¡Vuelve atrás!

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Janna nos abrió las cortinas de la recámara que Ekko y yo compartíamos, él tomo las mantas y cubrió nuestros rostros con ellas. Sentí como Janna agarro el otro extremo de estas y nos las quito, arrojándolas al suelo, menos mal que dormíamos con nuestras ropas puestas. Ekko escondió mi cabeza en su pecho para que el sol no me deslumbre. Oí a Janna suspirar con pesadez, Ekko rió, cogiendo las mantas nuevamente para arroparnos con ellas.

-Parecen niños... El desayuno esta listo, bajen si tienen hambre.

Ella salió de la habitación, dejando la habitación helada, malditas sus habilidades de viento. Mire a Ekko apoyando mis manos en su pecho. No quería bajar, pero moría de hambre.

-Bajemos si no queremos que se acabe la comida.- dijo mirándome.

Me separe de él, incorporándome en la cama. Talle mis ojos para quitar las lagañas y con ellas el sueño. Me puse mis borcegos y ubique cada una de mis armas en sus lugares, Ekko me observaba mientras se calzaba, mi cabello estaba suelto y despeinado, supongo que me veía atractiva a sus ojos. Él se acerco a mi y deposito un breve beso en mis labios, enredando sus dedos en mi cabello.

-¿A que se debe eso?- pregunto con una sonrisita no muy parecida a la habitual, esta era mas tierna, supongo yo.

-¿No puedo besar a mi novia? Vamos, bajemos a comer Jinxie.

Él deslizo su mano de mi cabello hasta mi mano, entrelazo sus dedos con los míos y salimos hacía afuera, bajamos las escaleras casi corriendo, por lo que yo casi caigo de cara al suelo, pero antes de que eso pase Ekko me sujeta de los brazos cargándome como a una bolsa de papas. Rió, pues sentía cosquillas en el estomago un poco molestas, creo que tenia miedo a que me dejara caer, aunque sabía que eso no iba a ser así. Al llegar al comedor pude sentir cierto ambiente de casa de familia. Taliyah se encontraba sobre Yasuo, pues él no le quería pasar la mermelada, y aprovechando la baja estatura de Taliyah, Yasuo sostenía el frasco sobre su cabeza.

-¡Pásamelo que tengo hambre!¡Yasuo!- gritaba Taliyah a su maestro.

-Tendrás que alcanzarlo tu.

Mientras Yasuo y Taliyah discutían por un frasco de mermelada, Janna y Rihanna se encontraban juntas haciendo lo que resta del desayuno, mientras se molestaban la una a la otra. Y mientras ellas hacían eso, Ekko corría por el gran comedor cargándome, y yo pedía entre risas que me bajara. La furia de la tormenta se volteo y al vernos jugando y molestándolos entre nosotros, hizo aparecer un tornado que nos derribo a los cuatro, pero los muebles seguían intactos. Rihanna rió. Pude observar como Taliyah cogía el frasco antes de que caiga al suelo, sonriente. Los seis nos sentamos a desayunar, Rihanna sonreía, jamás la había visto tan contenta.

-Como que te ha cambiado el ánimo Rihanna.- digo dándole un empujoncito.

-Thalia...- responde mirando a Janna sonriente, ella le devuelve la sonrisa con ternura.

-Extrañaba a mi hermanita...- dice Janna tomando la mano de Thalia por un momento.

Sonreí y baje la vista. Ojala mi hermana me quisiera de ese modo... Pero al fin y al cabo jamás la conocí bien, sólo estuve unos días con ella y después desapareció de mi vida.

El desayuno transcurrió tranquilo, luego de eso Taliyah ofreció a Ekko practicar en el jardín trasero, pues Yasuo tenía que arreglar unos asuntos con Janna sobre el hospedaje gratis que ella les estaba ofreciendo. Fui detrás de Taliyah y Ekko, no quería que la cosa se descontrole, Thalia me seguía, con una nueva paletita en la boca, esta vez una mas pequeña, de marca «ChupePop»(N/A: quién vio todos los episodios de ¡Carly va a saber de donde saque el nombre ;)), que eran de las cuales usualmente los dentistas le daban a sus pacientes, irónico ¿Verdad? Los dentistas cuidan la salud bucal y dan a sus pacientes dulces para maltratar sus dientes. En fin. Taliyah y Ekko se hallaban enfrentados. La chica suspiró, cerrando los ojos para concentrarse, mientras Ekko preparaba su espada, alerta a lo que fuera que pueda pasar. Taliyah levanta el suelo debajo de Ekko, haciendo que este se tambaleara un poco, perdiendo el equilibrio. Ella aprovechó eso y lanzó un una gran roca al rostro de Ekko, quien detuvo el impacto con su espada. Taliyah creó un par de paredes cerrándolas para aplastar a Ekko, pero él logro salir del alcance de las rocas antes de que lo aplastaran. El resto de la pelea fueron rocas lanzadas de parte de Taliyah y Ekko esquivando o rompiendo la gran parte. La joven shurimana terminó bastante cansada, en cambio él no parecía demostrar cansancio, depositó su espada en su hombro, como siempre hacía.

Abraza el Presente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora