Habían pasado varias semanas desde que llegué. Aún no sabía qué hacer. Si me quedaba me alejaba de mis padres. Pero si al contrario me iba, me alejaba de mis abuelos, de Corinne, de Corin, de Travis y de… de Harry. Era una decisión difícil.
Los abuelos y Travis habían salido, así que estaba sola en casa. Para sentirme más sola si es posible. Estaba tirada en el sillón, vestida con unas calzonas de Travis y una camiseta gris ancha.
Fui hasta la cocina, rebusqué entre los tazones de helado almacenados en nuestro congelador. ''Helado de chocolate con nata’’ éste es el mío.
Mientras comía helado como tal desesperada de película rebuscaba entre canales para ver si había algo digno para perder mi tiempo. No había nada. Dejé un programa de algo de animales, mientras me tendí en el sofá y estiracé una manta sobre mis piernas. Poco a poco mis ojos se fueron cerrando y caí en un sueño profundo.
***
El maldito sonido del timbre me despertó. ¿Quién sería ahora? ¿Y para que me querían? Sonó de nuevo. Si era Corinne la iba a matar lentamente. Me levanté del sillón y fui hasta la puerta, antes de abrir miré mi aspecto en un pequeño espejo. Horrible. Tenía los pelos recogidos en un desordenado moño y no tenía apenas maquillaje para matar mis imperfecciones.
- ¿Harry? – pregunté extrañada rascando mi cabeza.
Él colocó su dedo índice sobre sus labios en señal de que me callara. El paisaje era precioso. Estaba todo nevado por primera vez en años, Holmes Chapel iba a pasar una navidad nevada. Las luces de las farolas estaban aun apagadas y eso le hacía un toque más romántico. Las calles estaban solitarias a causa del frío.
Harry sacó unas grandes tarjetas de su espalda. Estaba tiritando, tenía unas ganas increíbles de abrazarlo e invitarlo a pasar.
La primera tarjeta estaba en blanco. La tiró al suelo dejándome ver el mensaje de la primera tarjeta. ''Buenas tardes Londres´´ hacía mucho que no me llamaba así. Tiró aquella tarjeta ''Lo siento si te he molestado, pero debía decirte algunas cosas.’’ Siguiente tarjeta ''Lo primero de todo debo pedirte lo siento…’’ ''… siento mi estúpido comportamiento en el campo de fútbol.’’ Iba a decir algo pero volvió a poner su dedo índice sobre sus labios. Siguiente tarjeta ''Ésta escena puede recordarte a Love Actually’’. Siguiente tarjeta ''Y así es, es mi película favorita y me enseñó que no debes dejar escapar al amor de tu vida’’. Siguiente tarjeta ''Sabes que soy un pivón’’. Siguiente tarjeta ''Aquí lo puedes ver’’ decía junto a una foto en la que aparecía él sin camiseta mostrando su tonificado pecho. ''Y ese bombón puede conseguir mujeres como estás’’ dijo mostrando fotos de actrices semidesnudas. ''Pero sólo deseo pasar la navidad abrazado a esta persona’’. En la siguiente tarjeta aparecía una foto mía cuando estaba con él. Tenía un aspecto asqueroso, todos mis pelos estaban recubiertos de palomitas, tenía la camiseta de Gemma que me estaba grande, pero lo que más relucía de la foto era mi sonrisa, una gran sonrisa que aparecía en mi rostro cuando estaba con Harry. ''Pero sólo puedo cumplir mi deseo si esa maravillosa persona acepta. ’’ '' ¿Aceptas Katherine?’’
Me quedé en shock, todo era tan bonito, no sabía cómo reaccionar. Harry captó mal la indirecta, recogió las tarjetas del suelo y se marchó entre la nieve.
Mis descalzos pies corrían sobre la nieve, pero aun así no notaba el frío. Mi corazón latía fuertemente, lo había dejado escapar de nuevo. Tiré sus tarjetas al suelo y lo abracé rodeando sus caderas con mis piernas. Una lágrima escapó, y él la retiró de mi mejilla con su dedo. Besé toda la superficie de su cara, besé sus labios, su cuello.
- Entra en casa – dije –. Hace mucho frío fuera, ¿quieres un chocolate caliente? – dije una vez que estaba en el suelo de mi casa. Aceptó y se sentó en el sillón del salón mientras rebuscaba entre los canales.
El humo del chocolate calentaba mi garganta. Los llevé hasta el salón, y le di uno a Harry. Hizo una señal, y me senté en sus muslos. Estábamos viendo una película un tanto extraña. El protagonista se llamaba Harry, e intentaba encontrar el amor de su vida. Al final de la película, el mismo se dio cuenta que lo que tanto buscaba lo había tenido a su lado todo el tiempo y había sido tan ciego de no darse cuenta.
- Acepto – dije.
- ¿Aceptas?
- Acepto, podrás cumplir tu deseo, podrás pasar tu navidad abrazado a esa maravillosa persona de la que tanto hablas.
- Gracias – dijo, a lo que respondí besando sus labios fuertemente.
Esta era nuestra cualidad, de un día para otro lo solucionábamos todo. Y estábamos juntos de nuevo, olvidando los malos hechos del pasado y sólo recordando los buenos.