Capítulo 07

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Al comenzar mi primera clase luego de haber hecho mis examinaciones pude al fin integrarme al curso, siendo Herbología la primera, allí me encontré con plantas muy… interesantes, y para que mentir, algo muy feas, todas estaban algo retorcidas, y tenían una serie de bultos grandes y brillantes que parecían llenos de líquido.

Agg.

—Son bubotubérculos —les dijo con énfasis la profesora Sprout—. Hay que exprimirlas, para recoger el pus...

¿Qué?

—¿El qué? —preguntó un chico desde su lugar, con asco.

—El pus, Finnigan, el pus —dijo la profesora Sprout—. Es extremadamente útil, así que espero que no se pierda nada. Como decía, recogeréis el pus en estas botellas. Tenéis que poneros los guantes de piel de dragón, porque el pus de un bubotubérculo puede tener efectos bastante molestos en la piel cuando no está diluido.

Pues pasenme siete.

Exprimir no es tan desagrable como creí, es asqueroso si, pero satisfactorio. Muy contradictorio en realidad. Así que introduje mi líquido de bubotubérculo en mi botellita para entregarlo a la profesora que al final se pudo recoger varios litros.

—La señora Pomfrey se pondrá muy contenta —comentó la profesora Sprout, tapando con un corcho la última botella—El pus de bubotubérculo es un remedio excelente para las formas más persistentes de acné. Les evitaría a los estudiantes tener que recurrir a ciertas medidas desesperadas para librarse de los granos.

Para algo útil tenía que servir eso. Esto suena como un buen negocio en compañía con las hijas de Demeter.

—Como la pobre Eloise Migden —dijo una alumna de Hufflepuff, en voz muy baja—. Intentó quitárselos mediante una maldición.

—Una chica bastante tonta —afirmó la profesora Sprout, moviendo la cabeza—. Pero al final la señora Pom frey consiguió ponerle la nariz donde la tenía.

El insistente repicar de una campana procedente del castillo resonó en los húmedos terrenos del colegio, señalando que la clase había finalizado. Me tuve que separar de los chicos debido a que ellos tenían Cuidado de Criaturas Mágicas y yo no opté por esa materia, me fui por otras.

Al tocar DCAO nos apresuramos a ocupar sillas delante de la mesa del profesor. No tardamos en oír el peculiar sonido sordo y seco de los pasos de Moody provenientes del corredor antes de que entrara en el aula, tan extraño y aterrorizador como siempre. Entrevieron la garra en que terminaba su pata de palo, que sobresalía por debajo de la túnica.

Ese hombre lo desarmaron y lo volvieron a armar, pero a los golpes.

—Ya podéis guardar los libros —gruñó, caminando ruidosamente hacia la mesa y sentándose tras ella— No los necesitaréis para nada.

Volvimos a meter los libros en las mochilas esperando las indicaciones. Ron se mostraba emocionado. Moody sacó una lista, sacudió la cabeza para apartarse la larga mata de pelo gris del rostro, desfigurado y lleno de cicatrices, y comenzó a pronunciar los nombres, recorriendo la lista con su ojo normal mientras el ojo mágico giraba para fijarse en cada estudiante conforme respondía a su nombre.

—Bien —dijo cuando el último de la lista hubo contestado «presente»— He recibido carta del profesor Lupin a propósito de esta clase. Parece que ya sois bastante diestros en enfrentamientos con criaturas tenebrosas. Habéis estudiado los boggarts, los gorros rojos, los hinkypunks, los grindylows, los kappas y los hombres lobo, ¿no es eso?

Hubo un murmullo general de asentimiento.

He hydras, minotauros, arpias, toros de colquide…

»Pero estáis atrasados, muy atrasados, en lo que se refiere a enfrentaros a maldiciones —prosiguió Moody— Así que he venido para prepararos contra lo que unos magos pueden hacerles a otros. Dispongo de un curso para enseñaros a tratar con las mal...

Una Nueva Ley En Hogwarts | Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora