La rebelde Melissa se había metido en graves problemas.
Había pintado el pelo de su querido profesor y de su odiosa compañera sexual, no estaba en sus planes que ella tuviera su pelos estropeado, pero el destino así lo quiso.
Jamás frustrado, enojado y con ganas de mandarla al mismísimo demonio, se marchó a una farmacia con una gorra puesta, ya se le hacia tarde llegar a las clases, pero corrió con la mala suerte de que en la farmacia no vendian tinte negro, ni castaño, ni de otro color.
Enojado y sin saber a donde recurrir, se quedó con la gorra y llegó a la escuela. si la enfrentaba, todos se preguntarían porqué ella le pintó el cabello en su apartamento, y luego habría un caos total.
Decidió no darle el gusto de pasar una verguenza, no quería verse molesto por sus travesuras.
A tan solo entrar se detuvo en el salón de la profe, pero no la encontró, mientras que todos la esperaban.
Ya había llegado media hora tarde y corrió a su salón, todo se encontraron extraño el color azul que se podia ver por los mechones fuera de la gorra.
Entró y a la primera que miró fue a su indeseable estudiante, sentía que la odiaba en ese momento.
Ella sonreía y no quiso dejar sus maldades a ese nivel.
—Profesor, si usted no recuerda las reglas de esta universidad, pues yo le refresco la memoria. No se debe usar gorro, gorra, sombrero, nada que cubra su cabeza. Asi que creo, que debe darnos el ejemplo ¿o nos compañeros?
Todos decían "siii" entre un largo bullicio. James suspiró y decidió soportar esa burla.
—No hay problemas, es que como soy gay, me he dado un nuevo look. —todos quedaron boquiabierto con sus palabras y él se quitó su gorra, y las risas no se hicieron esperar. Pero actuó como si nada le importara, cosa que le molestó a Meli.
—Se ves muy bien profe, parece un príncipe azul. ¡Vean chica, aún existen los príncipes! —exclamó la traviesa y todas reían.
—Lastimosamente éste príncipe tiene su princesa —su repuesta desconcertó a Melissa, pero sonrió como si no le afectara dichas palabras.
—Como no —hizo una mueca de desagrado.
—Empecemos con la tarea pendiente —exclamó aquél pitufo, bueno, así todos los estaban denominando.
...
La clase habia terminado, Melissa no quiso quedarse, ni levantar más sospechas, pero el profesor tenía claro que ella fue la culpable y cuando llegara la noche le reclamaría hasta mas no poder.
Él por su parte se quedó observando unos documentos y despegó la vista al escuchar un ruido que provenia del otro salon.
Risas y burlas se escuchaban por doquier, el muy curioso decidió salir y para su sorpresa, se encontró llorando a su querida y amada novia, y colega. Pudo notar que su cabello se teñia en un tono azul, y recordó que su querida novia se habia duchado con el mismo shampoo, entonces como la suerte no estuvo de su lado, su estomago empezó a crujir como si lo que apena desayunó, se formara en un remolino de intentinos. Se tocó su estomago y fue a socorrer a su querida colega.
—¿Que sucede Jessica? —preguntó al notarla tan mal, pero era más que obvio que lloraba por la burla de todos, producto a su color de pelo.
—No se que pasó, pe... pero mi cabello está azul, y...- se quedó pensativa al recordar que se lavó su pelo en casa de él... —. Ésto es tu culpa. Tú tambien tiene el cabello azul ¿tramaste todo? —reclamó sin que los demás escucharan.
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Mi adorado tormento- (Terminada)
Fiksi RemajaMelisa es como un grano en el culo: odiosa, malvada y capaz de todo por lo que quiere. Es chantajista y le encanta plasmar sus deseos en una nota. Entre esos deseos está su nuevo profesor. James, nunca imaginó que dar clases en esa Universid...