Parte 6

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Fernando notó que desde que su hermana se enteró de la verdadera situación por la que atravesaba la familia o bueno parte de ella, no había vuelto a salir y se encontraba muy triste, no le gustaba verla así. No quería tener que dejarla en ese estado, ahora que debía regresar al pueblo a encontrarse nuevamente con el hombre que contacto hacia unas semanas.

Entonces se le ocurrió que podían pasar una temporada en la hacienda y así alejaba a su hermana por un tiempo, por unas semanas podría respirar otro aire y quizás eso, le ayudaría a tranquilizarse. Además tendría más tiempo para estar cerca de Alexandra, y estar al tanto de lo que sucedería con aquel hombre.

Se lo propuso a su hermana y a su primo y juntos aceptaron pasar parte del verano en la hacienda, así fue entonces que Fernando se adelantó en el viaje, para cumplir con la cita que tenia planeada con aquel hombre con el que empezaba a tener negocios y también así poder arreglarlo todo para la llegada de su hermana y de su primo.

Hacía ya dos días que había llegado al pueblo, ya se había reunido con el hombre según lo planeado, pero esa necesidad de tener que verla, no le daba tregua, así que se decidió y fue hasta su casa.

Cuando le hicieron pasar al salón y por fin pudo verla, se encontraba sentada concentrada en uno de sus libros, se veía tan interesada en su lectura que el fuego iluminaba sus ojos, no pudo evitar sentir el deseo de correr hacia ella y besarla.

- Señorita es un verdadero placer verla de nuevo - dijo -

Al ella escuchar su voz, Alexandra sintió que en su cuerpo algo despertaba que no podía controlar, le miro y le sonrío como solo ella sabía hacerlo.

- Señor... para mí también es un gusto - respondió si apenas con un hilo de voz-

Se miraron con tanta ternura, se dijeron cuanto se extrañaron sin palabras, solo con ese lenguaje que entendían sus ojos. Fernando acorto la distancia que había entre ellos, se sentó junto a ella y tomo su mano, una gran descarga de electricidad recorrió todo su cuerpo con ese contacto e hizo crecer esa fuerza que lo empujaba a tomar más de ella. Para Alexandra contener los nervios que se apoderaban de ella, se hacía imposible, su cuerpo la traicionaba y no podía controlar aquello que no podía explicar que sentía cuando lo tenía tan cerca.

Escucharon ruidos y como si temieran ser descubiertos juntos se levantaron y se separaron muy nerviosos.

Su padre ingreso al salón.

- Señor De la Rosa que grato tenerlo de nuevo en mi casa.

- Señor Dosantos, ya ve los negocios me traen de nuevo por aquí, vine a buscarle, me permitiría unos minutos?

- Por supuesto que sí, sígame a mi despacho.

Hablaron de negocios y el Padre de Alexandra entonces muy cortésmente le invito a cenar esa misma noche con su familia.

En la noche Fernando regreso a aquella casa complacido de volver a verla, sin embargo cuando ingreso al salón su sorpresa fue enorme al ver allí a Armando Zambrano.

Para Armando también fue una sorpresa encontrarse con este hombre de nuevo, así que sin disimular su malestar le dedico una mirada amenazante y de igual manera recibió una mirada igual.

Pero que hace este miserable aquí? Se preguntó Fernando lleno de furia, apretó sus puños deseando sacarlo a patas de ese lugar. Nunca antes en su vida había sentido tal impotencia, y el no poder hacer nada lo molestaba aún más. Sabía que debía actuar rápido para evitar a ese hombre rondando a Alexandra. Así que en medio de la cena y sin pensarlo dos veces, delante de todos pidió permiso a su padre para que Alexandra pasará unas semanas en su hacienda, pues su hermana llegaría en tres días y como él, debía atender asuntos importantes, tendría que ausentarse constantemente, esperaba que la compañía de Alexandra ayudara a pasar una buena estadía a su hermana, la miro a ella esperando su aprobación, pero esta estaba tan sorprendida que no pudo decir nada como tampoco pudo evitar que sus mejillas se tiñeran de rojo, sentía sus mejillas arder por los nervios que aquella propuesta la hizo sentir.

Amor rima con dolor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora