1.2K 145 24
                                    

Yuu!!! -gritó pasmado-

El joven estudiante cayó, a lo que rápidamente su compañero lo sostuvo para evitar que colapse.

Yuu te encuentras bien!? -dijo desesperado-

Yoichi, lo siento es solo que ... yo... aún no puedo olvidar eso... -respondió agitado, mientras su cuerpo lo traicionaba, hacía puños ante la frustración y su frente sudaba de aflicción-

-Yuu, no es necesario que sigas, yo ... entiendo, no preguntaré más. -dijo apenado-

-No... tienes que saberlo... no puedo seguir guardando esto, me está matando... -agregó poniendo valor en sus palabras-

-Uh... es-esta bien... te escucharé. pero si vuelves a derrumbarte, yo mismo te llevaré a Hokkaido, de acuerdo!? -dijo serio, mostrando su preocupación-

-Gracias Yoichi.

-Uh... Ah... -suspiró-

Y en un fuerte intento por superar este suceso, continúo.

-Sabes, no puedo recordar exactamente como fue, pero sí lo que siguió...

Hacía frío, mi cuerpo se sentía pesado por la humedad, y mis muñecas dolían, pude darme cuenta de que estaba sentado apropiadamente, pero no podía ver en "donde" me encontraba... 

Intenté mirar, pero mi ojos estaban tapados.

Intenté gritar, pero mi boca estaba sellada.

Intenté moverme, pero mi cuerpo estaba atado.

Intenté lo imposible, pero salida se había ido...

Creo que fueron alrededor de 10 minutos que permanecí en completo silencio luego de hacer lo que fuera necesario, no quería entrar en pánico o eso fue lo que tenía en mente hasta que...

una voz me dijo al oído.

"Serás mío"

Inmediatamente reconocí la voz de esa zorra, -dijo con rabia en su voz-

Aunque nunca me dejo verla 

ella... 

se aseguró de que recordara todo lo que me hizo ese día.

Yo... estaba completamente desnudo, 

Mis tobillos...

Mis muñecas y mi cuello, estaban rodeados por cadenas que desembocaban en el piso.

Mis ojos y mi boca fueron cubiertos por vendajes de tela oscura, en verdad todo esto lo supe cuando terminó con su trabajo.

Comenzó derramando una sustancia pegajosa sobre mi cuello, no pasó mucho para que pudiera percibir que se trataba de miel, está cayo sobre mi pecho y se desparramó por mis piernas que temblaban por el frío.

Yo intentaba gritar pero era imposible decir algo, por lo que solo se escuchaba mis gemidos pero no resultaría por que esto le excitaba, prosiguió lamiendo cada parte de mi piel manchada con ese viscoso dulce, el estar consciente de lo que hacía era lo más repugnante que podía soportar,  me movía intentando liberarme pero así solo me hacía más daño, lo apretado de las cadenas dejaron marcas que permanecen hasta el día de hoy...

Lo áspero de su lengua recorriendo todo mi cuerpo solo me causaba repulsión, pero en un momento se detuvo, no creí que habría terminado e intenté enfocarme en no sentir nada... pero no resultó así.

Clavó sus uñas en mi espalda, grité y gemí como un animal por el dolor pero fue como un sonido sordo, por que nadie me escuchaba... 

Paseó sus manos por todo mi cuerpo, pero en un momento llegó hasta esa zona...

HYAKUYA.COMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora