Una noche de verdades.

513 43 10
                                    

Nos dirigimos hacia la fábrica después de lo sucedido, él me cogió de la mano, jugando con ella, a lo que yo comencé a balancear nuestros brazos con fuerza como niña pequeña, Ekko sonríe, lo imito, sintiéndome mas alegre a comparación con mi ánimo en la mañana. Acomode su brazo sobre mis hombros, acercándolo mas a mi, colocando mi brazo en su espalda.

-¿Me vas a contar sobre esa persona por la que odias a Piltóver? - pregunto mirándolo de reojo, su sonrisa desaparece.

-Su nombre era Ajuna, un piltillo lo asesino, él sólo queria un poco de atención, yo quería estar solo y lo mande por comida, ni siquiera tenía hambre... Intento sacarle un poco de comida a un piltillo que pasaba por allí, pero ese monstruo le disparo. Intente decenas de veces salvarlo, pero siempre llegaba un poco, sólo un poco tarde... Quise confrontar a este hombre, pero me disparo a mi también, no consiguió darme, pero si a mi máquina. Esta exploto llevándome nuevamente al inicio. Mi último intento, la ultima oportunidad... Tenía que decidir si asesinar al piltillo o quedarme con Ajuna en sus últimos momentos de vida. Corrí con Ajuna, él me llamo, me senté a su lado... Me dijo que quería dormir, esas fueron exactamente las ultimas palabras que logró pronunciar. Le dije que durmiera, que cuando despertara todo iba a estar mejor.

-Lo siento tanto Ekko...¿Tu y él eran muy cercanos?

-Si, siempre lo fuimos, él sabía sobre mis sentimientos por ti, también supo lo que sentí cuando te fuiste, o cuando Vi se fue... Nos cuidábamos la espalda mutuamente todo el tiempo.

-¿Tu inventaste eso?- pregunto señalando su maquina.

-Si, yo solo, cuando eres un niño prodigio debes aprovecharlo al máximo,lo llame Pulsar-Z, hice esto para limpiar el nombre de Zaun, como sabes los científicos y gente...

-Los científicos y gente loca le otorgaron mala fama a la ciudad, lo se...- interrumpí completando su frase.

-El muro que viste ayer... En aquel muro mi grupo de amigos solía pintar a las personas que desgraciadamente morían... Tu no estabas con nosotros, tu siempre estuviste por tu cuenta, pero conociste a algunos... Te creíamos muerta, pues habías desaparecido como si nada, por lo que te pintamos allí... Meses después volviste a Zaun como nueva, con armas de artillería pesada y una personalidad completamente distinta. Intentaste destruir una ciudad ya destruida, por lo que trate de defender lo que quedaba, luchamos un buen rato, pero tu no me recordabas.

-Mi memoria esta algo distorsionada, recuerdo haber luchado contra alguien en Zaun, pero no te recuerdo exactamente a ti, esta borroso, es como si mi mente intentara borrarte de mi vida...

Llegamos a la fábrica, no pensé que la charla fue tan larga... Al entrar pudimos notar a Rihanna sentada en el sillón comiendo de las donas que habían quedado de la mañana. Se levanto al vernos.

-¡Al fin llegan! Parece que todo esta mejor entre ustedes dos, hoy parecían una pareja de casados discutiendo, un poco mas y se terminaban matando a tiros - y rió.-. Espero que Ekko haya conseguido llegar antes de que mataras a la persona equivocada.

-Por fortuna si lo hizo, por fortuna de la guarrilla de Janna, ya estaba a punto de morir cuando su héroe llegó. - dije tratando de no parecer enojada.

-Por suerte tuya también Jinx, si la hubieras matado no hubieran regresado de la forma en la que están: reconciliados.

Rihanna tenía razón, Ekko me soltó, dejando su Pulsar-Z en la mesa. Lo seguí, dejando mis armas y demás cosas que me otorgarán demasiado peso en la mesa junto a otras armas. Tome el extremo de una de mis trenzas y las desate, dejando mi cabello suelto. Gracias a las trenzas tenía el cabello ondulado, pero no me importaba, si ondulado llega al suelo casi, no quiero imaginar a donde llega lacio. Rihanna y Ekko se hallaban sentados en la cama jugando a un juego de manos. Esta escena me hubiera parecido inaceptable ayer por la tarde, pero ahora no me importaba demasiado. Caminé hacia ellos y me senté al lado de Ekko, pues Rihanna estaba sentada en la orilla.

Abraza el Presente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora