Capítulo 264

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Días más tarde, las grabaciones ya habían comenzado en Tlacotalpan. Sin duda, las cámaras que filmaban su actuación de novela eran superadas por la de aquellos camarógrafos que sólo buscaban un momento romántico de la nueva pareja de moda.

Los descansos eran un tormento para Dulce y Pablo, quienes muy amablemente debían responder las preguntas de aquellos paparazzis que los perseguían sin compasión. A todas horas, en todo momento, estaban rodeados de cámaras, periodistas y seguidores que lo único en lo que estaban interesados era en su falsa relación. ¿Por qué demonios no valoraban su trabajo?, se preguntaban una y otra vez.

Había pasado ya un mes desde su incorporación a la novela, y el ambiente ya era completamente insostenible. Dulce María no aguantaba aquella presión, aquella invasión a su intimidad. Las exigencias de Pedro y Luis tampoco ayudaban a calmar sus nervios. Lo único que la alivianaba eran sus conversaciones con su compañero de novela, quien también estaba superado por la situación, los desahogos con sus amigas y, sobre todo, sus llamadas.

No había día en el que a las diez en punto de la noche, en su celular no sonase aquella canción, su canción... La muchacha, entusiasmada, atendía al primer tono, ansiosa por oír su dulce voz. Sus charlas se alargaban por horas, aunque nada tuviesen que decirse, eran felices escuchándose el uno al otro. Christopher le preguntaba cómo estaba llevando todo aquello, y la joven le mentía, difuminando sus preocupaciones para no preocuparlo a él también. Su novio la conocía a la perfección, y sabía que no lo estaba pasando bien. Él mismo lo había augurado un tiempo atrás. Además, el greñudo era el primero en averiguar qué ocurría durante las grabaciones, qué salía publicado en aquellas revistas que tanto rechazo le producían, en aquellos programas de televisión de los que nunca hubiera deseado formar parte... Uckermann la hacía reír con sus ocurrencias, eso era lo único que buscaba con aquellas llamadas: hacerla feliz. Si ella estaba bien, él lo estaría también...

A finales del mes de febrero las grabaciones continuaban en aquella localidad jarocha, aunque la novela ya se había estrenado a nivel nacional unas semanas antes, sin cosechar el éxito esperado.

Pedro y Luis ya se subían por las paredes, sin comprender por qué su nuevo proyecto se desvanecía en el aire. Sin dudarlo, decidieron hacer más promoción de aquella pareja que ya no podía ocupar más minutos en aquellos programas, más páginas en aquellas revistas. La situación se le estaba yendo de las manos, mentiras y más mentiras salían de sus bocas, y Dulce María ya no podía más. Cuando los focos se apagaban, la muchacha corría hacia su cuarto, su fiel compañero en aquel duro viaje, junto a la almohada a la que se aferraba todas las noches intentando calmar el llanto en el que se sumía en la soledad de esa habitación. El único que lograba sacarle una tonta sonrisa, era el que ya estaba llamando...

- Chris, ven a México,tenemos que hablar...; pedía la mujer, con un nudo en el estómago ante la decisión que acababa de tomar. 

2.2. Before the moon... (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora