Al día siguiente Melissa no se contuvo para darse una escapada hacía la casa de James después de haber creado un gran problema en el salón de clase.
En cuanto llegó a la puerta no dudó en usar su maniobra con el cerrajero y abrirla. James estaba bañándose y la muy traviesa paseándose dentro entre saltitos. Con movimientos saltarines y la emoción a flor de piel entró a la habitación de James pero se llevó la sorpresa de verlo salir del baño con una toalla envuelta. Se lamió los labios de imaginarlo desnudo, pero se contuvo alejándose de la tentación para evitar problemas con James. Así que se ideó en su cabeza que tenerlo como amigo era la mejor opción que podía existir, ya que James no la quería ninguna forma amorosa.
Meli solo quería su compañía.
Meli no se contuvo unos minutos después y entró como don Juan por su casa, logrando que James se pegara un buen susto. Este al girarse quedó más que sorprendido y confundido a la vez.
—Pero tú tienea que ser loca, ¿qué haces aquí? —exclamó llevando una mano hasta la frente.
—Es que lo estaba esperando para.. — se quedó en silencio al verlo vestido de esa manera. Llevando puesto un un Sweater de mangas largas color gris, un jean oscuro y unos zapatos con estilo deportivo.
—¿Para qué? —indagó.
—Usted está muy guapo, pero bueno, es que quería decirle que ya que usted y yo jamas seremos algo más, quisiera que desde hoy seamos muy buenos amigos, me gustaría poder contarle mis cosas privadas; usted me dice las suyas, que si me gusta un chico pedir sus consejos, y que seamos como esos amigos que están en las buenas y en las malas —aclaró mostrando su dentadura al reírse, y él se quedó pensativo.
«No es mala idea, si no puedo con el enemigo es mejor tenerlo cerca, de paso así me entero sobre lo que sé que me oculta» pensó James.
—¿Que me dice, profe?
—Está bien Melissa, desde hoy seremos solamente amigos, nada de besos, caricias y cosas amorosas, estamos estableciendo un pacto de amistad, tú no puedes romperlo con querer seducirme ni insistarme a lo prohibido. ¿Lo aceptas o no?
Melissa le dolía aceptar que esos labios jamas los besaría, pero se ganaría su corazón con la amistad, ella estaba decidida a dar su lucha por ganar su corazón y eso nadie se lo impediría y aunque fuese siendo un amigo, para ella lo importante era tenerlo cerca.
—Acepto, de mi parte no lo provocaré para que me bese, me acaricie, o haga algo más, pero si de su parte sale hacerlo yo no se lo impediré, pero si falla al romper el pacto tendría que pagar su fallo cumpliendo uno de mis deseos, ¿acepta? —dijo pasándole su mano y el lo pensó unos segundos hasta estrechar su mano con la de ella.
—Acepto, y no te preocupes, por parte mía no te besaré, solo te veo como lo que eres, mi estudiante y mi nueva amiga; ah y algo más fuerte que eso "mi hermanita" —respondió con una sonrisa y ella se molestó bastante, sabía que esa lucha sería difícil pero estaba segura de conquistarlo a costa de lo que fuera.
—Está bien "hermanito", y ya que estamos en confianza ¿para donde vamos? —bromeó y él la miró con seriedad.
—¿vamos? Eso como que me suena a "manadas", y no, no vamos para ningún lado, pero yo si voy para donde...
—Ay ya no me diga, sé que va para donde su amor hermoso, la sexy profesora, ¿a usted le gusta mucho verdad? —pregunto levantándose del sofá un poco aburrida del tema.
—Pues sí, me gusta muchísimo, ella es la clase de chica que hombres como yo desearían tener —dijo logrando que Melissa se sintiera mal, pero ella sonrió como si nada pasara. Ya estaba adaptada a ser un cero a la izquierda.
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Mi adorado tormento- (Terminada)
Ficção AdolescenteMelisa es como un grano en el culo: odiosa, malvada y capaz de todo por lo que quiere. Es chantajista y le encanta plasmar sus deseos en una nota. Entre esos deseos está su nuevo profesor. James, nunca imaginó que dar clases en esa Universid...