La carta

1.2K 117 41
                                    

Los rutilantes rayos de sol que entraban por la ventana interrumpieron el placido sueño de Joanna.

Se levantó de la cama y se dirigió a la ventana para apartar las cortinas y así dejar entrar la luz por completo.

Cuando abrió las cortinas se fijo en lo que se acontecía en el exterior.

-M-mi señor, por favor.-decía un hombre que se encontraba de rodillas en el suelo. Era un hombre de avanzada edad ya. Tenía el pelo canoso y grasiento y grandes bolsas en los ojos.-¡Piedad! ¡Os lo suplico!

-¿Piedad dices?-Dijo Ramsay que estaba justo enfrente suya. Le dio una patada en la cara al hombre.

Él cayó para atrás y se quedó en el suelo reprendido por el golpe.

-Llevadlo a las mazmorras, después me encargaré de él.-Después de decir eso, el bastardo se dirigió de vuelta al interior del castillo.

Jo se preguntó qué habría hecho el hombre para ser arrestado.

En seguida alguien llamó a la puerta. Jo se dirigió a ella y la abrió.

-Buenos días, lady Joanna.-Dijo Mirabelle cabizbaja. Se negaba rotundamente a mirar a su señora.-He venido a asearos.

-Pasa, pues.

Mirabelle bañó, peinó y vistió a Joanna. Todo ese proceso se llevó a cabo en silencio.

Jo trataba de buscar la manera de iniciar una conversación cordial con ella, pero como ella ya sabía, no era su punto fuerte.

Mirabelle le ataba los lazos del corsé del vestido que le había puesto.

-Mirabelle, sé que estás asustada, pero necesito saber que tipo de persona es con la que convivo bajo este techo.-Joanna pensó que tal vez había sido demasiado directa, pero no se le ocurría otra manera de sacar el tema.

Mirabelle permaneció en silencio.

-Por favor.-Insistió la dama.

Mirabelle suspiró, pero al fin decidió hablar.

-Lord Ramsay es cruel... Es... Es...-Se le quebró la voz antes de acabar. Las manos comenzaron a temblarle y le costaba terminar de atar los lazos del vestido de Joanna.-Él, hace lo que quiere con quien quiere.-Prosiguió.-Mata sin remordimientos, tortura a personas en las mazmorras, las desolla vivas...
»También caza a personas... En-en el bosque. Sobre todo a las mujeres. Les dice que si consiguen escapar que serían libres. Ninguna ha conseguido escapar jamás.-Por fin terminó con su vestido. Joanna se giró para observar que Mirabelle luchaba por contener las lágrimas que amenazaban con salir por sus ojos.

-Mirabelle, tranquila. Respira hondo.-Trató de tranquilizarla.

Mirabelle cerró los ojos fuertemente y se quedó en silencio durante un rato. Después, prosiguió.

-Las obliga a correr desnudas por el bosque, su jauría de perros las persigue hasta encontrarlas. Si le han resultado difíciles de cazar, las mata, después las desolla, deja el cuerpo como alimento para sus perras y le pone el nombre de la chica para "honrarla", por así decirlo.
-Hizo una pausa para tragar saliva. Miró a la mujer que tenía delante a los ojos.- Si no han sido una buena caza, las viola y las desolla vivas.

Joanna se sintió paralizada al oír todo aquello. Sabía de algún modo como era el Bastardo de Bolton. Había oído rumores, pero no se los había creído del todo, hasta ese momento.

-Se-se lo hizo a-a mi hermana. Yo...-Finalmente la doncella rompió a llorar.

Joanna no podía hacer otra cosa que abrazarla. Se sentía culpable por haberla hecho hablar, pero necesitaba saber todo aquello.

Cortesía GélidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora