Me levanté rápido del suelo, cogí de la mano a Ekko y comencé a correr hacia las Criptas Eclípticas, uno de los bancos mas seguros de Piltóver, o al menos eso había escuchado. No estaba muy segura de si lo habían calificado como "seguro" por el hecho de que no se puede derrumbar con facilidad o porque es imposible de robar, pero eso no era de mucha importancia. Ekko jaló de mi brazo, pegándome mas a él. Sentí un zumbido en mi oído, Caitlyn había tratado de darme un tiro.
—Creí que no fallabas ni por error, Cupcake.— escuche decir a Vi.
—Cállate, Vi.— respondió Cait molesta.
Finalmente llegamos al banco, la ciudad estaba completamente vacía, al parecer los ciudadanos de Piltóver han de estar en los refugios o en sus hogares. A decir verdad, Piltóver se veía encantadora sin ninguna persona circulando por las calles de la ciudad. Ekko y yo empujamos las pesadas puertas del banco, logrando abrirlas sin mucho esfuerzo. No nos preocupamos de cerrar las puertas, sabíamos que Vi podría tirarlas si lo hacíamos. Tomé a Carapescado de la mandíbula, acariciando la parte superior de su cabeza.
—Hoy destruiremos muchas cosas, como en los viejos tiempos...— le dije con malicia.
—Pero yo no quiero hacer eso.— habló.—¿Por que mejor no vives una vida normal?
—Si...¿Por que mejor no vives una vida normal?— dijo Ekko en mi oído, acariciando mi vientre, abrazándome por la espalda.
Mis mejillas se calentaron al sentir su tacto en mi vientre, me estremecí, sin poder decir alguna palabra. Mis mejillas se ponían mas y mas rojas, podía sentirlo. Volteo un poco mi cabeza para verlo. Sus ojos tenían un extraño pero hermoso brillo al mirarme, le sonreí un poco, él me devolvió la sonrisa, para seguido darme un beso en los labios.
—Vaya... Creo que interrumpimos algo.— escuche detrás de nosotros.
Me separé de Ekko, mirando hacia la entrada. Vi reía mientras golpeaba con uno de sus puños metálicos la palma de su enorme mano, preparándose. Deje caer a Carapescado por mi espalda, tomando a Pum-Pum para disparar si alguno de ellos se acercaba. Miré a Ekko de reojo, pude ver como agarraba la empuñadura de su espada con firmeza, preparado para cualquier cosa.
—Amo como te queda el cabello así...— dice Caitlyn, jugando con su pacificadora.
—¿Sabes qué amo yo?— pregunté con furia, ella negó con un gesto, tranquila.— Mejor dicho lo que amaría...¡Amaría ver una maldita bala darte en la cabeza, acabando con tu maldita vida!
Jayce toma su martillo con firmeza, con intenciones de caminar hacia mi y darme con ese martillo en la cabeza, pero Vi lo detiene antes de que pueda dar un paso. Ekko frunce el ceño.
—Yo me encargo, no sabes lo que he esperado por borrar esa sonrisa de su estúpida cara.— expresó Vi, girando su cabeza, haciendo sonar un par de huesos.
Sonreí un poco, esta vez mi objetivo era la Señorita Sombrerotes, moría de ganas de terminar con su vida y quedarme con ese sombrero... Al estar muerta no lo necesitará, además no me vendría mal un recuerdo de ella.
Vi comenzó a correr hacia nosotros, hice una señal a Ekko para que ataque, él asintió, corriendo hacia Vi. Él asestó un golpe en uno de los guantes de Vi al ella avanzar hacia él, veo como Jayce tiene intenciones de atacar a Ekko por la espalda, me apresuro y lanzo una de mis trampas a sus pies. Disparo a Chispas en dirección a Caitlyn, ella consigue esquivar el rayo, dando un salto hacia un lado, disparando hacia mi. Esquivo el disparo escondiéndome detrás de una de las grandes columnas que sostenían el lugar.
Jayce había conseguido liberarse de mi Mascafuego. Él saltó sobre Ekko, que se hizo hacia atrás un segundo antes de que el héroe de Piltóver le caiga encima. Tomé a Carapescado y disparé un misil hacia ellos, Ekko salió del rango de la explosión dando una voltereta hacia una de las columnas. Vi cubrió a Jayce del misil con sus enormes guantes, justo al mismo tiempo su escudo se activó, por lo que el misil no causó un gran daño, mucho menos el que a mi me hubiera gustado que causara.
Caitlyn disparó su arma dos veces, las dos veces las balas impactaron contra una de las columnas del lugar, la que yo usaba de escondite para ser mas específica. Suspiré, esperando que Chispas este nuevamente cargada para volver a utilizarla. Corrí hacia las escaleras, el joven héroe y la inteligente sheriff me siguieron, sin parar de disparar. Hábilmente esquivo cada una de sus balas y municiones, una vez termine de subir las escaleras, disparé un misil hacia los tortolitos de Caitlyn y Jayce, el apuesto héroe empujo a Caitlyn hacia un lado de las anchas escaleras, esquivando el misil que fue a parar a donde Vi se encontraba. El escudo de Vi no alcanzó a activarse, por lo que el misil la derribo al explotar. Ella quedó inconsciente. Caitlyn volvió a disparar, esquive la bala, o al menos eso trate. La bala me dio en el brazo. Deje escapar un gemido de dolor y me tire en el suelo, esquivando un par de tiros mas sin intenciones de hacerlo.
Me mantuve en el suelo un par de segundos. Respiro profundo y me levanto, cuidando que mis armas no se salgan de su lugar para así evitar que golpeen mi cuerpo. Miro hacia abajo para ver como van las cosas, de un segundo a otro Jayce esta luchando contra Ekko, a simple vista parecía ser una pelea interminable. Caitlyn disparaba a Ekko desde las escaleras, dañando su cuerpo, siempre conseguía acertarle.
Era mi oportunidad, la sheriff estaba tan concentrada en Ekko que podría dispararle sin darle tiempo de esquivar la bala. Jayce estaba ocupado con Ekko, por lo que no podría protegerla. Y Vi... bueno, ella no era un problema, estaba lejos de ella, tan lejos que no llegaría a cubrirla de la bala.
Oportunidades así no se dan siempre. Debía aprovechar.
Apunte a con el Sr. Pum-Pum hacia donde estaba Caitlyn, justo en su cabeza. Dispare, no me lo pensé dos veces. Me extrañó que el sonido del disparo no alertara a Caitlyn, pero si alerto a Jayce, que miró a la sheriff con preocupación y los ojos cristalizados.
¡BOOM! A la cabeza.
Como ella solía decir al estar con vida.
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Abraza el Presente.
Romantik¿Robar? No, eso no era lo que ella hacia...¿Sembrar el caos? Pues eso sería mas acertado, y él lo sabía perfectamente, la cuidaba de lejos, pues después de la perdida de su mejor amigo no estaba dispuesto a perder en un futuro a quien lo volvió loco...