ángel [l.s]

Capítulo dos.

Mi respiración se trancó apenas escuché su voz, cuándo reconocí esos ojos verdes y apenas visibles rulos formándose en su cabello, los recuerdos de hace un poco más de una semana me cayeron como un balde de agua fría. Recuerdo muy bien cada una de sus facciones, y es que cada noche antes de irme a dormir la imagen de su rostro viene a mi cabeza y sus palabras se repetían en mi mente como un disco rayado. "Ve a casa, Ángel" No puede ser.

Intento calmar mi respiración y responder su pregunta, pero el miedo me invade y siento como el aire comienza a faltar en mis pulmones. De un momento a otro siento como todo a mi alrededor se mueve y mis manos comienzan a sudar, las paso sobre mis pantalones para secar el sudor pero es una acción en vano, ya que rápidamente obtienen incluso más sudor que el ya secado.

—¿Ángel?— Pregunta Mark. —No Harry, él es Louis mi hijo. ¿Acaso ya se te olvidó que nos va a acompañar por la gira?—

Harry no aparta su mirada de mi mientras Mark habla y sólo logra ponerme más nervioso. Necesito aire.

—Si cariño, es muy lindo ¿Verdad?— Dice Anne colocándose a mi lado y pasando uno de sus brazos sobre mis hombros.

—Louis no seas mal educado, te tienes que presentar con Harry jovencito.— Me reprende Mark.

No soy mal educado, simplemente las palabras no quieren salir de mi boca y siento que me voy a desmayar. Sólo eso. No puedo apartar la mirada de los tatuajes de Harry, sus brazos están repletos de ellos. Los sigo uno a uno hasta que llego a sus hombros y de allí, paso mi vista a su rostro. Observo cómo hace una mueca. Y entiende su mano hacia mi.

—Un placer Louis, soy Harry.— Su tono de voz se siente seco e inexpresivo, quizás sea porque yo no muestro ningún interés en querer hablarle. Y de verdad quiero hacerlo, pero mi cuerpo no responde. Por lo que al ver que luego de unos segundos con la mano extendida y que yo no responda a su saludo, decide retirarla. —Como sea, me largo.— Dice mirando a Anne.

Cuando Harry comienza a caminar hasta su camioneta, escucho la voz de Mark, bueno, los gritos de Mark.

—¡Bonitos modales te está enseñando tu madre Williams!— Puedo ver como una vena se levanta a un costado de su frente. —Estás castigado. De la habitación no sales hasta que nos toque partir a México.— Me grita para luego caminar furioso hasta la lujosa casa.

Mis ojos pican y quiero llorar, me siento humillado y estúpido por no poder responder un saludo. Anne me toma del brazo cariñosamente y me dirige hasta la casa, mientras avanzamos puedo ver a Harry recostado sobre su camioneta observando la escena y quiero que la tierra me trague. Simplemente bajo la cabeza y dejo que la hermosa mujer sea mi guía hasta la enorme casa.

♡♡♡

—Bueno Lou, esta será tu habitación por hoy, disculpa que aún tenga un poco de polvo pero tú papá me dijo hace apenas unas horas que tu mamá te iba a traer hoy.— Dice una apenada Anne mientras abre la puerta de una de las tantas habitaciones de la casa. Es grande, muy grande. Paredes color blanco, cortinas y sábanas azul marino, una excelente combinación. Una cama matrimonial en el centro y dos mesas de noche, una a cada costado de la cama. Un televisor y un pequeño sofá por una esquina.

—No se preocupe Sra. Anne.—

—Oh cariño, no me digas señora, dime Anne.— Toca mi mejilla mientras hace un mojin. —Te dejo descansar Lou, puedes tomar un baño mientras la cena está lista.— Dice saliendo de la habitación.

Observo la cama y me lanzo en ella, sólo quiero dormir y olvidar el mal rato que acabo de pasar. ¿Qué pensará Harry sobre mi? No soy un mal educado ni mucho menos un niño grosero, pero ya son dos las veces que he dejado a Harry con la palabra en la boca.