Capítulo 06

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—Aunque me imagino que todos estaréis deseando llevaros la Copa del Torneo de los tres magos —dijo Albus— los directores de los tres colegios participantes, de común acuerdo con el Ministerio de Magia, hemos decidido establecer una restricción de edad para los contendientes de este año. Sólo los estudiantes que tengan la edad requerida (es decir, diecisiete años o más) podrán proponerse a consideración.

»Ésta —Albus levantó ligeramente la voz debido a que algunos hacían ruidos de protesta en respuesta a sus últimas palabras— es una medida que estimamos necesaria dado que las tareas del Torneo serán difíciles y peligrosas, por muchas precauciones que tomemos, y resulta muy improbable que los alumnos de cursos inferiores a sexto y séptimo sean capaces de enfrentarse a ellas. Me aseguraré personalmente de que ningún estudiante menor de esa edad engañe a nuestro juez imparcial para convertirse en campeón de Hogwarts.

—Uff. No están tan locos entonces.

—Así pues, os ruego que no perdáis el tiempo presentándoos si no habéis cumplido los diecisiete años.

»Las delegaciones de Beauxbatons y Durmstrang llegarán en octubre y permanecerán con nosotros la mayor parte del curso. Sé que todos trataréis a nuestros huéspedes extranjeros con extremada cortesía mientras están con nosotros, y que daréis vuestro apoyo al campeón de Hogwarts cuando sea elegido o elegida. Y ya se va haciendo tarde y sé lo importante que es para todos vosotros estar despiertos y descansados para empezar las clases mañana por la mañana. ¡Hora de dormir! ¡Andando!

Los estudiantes hicieron mucho ruido al ponerse en pie y dirigirse hacia la doble puerta del vestíbulo. Alcancé a los de primero para seguir al prefecto que nos mostraría nuestros lugares.

Es alucinante lo que le pasa a las escaleras en este castillo... y espero que no sea a todas porque me resultaría molesto ¿Y si estoy en peligro y las escaleras me devuelven hacia el enemigo?

Nop. No es buena idea.

Asi que dejando esa idea de lado me concentré en apreciar mi ahora Sala Común de Gryffindor, es irónico que sea hija de Poseidón y el tema del color azul, pero debo de decir que el rojo me sienta muy bien, es decir, todos los colores me sientan bien, es un don.

Los semidioses somos hermosos y atraemos tanto como nuestra sangre a los monstruos, claro que eso no funciona entre nosotros a menos que seas hijo de Afrodita, ahí si notamos la diferencia, digo, por algo es la Diosa de la belleza y esas cosas suyas. Así que trataré de no ser muy Leo Valdéz con mi belleza.

Es la cruz que me ha tocado cargar.

Y ahora me llevo la sorpresa de que debo compartir habitación con otras cuatro chicas, me había acostumbrado a solo compartir con una persona en el campamento pero, ni modo, no es tan malo.

Que loco eso de que «¡Tonterías!» sea la contraseña para entrar, por cierto, a través de cuadro de una señora a la que llaman "La Dama Gorda" y es toda una musa la mujer.

—¡Hermione! —exclamé al verla en una de las habitaciones mientras recorría buscando mi habitación. Y vaya sorpresa, mi nombre está en la tablilla-¿Cómo te fue en la cena? Todo estaba muy bueno.

—La verdad es que no probé bocado, no pienso comer nada hecho con esclavitud—respondió acercándose hasta el marco de la puerta.

—¿Esclavitud? —¿Esclavos en Hogwarts? Turbio.

—Me enteré que en las cocinas de Hogwarts hay elfos domésticos, y no reciben paga, ni vacaciones, ¡Ni seguro médico! —exclamó llena de rabia moviendo los brazos frenéticamente.

—Según tengo entendido a ellos les gusta trabajar así, y algunos son muy felices con su estilo de vida, aunque supongo que habrá un porcentaje pequeño que quieren un mejor trato. —mencioné luego de meditarlo un poco, siempre habrán quienes marquen la diferencia. — Desde ahora te digo que si tienes planes para cambiar eso tienes que ser muy paciente, no es fácil cambiar una ideológia que está tan arraigada. Pero cuentas con mi apoyo.

Una Nueva Ley En Hogwarts | Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora