Satisfaction Smile

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Observe a través del cristal y ahí, estaba mi auto encendido. Lo primero que se me vino a la mente fue ¿cómo puede estar pasando esto?

- ¿Cómo paso esto? - dije en un hilo de voz, estaba realmente asustada

- Ni idea, a mi no me lo preguntes - Dijo despreocupado

- ¿Como llego mi auto hasta aquí? Estoy segura que lo había dejado del otro lado.

- ¿Quieres café? - dijo mientras seguía actuando como si nada raro sucediera, me estaba cansando de su indiferencia. Estaba asustada. Mi mente estaba en blanco, no se me ocurría ninguna explicación para esto.

- Michael, por favor explícame que está sucediendo.

- Tú solo confía en mí, mientras estés conmigo nada malo te pasara.

- P-pero... Uuugh, está bien - dije cansada de insistirle que me explicara esto, el solo me regalo una linda sonrisa.
Pasaron algunos minutos y yo estaba a punto de perderla cabeza, no entendía nada de lo que pasaba y Michael seguía actuando como si estuviera todo normal.

- ____...

Tu.- que pasa?

- Prométeme que pase lo que pase siempre estarás a mi lado - dijo en un susurro mientras se acercaba lentamente a mi oído para después de repetirlo mi piel se comenzara a erizar, su dulce aliento chocaba contra mi piel, su respiración comenzó a acelerarse.

¿Como podía yo prometerle algo así si ni siquiera lo conocía?. Mi mente estaba en blando, estaba muy confundida. Aún no dejaba de cuestionarme el cómo mi auto llego ahí.

- ¿E- Eeeh? Apenas te conozco.

- Solo prometelo... - suspiré profundamente, temía decirlo ya que no sabía que intenciones tenía. Era todo muy raro y escalofriante, mis pensamientos daban vueltas.
Guardé silencio unos segundos y observe a Michael, sentía mi mirada desesperada y llena de temor, no podía decir aquellas palabra que Michael me pedía. No podía prometérselo, era muy pronto para prometerle algo a alguien que apenas conozco.

- Bien, lo prometo - dije sin pensarlo más, no se porque creía que pronto iba a arrepentirme de haber hecho esa promesa.
Michael me dedico una sonrisa triunfal y yo se la regrese.

Era confuso, atemorizante y excitante a la vez. Michael seguía mirándome con una sonrisa de lo cual me daba más miedo aunque no niego que esa sonrisa era una de las más lindas que había visto, estaba empezando a tener un poco de confianza hacia el. ¿Y si era verdad que mientras no me alejara de el nada malo me pasaría? Me gusta pensarlo así.
Luego de estar pensando su voz me interrumpió.

- Deberíamos ir a la ciudad.

- Creo que sería lo mejor - dije sin dejar de pensar que en cuanto llegara a la ciudad podía deshacerme de él y no volvérmelo a encontrar en la vida, era muy raro.

Se limitó a asentir mientras se ponía de pie al igual que yo.
Michael me trajo mi abrigo y sostenía la linterna, se mantuvo obstruyendo la entrada mientras observaba mi auto en medio del estacionamiento, yo solo observaba desde atrás de el.

- ¿te molesta si yo conduzco? - dijo mientras volteaba la mirada para verme a los ojos pero de repente estábamos más cerca de lo normal. El miraba mis labios y yo estaba roja.
La cercanía no me molestaba en lo absoluto pero tenía que responder.

- No... conduce si quieres - dije para luego incorporarme, para ser sincera me atemorizaba el saber a dónde me llevaría. No sabía nada de él y ya dejaba que condujera mi auto. ¿Qué demonios tengo en la cabeza? Soy una tonta ¿Cómo puedo dejar que vaya a conducir? podría ser un psicópata o algo así... todo me parecía muy raro y tenebroso.

Michael tomo la iniciativa y se acerco al auto. Abrió la puerta del copiloto para que yo subiera y subí lo más pronto posible para evitar mojarme con la lluvia, Michael cerró la puerta y segundos después subió por el lado del conductor colocó las llaves en la ranura y encendió el auto.

La carretera estaba vacía. COMPLETAMENTE vacía, no había señales de vida por ningún lado y yo comenzaba a asustarme. Mantuve la vista en la carretera,no sabía a dónde me llevaba todo era oscuro y apenas se podía observar mas allá de las luces del auto.

Luego de unos minutos conduciendo, a lo lejos pude ver unas cuantas luces de la ciudad, comencé a sentirme aliviada. Poco a poco fuimos acercándonos a la ciudad hasta que por fin estábamos dentro de ella, todo estaba muy silencioso, no había ningún auto por las calles, ni siquiera personas caminando por ahí.
Observe mi reloj y vi la hora. Las 9:45 p.m. era aun muy temprano para que no hubiera personas en las calles.

- ¿Por qué no hay nadie en las calles?

- Se podría decir que todos están tomando un descanso - Ugh, seguía en las mismas. Su "respuesta" no ayudo de nada. Además, ¿De que se podían tomar un descanso? No todos en una misma ciudad podían tomar un descanso al mismo tiempo. ¿Acaso me cree idiota este tipo? Si piensa que me voy a conformar con lo que dijo está muy equivocado.

- ¿Un descanso de qué?

- Yo que se, solo no hagas más preguntas y disfruta el momento - dijo sereno. Yo solo solté una risita sarcástica.

- ¿sabes qué? - dije decidida - esto comienza a asustarme, creo que será mejor que te bajes de mi auto y me dejes continuar mi camino.

- No puedo hacer eso - dijo sonriente.

- ¿Por qué no?

- Porque prometiste estar a mi lado y no dejare que rompas esa promesa.

- ¿Qué?.- dije en un pequeño susurro sin esperar que el me contestara.

- Oye.. Se que todo es extraño pero tú solo confía en mi yo solo estoy aquí para guiarte, no tengo malas intenciones.

- ¿Guiarme a qué? ¿Por qué habría de confiar en ti? No te conozco, tú no me conoces y yo no tengo intenciones de conocerte - dije elevando mi voz la cual sonaba algo histérica. Todo esto hacia que mi piel se erizara y ponía mis nervios de punta.

- Nos quedaremos aquí - dijo mientras me miraba y mantenía en su rostro una enorme sonrisa. Yo mire por el cristal de la ventana y observe una casa grande, paredes grisáceas y elegantes muebles.

- ¿Aquí vives?

- No.- dijo como si nada pasara mientras estacionaba el auto frente aquella casa.

- Entonces, ¿de quién es?

- Deja de hacer preguntas y entra - me ordeno mientras el salía del auto, yo aún dudaba. En mi mente había una pelea ¿Entrar o no? La mitad de mi cuerpo estaba afuera y la otra aún estaba en el auto. Michael me saco de mis pensamientos. - te piensas quedar afuera o qué?

- No, porque me pienso ir - dije mientras me acercaba a él y extendía mi mano para que me regresara las llaves de mi auto.

- Tu no irás a ningún lado, ¿acaso olvidas tu promesa?

- Esa no fue una promesa, en realidad solo lo hice por, amm, ni siquiera sé porque lo hice. Solo devuélveme las llaves mi auto.

- Pues te tengo una noticia, no te las daré... tú hiciste una promesa y ahora vas a cumplirla - al escuchar sus palabras bufé y lo seguí hasta la entrada.

- No puedes quitármelas por que es mi auto, MI AUTO - hice un gran enfoque en esas últimas dos palabras y luego entre en la casa por la enorme puerta, todo estaba muy oscuro y no podía ni siquiera ver a Michael.

De pronto el sonido de la puerta hizo que saltara del susto, mire rápidamente hacia la puerta y una vez mas no pude ver nada. Comencé a caminar un poco mas buscando un interruptor de luz pero no podía encontrar nada.

- Mi-Michael ¿dónde estás? - dije asustada mientras me adentraba un poco más en la casa - ¡M-Michael!

Esto comenzaba a asustarme. Estaba en la casa de un completo desconocido con un desconocido que no sabía que se traía entre manos. A lo lejos escuche un sonido, era raro y aterrador. De pronto un relámpago hizo que soltara un grito, todo estaba completamente oscuro y solo la luz de los rayos hacia que durante poco tiempo se alumbrara aquella casa.

Cada vez estaba más asustada por escuchar aquellos horribles sonidos.

- Michael, ¡Por favor sal de donde estés esto me asusta! - insistí una vez más esperando alguna respuesta de El chico.
Seguía buscando una forma de conseguir encender la luz pero no podía encontrarla, de la nada comenzaron a escucharse algunos pasos el suelo de madera haciendo que esta crujiera lo cual causaba espanto en mi - Michael, ¿Eres tú? -dije ya al borde de las lagrimas. De pronto sentí la presencia de alguien detrás de mí. Observe el suelo y parecía haber algo que lo alumbraba, tome un fuerte respiro y me decidí a girar lentamente manteniendo mi mirada sobre el suelo. Poco a poco la levante y pude observar a Michael parado detrás de mí con una vela y con su enorme sonrisa, con enorme me refiero a enorme, podría ser el hermano gemelo del gato de Chesire.

- ¿Me estabas buscando? - me pregunto con una sonrisa Casanova, yo me límite a entornar los ojos

- ¿Qué demonios pasa contigo? Casi me matas de un susto.

- ¿Estabas preocupada por mi, eh? - dijo con una voz chiflada, yo solo puse cara sería y el volvió a hablar - Oye, no era mi intención asustarte, Lo lamento.

Tu.- está bien pero solo dame las llaves de mi auto.

- ¿A donde vamos a ir? - ¡Alto! ¿Vamos? ¿Estas hablando enserio? ¡Yo soy la que se va! ¡Tú no irás a ningún lado conmigo! Fueron las primeras cosas que se vinieron a mi mente después de haberlo escuchado.

- Lo siento, querido, pero la única que se va soy yo.

- Oh, está bien, toma - dijo mientras me daba las llaves de mi auto. Wow, esto fue más fácil de lo que me esperaba. Tomé las llaves y salí por la puerta. Él salió detrás de mí y antes de subir al auto lo observe una vez más, estaba recostado en el marco de la puerta observando mi partida, subí al auto cerré la puerta coloque la llave en la ranura y gire fuertemente y automáticamente las luces del auto encendieron al igual que el motor.



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boulevard of broken dreams m.g.cDonde viven las historias. Descúbrelo ahora