Capítulo 272

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Esa semana no había sido la mejor de todas. Varias veces se había derrumbado durante las grabaciones de la novela, la presión era insoportable, aunque por suerte, ya no eran tantos los capítulos que quedaban por grabar... Su ánimo mejoró cuando obtuvo permiso para pasar el fin de semana junto a sus papás en la Ciudad de México.

Sus inseguridades regresaron al comprobar que había pasado más de una hora y Christopher no la había llamado. Ella lo intentó varias veces, pero no obtuvo respuesta. Cada noche hablaban a la misma hora, ¿qué ocurría? Ella misma extrajo sus propias conclusiones, hizo sus propias conjeturas, sumiéndose en un nuevo llanto, ocultándose en la soledad de su cuarto.

- ¿Se puede?; preguntaba alguien tocando su puerta.

Aún tumbada sobre su cama, Dulce María buscó con la mirada al hombre que se encontraba tras esa puerta entreabierta, aunque sabía perfectamente a quién pertenecía esa voz.

- ¿Qué pasó?; decía Christopher sentándose sobre su cama, secándole las lágrimas que aún salían de sus ojos hinchados.

- Que te quiero...; reía la pelirroja, haciendo que se tumbase sobre su cama, abrazándolo como si se le fuera la vida en ello. Se olvidó de todo y de todos. Entre sus brazos, todo estaba bien.

Pasaron la noche del viernes en el departamento del greñudo, mientras que el sábado lo dedicaron a redescubrir esa ciudad que tanto echaban de menos. El domingo almorzaron con Alexandra, y fue allí donde Uckermann le anunció la noticia que su novia aún no conocía...

- Mi amor, ya nos tenemos que ir...; anunciaba el greñudo cuando apenas habían terminado con el postre.

- ¿A dónde? Mañana tengo llamado de tarde, la producción me recoge a las nueve en casa de mis papás...; comentaba Dulce María.

- Ya sé que tenemos llamado en la tarde, pero prefiero llegar a Tlaco esta noche. Así disfrutamos de la madrugada...; susurraba el joven.

- ¿Cómo que tenemos?; preguntaba la muchacha ojiplática.

- ¿Has estudiado los libretos? Adivina quién es el cantante que llega al local de Miranda...; reía el chico viendo cómo los ojos de su pareja salían de sus órbitas.

- ¿Neta?; lo cuestionaba la pelirroja, sin dar crédito a lo que sus oídos acababan de escuchar.

- Sí... Ambos lo estamos pasando mal, unos días allá no nos harán ningún mal. Además, he entrado en los foros... Me da mucho coraje lo que los fans dicen de ti. Eres la mala, la que me dejó. Y yo el pobre herido. ¡Hasta dicen que te odio! Y bueno, digamos que llamé a Pedro y muy "amablemente" accedió a que participase en la novela y promocionase mi canción... Pero ya sabes, somos amigos nena; explicaba el greñudo alegremente.

- ¡Te amo, maldito mentiroso!; chillaba Dulce, abalanzándose sobre él, regalándole un apasionado beso.

2.2. Before the moon... (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora