pero por más que trataba, no lograba descifrar quien era ese tal "MC".
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¿Qué tal? :D
El día de hoy les traigo un hermoso capi, ya vamos casi a la mitad, si término el que sigue se los subo en la noche, de no ser así, ¡Disfruten éste!
¿Qué piensan de esa tal Evangeline? ¿Quién creen que es?
¿Quién es "MC" en la vida de ___?
¡Sigan leyendo!
Otra cosa más, gracias por sus votos :D sigan así, me gustaría que comentaran más, así se lo que piensan sobre el fic.
Gracias por leer <3
Voten & Comenten :)
Bell las ama.
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boulevard of broken dreams m.g.c
FanficEncontrarte con un completo desconocido que de la nada quisiera acompañarte a todos lados y después darte cuenta de que no te queda de otra más que aceptar su compañía, porque digamos que no hay nadie más con quien puedas contar que fuera la única p...