Capítulo 298

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Finalmente, Christopher y Marian retomaron su conversación en uno de los bares de aquel hotel. Tras una cuantas copas, el hombre terminó por confesarle la razón de su desazón.

Entre plática y plática, el teléfono del greñudo comienza a sonar...

- Es Dulce...; comenta el joven, sacando el celular del bolsillo de su pantalón.

- No respondas, ella tampoco lo hizo; aconseja la muchacha.

- Pero...; titubeaba el chico.

- Pero nada, ahora se sentirá culpable y vendrá a convencerte con cualquier excusa...; incidía ella, aumentando el dolor que sentía.

- Tal vez tengas razón...; respondía él, apagando su teléfono tan pronto como dejó de sonar.

- Es más, deberías olvidarte de ella. Alguien que traiciona no merece la pena...; comentaba la joven, acercando su silla a la de él.

- Pero ella no me ha traicionado...; exhalaba el muchacho.

- Por favor Chris, no seas iluso. ¿Conoces a ese hombre? ¿Está entre sus amigos? Tú mismo me has dicho que no... ¿Con qué confianzas lo abraza de esa manera? Algún tipo de relación tendrán cuando se queda a dormir en su casa...; incidía la chica, haciendo más daño en la herida abierta.

- Pero ella no es así. Yo la amo, y ella me ama...; suspiraba él, mientras buscaba algún tipo de justificación a aquellas fotografías manipuladas enviadas por sus amigos.

- No mereces sufrir más... Debes olvidarte de ella, buscar una mujer de verdad, una mujer fiel, una mujer que te ame, que te ame a ti y sólo a ti...; aconsejaba Marian, continuando con sus malas artes de conquista.

- No puedo...; titubeaba el greñudo.

- Sí, sí puedes...; afirmaba la mujer, acercándose a él, posando su mano sobre su cuello, acercando su cara a la suya, logrando que sus labios se fundieran con los de aquel hombre al que le había trastocado todos sus esquemas.

2.2. Before the moon... (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora