Parte 8

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Alexandra no podía deshacerse de la idea de que algo Fernando le ocultaba, que había algo más que ella no conocía, le preocupaba y se sentía a veces confundida, pero ella había decidido confiar en él, y así lo haría. Fernando parecía sincero cuando le decía que la quería y cuando la besaba, ella lo quería y ya nada podría cambiar eso.

Recibía carta de Fernando y eso le alegraba el día, en ellas él, le narraba parte de su día, le decía lo mucho que la extrañaba y cuanto quería verla. Ella respondía con igual empeño todas sus cartas, le contaba que leía algunos libros y también le confesaba cuanto lo extrañaba.

Sus padres no sospechaban nada de aquella correspondencia clandestina, pues las cartas llegaban de parte de la señorita De la Rosa, igual ella las enviaba a la señorita De la Rosa.

Fernando viajaba mucho, así que él enviaba las cartas desde cualquier lugar donde se encontraba, sin embargo ella siempre las enviaba a su casa en la Gran Ciudad, pues Fernando no duraba mucho en un lugar para esperar las cartas de respuesta. Así pasaron tres semanas, hasta que Alexandra recibió de nuevo la visita de Armando Zambrano por tres días seguidos.

En una de sus cartas, ella le contó de las visitas de aquel hombre, Fernando estallo en cólera de pensar que aquel hombre estaba cerca de ella y lo peor era que no podía hacer nada, en ese momento no podía viajar para estar a su lado, estaba atado, no sabía que hacer...

Zambrano y el Padre de Alexandra anunciaron en la cena el viaje a la finca de este hombre, era verano y seguro que el clima no les volvería a impedir pasar unos días todos juntos, era miércoles y viajarían el viernes. Alexandra le escribió a Fernando contándole las ultimas noticias, y a su vez avisándole que el tiempo que estuviera en aquel lugar no le podría escribir, así que por unos días no sabrían nada el uno del otro.

Para Fernando esta era la peor noticia de todas, Zambrano por fin se la llevaba y esta ocasión solo viajaban Alexandra y sus padres, pues a su hermano lo habían enviado a un internado militar hacia dos semanas y a su amiga Paulina no le extendieron la invitación en esta ocasión.

Era sábado cuando Fernando recibió aquella carta, era tarde para impedir el viaje, púes ya ella estaba en la hacienda de Zambrano. Fernando estaba muy preocupado por la suerte de su querida Alexandra tan cerca de ese hombre, esos días su mal humor fue insoportable, Javier trató de convencerlo de que no pasaría nada, pero él tenía un mal presentimiento y no podía evitarlo, esa semana no durmió bien, púes de solo imaginarla en esa casa no podía ni conciliar el sueño, deseaba más que nunca recibir una carta de ella, una donde le dijera que estaba bien y a él, le permitiera recobrar la tranquilidad.

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La estadía en la hacienda de Armando Zambrano, para Alexandra era insoportable, todas las tardes después del almuerzo Armando la llevaba de paseo por los rededores de la hacienda, a los bosques cercanos o a los jardines de la casa, pasaban tiempo solos, por lo general su padres se quedaban descansando en la casa. Ella ya no lo soportaba, trataba de acercársele más de lo normal, incluso le confeso que tenía la autorización de su Padre para cortejarla, que ya su familia conocía las intenciones que tenia de estar con ella y de casarse en cuanto ella lo aceptara, ella de la manera más cortes le desanimaba, sin embargo aquel hombre parecía no entenderlo y por el contrario se le acercaba más, ese jueves igual que todos los otros días salieron de paseo, pero esta vez, Zambrano la llevo mucho más lejos que los días anteriores.

- Dime Alexandra te gustan estos paisajes?

- Si, son hermosos

- No crees que este lugar es muy romántico, como para contemplarlo con una persona especial? – su comentario llevaba implícito algo más-

Amor rima con dolor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora