Rihanna y yo, Jinx.

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Abrí los ojos con lentitud, la luz del sol entraba por una abertura del techo, dándome directo en la cara. Una joven zaunita dormía a mi lado, su nombre era Rihanna. Yo la había rescatado de uno de los experimentos de Viktor mi ultima vez en Zaun, hace mucho tiempo, al principio sólo la veía como el único peón de mis actos “criminales”, criminales según Sombrerotes, por favor, yo sólo me divierto... Pero con el pasar del tiempo la joven se había convertido en la persona mas importante para mi. Le doy un empujón pera despertarla, antes de abrir los ojos emitió un quejido sonoro que retumbo en las paredes de la gran fabrica en la que nos refugiábamos, que se encontraba en las afueras de Piltóver.

—X...¿No es muy temprano?— pregunta tallando sus ojos, sentándose.

—¡Nunca es temprano para el caos! Y sabés que puedes llamarme Jinx, no me molesta, si vuelves a llamarme “X” tendré que dispararte.— bufé.

—No si yo lo hago primero...— canturreo.

Ella se levanto y camino hacia una mesa donde se encontraban todos nuestros artefactos para sembrar el caos en esta ciudad perfecta, Rihanna tomo de entre las armas un par de moños para su cabello, que era de un color castaño claro, lo tenía bastante largo, pero no mas que el mío. Comencé a desarmar mis trenzas para que Rihanna pueda armarlas de nuevo al terminar con su cabello.

—¿Como has dormido?¿Soñaste con vestidos y tarjetas de crédito como toda niña de dieciséis años?— pregunto divertida mirando como ella hace una perfecta trenza de lado en su cabello.

—Eso me ofende, yo no tengo los tipicos sueños de niña piltilla malcriada, yo tengo otros sueños mas... perturbadores.—Rihanna enfocó su vista en un punto fijo, pensativa, terminando su trenza.

—¿Otra vez Viktor?

Mi pregunta la saco de sus pensamientos, ella me miro a los ojos, su mirada púrpura parecía decirme que estaba en lo correcto y que no quería hablar de eso. Bajé la mirada al suelo, escuchando sus pasos acercarse a mi para poder peinarme. Sabía lo que Viktor había hecho con ella, él la convenció de que sería su aprendiz, todo lo que le enseñaría sería para poder alcanzar la evolución aún sin Viktor con vida, pero con la condición de que dejara a su familia y que fuera a vivir con él. Pero lo único que él quería de Rihanna era que ella fuese su ratón de laboratorio, y a veces, su juguete. Rihanna siempre fue una joven hermosa, su rostro parecía ser de un ángel, y con dieciséis podía seducir a cualquiera, y no hablo de llevar a una persona a la cama, ella no es tan guarra, sino de que podía ganarse la confianza de cualquiera en sólo segundos, pues en sus ojos lo único que puedes ver es bondad pura, en cambio yo no engaño a nadie, ja, por ese motivo la salve de Viktor, pensaba que una persona hermosa e inteligente y otra adicta a la destrucción y muy divertida harían la combinación perfecta para irritar a mi policía favorita y la mas fácil en perder la paciencia: Vi. Sentí como Rihanna comenzaba a a trenzar mi cabello.

—¿Cuales son los planes para hoy Jinx?— pregunta mirando mis amigas, es decir, mis armas, Carapescado estaba algo arruinado por la pelea de ayer contra Cait y su Martillitos, ahogo la carcajada al recordar como los había encontrado y que tan avergonzados y enfadados estaban. Rihanna se da cuenta de que estaba a punto de reírme, jala un poco mi cabello molesta, a ella le irrita que alguien que quiere le oculte cosas, os juro que cuando me dijo eso me sentí halagada.

—Hoy planeaba hacer volar el banco central, he oído que es el que mas se llena, tu entras, instalas las bombas y sales.

—No lo se, me parece muy cruel, muchas personas morirían...¿Y si hay niños?

—Agh— me queje.—, ya suenas como él.

—Pero tu lanzacohetes tiene razón en varias ocasiones.— se defiende.— Los niños no, no te gustaría morir en un banco, y menos explotando...

—¿Quien necesita una razón?— digo riendo.— .Además es mejor que mueran con sus madres o padres a que terminen huérfanos... Bah, que digo si tu no eres huérfana...

Ella suspiro, terminando con una de mis trenzas y siguiendo con la otra.

—Lo siento X, a veces olvido de que estas loca y sólo quieres divertirte... Lamento estar cuerda y pensar demasiado.— se disculpa algo triste, pues según ella mi historia es mas penosa que la suya, era de esperarse que ambas historias no sean del todo felices, pues vivíamos en Zaun después de todo.

—No hace falta estar loco para no pensar, sólo debes relajarte y pensar que aquellas personas sólo les importan lo que pasa en su ciudad, no en las otras que necesitan solo un poco de ayuda... pero no hablo del término progreso, eso ya lo tenemos...

—Tienes razón, y enserio lo siento...

—Tranquila... ¿Amigas?— digo enseñándole el puño.

—Hasta que las balas nos separen.— y chocó su puño contra el mio, con una sonrisa.

Rihanna continuo con mi trenza hasta que estuvieron listas. Me levante de la cama de hierro que compartíamos y camine hacia la mesa en la que mis armas y otros artefactos y accesorios se encontraban. Rihanna caminó hasta el gran perchero que había colgado en una de las paredes, allí colgábamos las ropas que robábamos en muy pocas ocasiones. Ella tomo un vestido blanco, unas botas de cuero marrones y una chaqueta del mismo material. Yo, por otro lado, me pongo los cinturones con balas, me coloco la funda de Chispas del lado izquierdo de mi cintura, era la única arma que llevaría, acompañada de un cañón de fuego rápido que había robado hace tiempo en Aguas Turbias. Rihanna se acerca a la mesa en la que estoy y coge unas cuantas bolitas de metal, eran diminutas, pero podían causar grandes destrozos. Guardo el detonador de las pequeñas bombas y salimos de la fábrica hacia el centro, donde se hallaba el banco. Tardamos varios minutos en llegar, demasiados diría yo, pues la fabrica quedaba en las afueras de Piltóver, en el límite con Zaun. La ciudad estaba repleta de policías, y no estoy exagerando, había un maldito policía en cada esquina, se nos sería difícil pasar desapercibidas, pero lo conseguimos, llendo por los lugares mas vacios de la Ciudad del Progreso: los callejones. No todos eran sin salida como en las novelas clichés en la que te quedas atrapado en uno cuando te persiguen, a mi no me ha sucedido eso por fortuna. Llegamos al banco, nos escondimos entre los arboles del parque que había en frente, mire a Rihanna, sus ropas estaban demasiado limpias, tenía que dar pena aunque sea a uno para poder entrar en una de las oficinas e instalar una de las bombas. Cojo un poco de la tierra de el suelo y ensucio el vestido, provocando una maldición de su parte, le hago una seña para que guarde silencio. Saco a Chispas de su funda y le disparo a un ave que había cerca, no consigo que salga sangre de su cuerpo, pero si asesinarla. Agarro el cuerpo del ave y con una roca con filo que había cerca le hago un corte en el vientre, comienzo a agitar a el ave en dirección a Rihanna, que me mira asqueada mientras su vestido y piel se manchan de sangre, eran sólo gotas, lo que necesitaba.

—Eres un asco...— dice mirándome disgustada.

—Pero si estas perfecta para una gran actuación Ri, a esto se le llama disfraz... Ahora ve y has de cuenta que te atacaron, que sea creíble.

Ella sale de nuestro escondite y corre hacia las puertas del banco, sonrió sacando el detonador de mi bolsillo.

Abraza el Presente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora