capitulo 5

14.3K 761 80
                                    

James se estacionó fuera de una cabaña llamada "the lake of dreams" (El lago de los sueños) 
Reflejó una pequeña casita de madera al final y un muelle delante que guiaba hacia un lago.  Caminó bajando  con cuidado de no caerse o ensuciarse.  No vió rastro de Melissa fuera de la casa pero sabía que ella estaba ahí o al menos tenía esperanza. 

En cuanto abrió la casa,  descubrió que todo lo que parece pequeño por fuera,  puede sorprenderte.  Pues la casa era bastante amplia por dentro.   Entró y no le dió chance de fijarme en ella,  sólo buscar a Meli.  La buscó por todo el alrededor,  en la cocina,  en el lavado,  fue hasta la parte de arriba y encontró una habitación pero no estaba,  cuando se iba a dar por vencido y girarse para marchase,  recibió un golpe en seco sobre la cabeza que lo dejó mareado por un instante.

—¡Ay profe es usted!  pensé que era un ladrón —gritó Meli con un palo en la mano y bastante nerviosa. 

—¿Es que todo lo resuelves con golpes? —se quejó mientras sus manos frotaba el golpe en su frente.

—Bueno, yo a usted no lo mandé a entrar, ¿no veque me estaba duchando? ¿cómo pretende que reaccione al verlo de espalda sin saber quien era? y además ¿que rayos hace aqui?  —preguntó molesta y James al mirarla más detallada pudo ver que ella estaba envuelta con una toalla y sus cabello totalmente mojado.

—No te vi en clase y pensé que tú —hizo un silencio y Meli le interrumpió.

—¿Qué yo me había suicidado porque no fui a clase? usted me sorprende con su torpeza —dijo sentándose sobre la cama mientras se cubría el cuerpo.

—Si soy torpe, un torpe por preocuparme por ti, por haber dejado la clase a un lado por venir a buscarte, ¿Como pensaba que me iba poner después de leer esa carta que mas bien parecía una despedida? —exclamó con seriedad, mientra respiraba profundo para controlarse y Meli se sintió feliz de que él se preocupara. 

—¡Ay por favor! solamente dije que no iba ser una molestia más para usted, jamás dije que me iba a suicidar —mencionó irónica. 

—Pero ¿como que no serás una molestia mas para mi ¿a donde pensaba irte? —preguntó molesto.

—Estuve pensando decirle a mi padre que me lleve para ese instituto que por cierto queda en España, y ahí estaré durante cinco años —respondió bajando la cabeza. James se acercó a ella y levantó sus rostro con la mano, ella lo miraba con sus ojos aguados. 

—No quiero que te vayas, no quiero que tengas que irte a un lugar donde no te sentirás bien. Sé que lo haces por quitarle a todos la molestia de verte. Yo no sé que me ocurre contigo, pero siento que debo cuidarte, y por más maldades que hagas, no serás una molestia para mi —confesó y ella dejó caer sus lagrimas sin contenerse y enseguida lo  abrazó. 

James solo miraba hacía el techo,  pedía tener paciencia para soportar todo lo que ella hace,  o eso intentaría. 

—Gracias profesor, gracias. Prometo no darle mas picante —bromeó  aún con sus ojos humedos, y lo dos rieron
—.Quisiera proponerle algo —añadió y él frunció el ceño.

—¿Qué?

—Primero déjame cambiarme de ropa, porque si no te has dado de cuenta, estamos los dos solo, yo en toalla, y usted tan cerca de mí, no sé cual de los dos podría perder el control —murmuró y él sonrió.  Ni siquiera se había estado fijando en eso,   ya que el no la veía como una chica a la que el tendría en su cama y de eso estaba mas que seguro. 

—Tienes razón, te espero en la sala. 

Dicho eso se marchó y se sentó en el sofá color marron que hacía juego con el color de la cabaña, ya que estaba hecha de madera. Unos retratos le llamaron la atención. Se acercó hasta ellos y vió a Meli junto a su dos hermanas, estaban en esa misma cabaña, luego miró  otro retrato donde Meli salía con sus padres,  en esa foto Meli tenia doce años y por su rostro angelical él pudo reconocerla, pero a su lado miró a  un niño sin cabello y con una mirada triste.  Y claro, no reconocía al niño que desde a simple vista parecía de ocho años. 

Mi adorado tormento-  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora