Capítulo 25 (Minimaraton 1/2)

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-Bueno, pues a ver que os cuento...- empecé a decir, pero me interrumpieron

-Blas, hermanito, siento interrumpirte, pero chicos: queréis postre?- dijo Vanessa como una perfecta anfitriona que es. Parece que Londres le había sentado bastante bien, aunque no fuese en él aspecto culinario jajaja

-Vale- dijo Carlos él primero. Que raro!

- Que raro que Carlos quiera postre- dijo Alv empezando a reírse y robándome las palabras de mi mente. Risas que obviamente nosotros le seguimos.

-Que bullying mas gratuito- dijo Carlos enfadándose. Giro la cabeza, se cruzó de brazos y puso la mítica expresión de un niño pequeño a punto de empezar una pataleta

-Venga Carlos, no te enfades anda- dijo Dani

-Sabes de sobra que te lo decimos con cariño- continuo David

-Sisi, seguro. Ale, pues ahora ya no quiero postre - dijo Carlos , que seguía en sus cuatro de parecer enfadado. Eso le hizo perderse él guiño que Vane nos hizo a todos y que presagiaba lo que vendría a continuación.

-Bueeeno, es una pena! Supongo que nos quedara un cupcake de chocolate mas a repartir entre todos nos?- dijo con una voz teñida de falsa tristeza que suertio él efecto deseado.

Carlos, como era de esperar, nada mas oír las palabras "CUPCAKE DE CHOCOLATE" giro la cabeza con una sonrisa en la cara.

-Espera, hay cupcakes de chocolate?- pregunto esperanzado

-Nop- dijo Vane riéndose y destrozándole las ilusiones

-Jo, eres mala!!- protesto Carlos con un puchero

-Y tu no me dejaste acabar, como siempre. Decía que no hay cupcakes de chocolate, pero hay algo mejor. Puedes ir a por él a la cocina si quieres, mientras yo voy a por los platos- dijo sonriente- Primer estante a la derecha, dentro de la nevera rubio

Carlos no tardo medio segundo en levantarse e ir a por él bendito y misterioso postre. A este hombre hay que ponerle chocolate cerca para que haga ejercicio.
Igual debería decírselo a su entrenadora personal, Celia. La pobre no da encontrado un método para que Carlos decida hacer deporte como todo él mundo: en él gimnasio. Él dice que le da demasiada vagancia ir al gym y que por eso se queda en él sofá. La pobre Celia, que es cabezona como ella sola (a ver, yo la quiero mucho, pero es así), va todos los días desde hace 2 meses a su casa a hacer ejercicio. Si Mahoma no va a la montaña, la montaña tendrá que ir a Mahoma no? Así reza él dicho y ella se lo ha tomado al pie de la letra.
Seguro que os estáis preguntando que como hacen ejercicio estos dos si Carlos no sale del sofá. Pues muy simple, y no penséis mal que os veo venir: Celia llega, se sienta en él sofá y le empieza a ordenar a Carlos varias series de abdominales. Yo vi una sesión de estos dos y es muy gracioso. Eso si, que tableta se le esta quedando al jodido!!

Instagram (Blas Cantó)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora