Capítulo 23.

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Hoy era uno de los días más esperados por una gran mayoría, navidad. Todo lo contrario mío. Esperaba éste día, hasta que mi padre me separó de Harry. Esperaba pasar la navidad con Harry. Esperaba pasarla abrazada a él en cualquier parte del mundo, como le prometí.

Aún era temprano, pero Travis ya estaba nervioso por su regalo y lo quería. Así que decidí sorprenderlo dejando el regalo en su cama, junto con una pequeña nota. Me alegro de haberle comprado algo, Trav no tenía la culpa.

Iba a ser una navidad aburrida y triste. Aún no me hablaba con mis padres, y no tenía pensado volver a hablarles por ahora. Ellos habían sido egoístas, yo también lo sería ahora.

Mamá había salido a hacer las últimas compras, y Travis estaba pegado a la pantalla del ordenador. No estaría así si estuviera en Holmes Chapel. Seguramente estaría jugando al fútbol con sus compañeros.

Harry estaba un noventa por ciento de las horas en mi mente. No podía olvidar mi promesa. Pero debía quedarme aquí. Debía seguir junto a mi familia.

Llamé a Harry por Skype. La primera vez no contestó, me desilusioné un poco. Pero volví a intentarlo y rápidamente contestó.

  - Feliz navidad pequeña – dijo nada más contestar.

  - Feliz navidad amor.

Llevaba uno de los típicos gorros navideños, con los cuernos de alces dibujados, sus rizos asomaban por debajo del gorro, y estaba sin camiseta. Estaba tan adorable pero a la vez caliente. Era una extraña combinación.

  - ¿Qué tal todo por allí? ¿Y el partido de ayer? – pregunté.

  - Por aquí todo bien, salvo que no estás. Y el partido lo ganamos, y ya sabes acudimos a la típica fiesta de después.

  - ¿Y qué tal Corinne?

  - Corin y ella están pasando un mal momento, seguro que lo arreglan, pero el otro día Corinne vino a casa, estaba agobiada, le hacías falta y no quería agobiarte por teléfono.

  - La voy a matar, debería habérmelo contado.

  - Kate, ponte en su lugar. No es fácil para ella.

  - Ya sé, pero es como mi mejor amiga, y me duele perderla.

  - No la vas a perder. No te preocupes. ¿Y qué tal es Londres en navidad?

  - Está todo nevado, las calles comerciales están llenas de gente, de regazados mejor dicho, y las tiendas tienen descuentos increíbles, pero no estoy de ánimos para comprar, te necesito para que me lleves las bolsas – dije irónicamente.

  - Estúpida – dijo pareciendo enfadado –. Te he comprado un regalo, no sé si llegará a tiempo, pero confío en Papa Noël.

  - Yo también.

  - ¿También confías en Papa Noël?

  - No tonto, también te he comprado un regalo.

  - Ah, me muero por saber qué es – dice pareciendo nervioso.

  - Amor, debo de colgar, mi madre me está llamado, luego hablamos.

  - Te quiero, pasa una feliz navidad.

  - Lo intentaré sin ti. Yo también – dije y bajé la pantalla del ordenador.

Escuché a mi madre gritando mi nombre desde la cocina y fui hasta allí. Se veía muy atareada.

  - Katherine, ya sé que estás disgustada con tu padre, pero necesito que me ayudes a preparar la comida de hoy. Primero debemos de ir al supermercado, ¿me acompañas? – asentí.

Teníamos la costumbre de celebrar la navidad por el día, mi padre decía que la noche era para descansar, y no para hartarse de comer. Después por las noches solíamos ver una película navideña en familia.

Llegamos al supermercado, y fuimos llenando nuestro carro hasta sus fondos, no sé para quién tanta comida, siempre sobraba más de la mitad. Y más este año, que no venían ni los abuelos.

Fuimos de vuelta a casa con el coche cargado de comida. Travis no ayudó a sacarla y ordenarla toda. Mamá y yo comenzamos a cocinar, papá seguía trabajando hasta el último día y Trav estaba ordenando la mesa y colocando los platos.

Todas las navidades era el mismo menú, pollo al horno. Era la comida favorita del abuelo y por eso lo hacíamos. Aunque este año no tenía mucho sentido que lo hiciéramos.

El pollo ya estaba horneado, la mesa ya estaba puesta, sólo faltaba que papá llegara para comenzar a comer.

Papá entró por la puerta, cuando me vio fuera de mi habitación sonrió eufóricamente, dejó su maletín en la entrada y vino ha abrazarme.

  - Que halla salido de mi habitación no significa que te halla perdonado automáticamente – dije apartándome.

  - Katherine – me regaño mi madre, mientras mi padre sonreía forzado.

La comida pasó rápida y de nuevo entré en mi habitación. No tenía ganas de soportar a mi padre.

Coloqué los cascos en mis oídos y con la música de fondo me quedé dormida.

* * *

  - Katherine, Katherine, depierta – era mi despertador personal, mejor llamado mamá.

  - No mamá cinco minutos más.

Extrañamente desapareció. Minutos más tarde sentí como un cubo de agua helada me mojaba totalmente.

  - Mamá – repliqué como una niña pequeña.

  - Sal de la cama ya – dijo riendo.

Siempre me amenazaba con tirarme agua por encima, pero nunca lo había hecho. Y esta vez lo hizo.

Salí al comedor, papá y Travis estaban decidiendo qué película ver. No entré en la discusión, total no tenía ganas de ver ninguna.

Sólo llevaba quince minutos de película y se me estaba haciendo eterna, era la película navideña más aburrida jamás vista.

El iPhone vibró en mi bolsillo, era número desconocido.

  - Sal a la puerta, tu regalo te está esperando – dijo.

  - ¿Cómo?

  - Hazme caso.

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Hola, os comento. Voy a dejar de subir en twitpic, me resultaba díficil subir capitulos, vuestros comentarios no los podía ver, también me han dicho que no podían abrir el link, así que aquí estoy.

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Espero que os guste y nada, suerte en la semana.

Where I am? [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora