capitulo 18

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Una noche maravillosa en la cual los dos se habían entregado en  cuerpo y alma.

Dos almas unidas para siempre. Un amor eterno a punto de florecer. Tanto Melissa como james- se sentían mas que enamorados. 
Amanecieron envuelto en un nido de amor. James  abrió sus ojos y luego de colocarse su ropa interior, llamó a la recepción para que le lleven el desayuno allá mismo. No querían escapar ni correr lejos de esa cama que hasta ahora, fue testigo de tanto amor.

Él la llenó de besos por cada área de su cuerpo, Melissa estiró su cuerpo y abrió los ojos, ahí estaba su amor besando su abdomen. Y haciéndole  el amor nuevamente, pero fueron  interrumpidos por el chico del servicio, quien llevaba el desayuno.

Juntos desayunaron y luego de preparar el jaccuzzi, entraron unidos a relajarse. Aquello si que era la felicidad pura para Meli, tanto así, que ya no sentía tanto dolor. El amor podría ser la salud para ella, aunque eso, no podría asegurarse.

Melissa temía volver a su país, sabía que cuando volviera era una despedida eterna, no iba a cambiar de planes. No quería arruinarle la vida a James, no quería que él lo dejara todo por ella, o peor aún, que lo perdiera todo.

—James te amo. Pase lo que pase siempre te amaré —susurró con un dolor interno, luchando por no mostrarse vulnerable. Amaba a james- y de esa forma lo demostraba.

—Yo te amo mi niña. Eres mi adorado tormento, la chica que me vuelve loco, te amo así. Estoy dispuesto amar cada detalle que me muestre, en cada circunstancias que se presente, no me importa los obstáculos, te amo.

La tomó de su mentón obligándola a que lo mire, ella dejó caer unas lágrimas llena de sentimientos. James la limpió y se besaron.

Al terminar de su ducha, se vistieron para salir fuera del hotel y conocer los demás lugares. No se iban sin ojear cada lugar del hermoso punta cana.

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Por otro lado se encontraba Tony, iba de camino a la universidad. Estaba feliz de que al menos Meli fuera feliz al lado de su profesor. Pensaba y analizaba tantas cosas.

Había tenido una discusión con Ámbar justo cuando ella le confesaba su amor, pero el no supo reaccionar bien y terminó diciéndole que perdía su tiempo, porque él no podía amarla.

Ámbar nunca había sufrido como ese día. Lloró deseando que su amiga la consolara, era lo peor que pudo haberle sucedido. Pero estaba decidida a olvidarlo. 

Cuando Tony llegó a la uní, quería pedirle disculpas a Ámbar, no quería perder su amistad, aunque si sabia que ella le atraía, sentía que no podía amarla. Temía por ello.

Se dirigió hacia la cafetería y ahí la vió, pero ella estaba sentada con otro chico. Eso no le importó a Tony, él se acercó y se detuvo ante ellos.

—Ámbar, necesito que hablemos. A solas.  —ella miró al chico que estaba a su lado, era un compañero de clases quien hace meses le había confesado que la amaba.

—No, si no es delante de él, no hablamos —respondió con sequedad. Tony fruncio el ceño ante la nueva actitud que ella tomó.

—Quería pedirte disculpas por lo sucedido —dijo apenado.

—Ah pero eso ya es pasado. No te preocupes, hice como que nada pasó. Eso no detendrá que yo siga viviendo, y si me disculpas, debo  ir a clases. Vamos Josh  —lo tomó de la mano e ignorando a Tony, se marcharon. Por extraño que parezca, Tony empezó empezó a reaccionar, obviamente ella le gustaba, y ahora estaba celoso.

En la clases tuvo que soportar verla cada momento con ese chico. El intentaba hablar con ella pero Ámbar ya no quería su cercanía. Se sintió tan idiota, había perdido una chica muy importante.

Mi adorado tormento-  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora