El sol que entraba por la rendija que había entre las cortinas consiguió despertarme. Segundo día de instituto y ya estaba deseando que acabara. ''Katherine es el último año'' esa frase estaba continuamente en mi cabeza. Pero este año me daba la sensación de que no acabaría nunca.
El abuelo ya estaba preparado para llevarme pero de repente el timbre sonó, nos miramos todos extrañados, ninguno esperábamos visita.
- Hola señor y señora Doyle, pasaba por Katherine, me gustaría acompañarla hasta el instituto y así la pongo al día de como está todo en el pueblo – dijo mi amiga la charlatana. – ¿Qué les parece?
- Muy bien, ve Katherine, me alegro mucho de que ya tengas amigas.
- Adiós abuelos, – dije y rápidamente la animadora me cogió de la mano y me arrastró hasta la puerta.
- Kate, soy una maleducada, ayer ni siquiera te dije mi nombre, soy Corinne. Lo siento, lo siento. – Dijo una vez ya fuera.
- Encantada Corinne.
Se pasó hablando todo el camino hasta que llegamos al instituto. ¡Qué camino tan largo! Esta vez por lo menos me había dicho su nombre. Corinne. Bonito nombre. Me comentó que era animadora, que había un equipo de fútbol local, y que ahora estaban en el campeonato estatal. El fútbol por lo visto movía a todo el pueblo junto.
Ya habían pasado las dos primeras horas, teníamos un recreo de diez minutos. Corinne me arrastró hasta una fila de taquillas.
- Esta es mi taquilla, y sorpresa, ¡esta es la tuya! – dijo señalando la siguiente. Intenté mostrar cara de alegría pero creo que fingí muy mal.
Los diez minutos ya habían pasado así que Corinne me arrastró nuevo hasta la siguiente clase. Nos sentamos por atrás.
- Hola londinense, – se giró un chico de pelo rizado y ojos verdes.
- Hola.
- Dicen que Londres te hace borde, y es verdad – egocéntrico.
- Ahá por lo menos no soy un cutre pueblerino, que no tendrá salida en la vida, – dije casi susurrando para que lo escuchara.
- ¿Perdona? – gritó girándose de golpe.
- Perdonado chaval.
- Con Holmes Chapel no te metas, y con mis salidas menos – dijo orgulloso.
- Defiende tu patria.
Iba a decir algo, pero el profesor llegó y nos calló a todos. Así que di nuestra batalla por vencida. El profesor comenzó ha hablar sobre sus consejos para este curso, cómo llevar su clase. Todo lo típico. Las dos clases siguientes acabaron y otra vez era tiempo de recreo. Corinne y yo estábamos sentadas en un banco mirando hacia el fútbol.
- Es Harry Styles – dijo Corinne de repente.
- ¿Qué?
- Su nombre es Harry Styles, es amigo de mi novio, y con frecuencia salimos juntos.
- ¿Tienes novio?
- Si, se llama Corin, es amigo de Harry desde pequeño.
No le di demasiada importancia. Las dos horas restantes acabaron. Esta vez no me acompañó Corinne, decidí pasar por el colegio, y así poder recoger a Travis.
A lo lejos se veía un pequeño de melena rubia saltando hacía mi, vestido con una camiseta roja y un pantalón beige. Llevaba una mochila de Spiderman colgada de una sola asa. Llegó hasta mi y me abrazó cálidamente por mis piernas.