capitulo 17

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—Te ves tan hermosa —murmuró James elogiando con detalles sus ojos y su cuerpo.

—Gracia mi rey.
Ella estaba sonrojada, y mas que eso, feliz, feliz por que sabía que ya sería suya.

Cenaron juntos cerca de la playa, luego de haber reposado, decidieron pasear por ella.

—A veces miro el cielo, y pienso, que en cada estrellas hay una persona que habita en ella. Me pregunto ¿yo sería una estrella? Digo, si todos merecemos de ella lo seríamos.

—eres una estrella, pero más que eso, eres mi estrella. Tu iluminas mi noche, mi dia, mi todo. Quiero que nunca te apagues. —besó su frente y ella sonrió, pero tenía miedo y dolor.

—¿Y si dejo de brillar? —esa pregunta la entendió a la perfección. Se detuvo y acarició ambas mejillas de la chiquilla.

—Una estrella nunca deja de brillar, nunca se apaga. —se acercó lentamente y la besó despacio. Melissa se sintió muy feliz, tenía vida, tenía ganas de vivir, y con esas palabras, no dejaría de luchar.

Siguieron caminando tomados de las manos, luego se sentaron en las arenas, él estaba detrás de ella, y ella en el centro de sus piernas dándole la espalda. James la abrazaba, y la enrojecida Meli suspiraba profundo mientras miraba las estrellas.

—Te amo James. Jamas pensé que te enamorarías de mi —susurró.

-—Y yo jamás imaginé que podría sentir este fuerte y hermoso sentimiento, tan puro y tan real por ti. Te amo Melissa. —besó su cabello—. ¿Sabes? a veces sonrío al recordar de como nos conocimos. —los dos sonrieron al recordarlo.

—Si, ¿recuerdas lo de Benjamín Franklin? —se rieron a carcajadas de pensarlos.

—Como olvidarlo, quería matarte. Eso fue lo que me molesto y  que me cautivó de ti, tus manera de defenderte, tu manera de desafiarme. Todas esas maldades me hicieron comprender las agallas que tienes, se que eres fuerte.

Ella se giró a mirarlo, y se besaron. Sus labios se mezclaban lentamente, hasta que un  deseo enorme fluyó en ellos, y Melissa se giró por completo acariciando su cabello, y James acariciando su espalda. El deseo de estar juntos se notaba bastante, ella lo guió hasta la arena quedando  acostado en ella.

Por falta de aire de detuvieron y se miraron.

—Creo que deberíamos ir a dormir — susurró ella.

—Sí, también lo creo —musitó, ella mardio su labio inferior y sonrieron.

—Vamos.

Se levantó,  y él hizo lo mismo.

Iban de las manos caminando, la felicidad se propagaba en cada gesto o detalles.

—Sabes,  ya has cumplido las mayorías de los deseos —dijo Melissa.

—Si, creo que falta uno o dos — mencionó James.

—Así es. Pero no quiero que hagas las cosas sólo por cumplir mis deseos, me gustaría que se haga por que así los queremos. No importa si esa lista de deseos termina, creo que aun falta por escribir.
Aquello conmovió a James, así quería escucharla.

—Me gusta que hables así, me encanta cuando demuestra tus  ganas de seguir, tus ganas de luchar. Estaré contigo siempre. 

La abrazó y besó su frente.

Al llegar al cuarto y antes de abrir la puerta,  Melissa sintió muchísimo nervio sobre su cuerpo, sabía lo que había atrás de esa puerta. Entonces... Quizo sorprenderlo.

Mi adorado tormento-  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora