Capítulo 10

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—¡No me lo puedo creer! —exclamó Ron asombrado cuando los alumnos de Hogwarts, formados en fila, volvían a subir la escalinata tras la comitiva de Durmstrang—¡Krum, Harry! ¡Es Viktor Krum! —Ron seguía gritando hacia Harry, y tengo la sensación de que quiere sacudirlo y gritar como un gordo fan.

—¡Ron, por Dios, no es más que un jugador de Quidditch! —dijo Hermione.

—Uy, creo que no debiste decir eso.

—¿Nada más que un jugador de Quidditch? —repitió Ron, mirándola como si no pudiera dar crédito a sus oídos—. ¡Es uno de los mejores buscadores del mundo, Hermione! ¡Nunca me hubiera imaginado que aún fuera al colegio!

—¡Así es Ron, defiéndete! ¡No dejes que Hermione desacredite a tu Kreim! —grité metiéndome entre ellos dos, esperando ver más de la faceta de fanboy de Ron.

—¡Krum!

—¡Si, eso!

Cuando volvíamos a cruzar el vestíbulo con el resto de los estudiantes de Hogwarts, de camino al Gran Comedor, unas chicas de sexto revolvían en sus bolsillos mientras caminaban.

—¡Ah, es increíble, no llevo ni una simple pluma! ¿Crees que accedería a firmarme un autógrafo en el sombrero con mi lápiz de labios?

—¡Pero bueno! —bufó Hermione muy altanera al adelantar a las chicas, que habían empezado a pelearse por el lápiz de labios.

—Voy a intentar conseguir su autógrafo —dijo Ron—. No llevarás una pluma, ¿verdad, Harry?

—Las dejé todas en la mochila —contestó.

—Traigo un delineador. ¿Te sirve? —le mostré el objeto con burla mientras este bufaba. —¡Pero no te enojes!

Nos dirigimos a la mesa de Gryffindor, pero yo tuve que alejarme de ellos brevemente para acercarme al Director Dumbledore y pedirle que colocara una pequeña hoguera. Ron puso mucho interés en sentarse orientado hacia la puerta de entrada, porque Kreim y sus compañeros de Durmstrang seguían amontonados junto a ella sin saber dónde sentarse. Los alumnos de Beauxbatons se habían puesto en la mesa de Ravenclaw y observaban el Gran Comedor con expresión crítica. Tres de ellos se sujetaban aún bufandas o chales en torno a la cabeza.

—No hace tanto frío —dijo Hermione, molesta—. ¿Por qué no han traído capa?

—¡Aquí! ¡Ven a sentarte aquí! —decía Ron entre dientes—. ¡Aquí! Hermione, hazte a un lado para hacerle sitio...

—¿Qué? (Que te eches a un lado Hermione)

—Demasiado tarde —se lamentó Ron con amargura.

El tal Kreim y sus compañeros de Durmstrang se habían colocado en la mesa de Slytherin. Y en dicha mesa Malfoy, Crabbe y Goyle parecían muy engreídos por este hecho. En el instante en que Harry los miró, Malfoy se inclinaba un poco para dirigirse a Kreim.

—Sí, muy bien, hazle la pelota, Malfoy —dijo Ron de forma mordaz—Apuesto algo a que Krum no tarda en calarte... Seguro que tiene montones de gente lisonjeándolo todo el día... ¿Dónde creéis que dormirán? Podríamos hacerle sitio en nuestro dormitorio, Harry... No me importaría dejarle mi cama: yo puedo dormir en una plegable.

Al oírle decir aquello no pude evitar lanzar una carcajada a la vez que Hermione exhalaba un sonoro resoplido. Algunas personas (entre ellos los inquilinos) volteaban a ver de donde provenía la risa encontrandome destornillándome de la risa.

—Sabía que Ron era algo idiota pero…—dije como pude pero no pude seguir porque la risa se me escapaba.

Y como no, mi sola presencia captaba atención pero al reír como lo hacía en este momento captó todas las miradas, a veces toda esta atención es  incómoda, pero los semidioses no podemos no llamar la atención, somos un faro.

Una Nueva Ley En Hogwarts | Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora