Capítulo 229

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Dulce María había dejado en aquel cofre algunos de los objetos que habían marcado su relación. Christopher hizo lo propio recogiendo muchos de los recuerdos que colmaban su departamento. Decidieron dejarlo sobre aquella chimenea. Ella guardaría la llave. Juraron no abrirlo, lo harían cinco años después...

- Yo también tengo algo para ti...; susurraba el joven tomándola de la mano.

- ¿Adónde vamos?; preguntaba la muchacha expectante.

- Camina y lo descubrirás...; respondía el chico cuando ya abría la puerta que los llevaba al balcón.

- ¿Y esto?; lo cuestionaba ella, observando un gran telescopio que nunca antes había visto en aquel departamento de la Colonia Condesa.

- Toma...; decía el greñudo tendiéndole un gran sobre.

Dulce lo abrió, aún no daba crédito a lo que sus ojos veían. Frente a ella la imagen de una supernova, la más grande y brillante de las estrellas. A su lado un nombre: Dulce y Christopher. También una fecha: 03/11/2006.

- Mira por el telescopio; pidió él.

- Antes tengo que hacer algo...; respondió la pelirroja, abalanzándose sobre él, dejando caer sus labios sobre los suyos.

- Creo que estamos predestinados...; sonreía Dulce María minutos después, cuando ya dejaba aquel telescopio.

- Muy pronto podremos estar mucho más cerca de nuestra estrella; comentaba la joven haciéndose la misteriosa mientras su novio no podía dejar de mirarla.

- ¿Qué has hecho?; la cuestionaba el muchacho siguiéndola hasta el salón.

- ¿Qué opinarías de un viaje en globo?; proponía la chica mostrándole un par de boletos.

- ¿Neta? ¡Estás loca!; reía Uckermann.

- Por ti... Este fin de semana nos vamos a Teotihuacán; informaba ella entusiasmada.

- ¡Pero antes debemos hacer algo en la Ciudad de México!; carcajeaba el greñudo tomándola en brazos, corriendo hacia su cuarto, dejando ver aquel suelo repleto de pétalos de rosa cuando abrió la puerta.

- Apaga la luz...; pedía él.

- Sabes que me gusta hacerlo con la luz encendida...; refunfuñaba la pelirroja.

- Hoy nos iremos al cielo, haremos el amor bajo las estrellas...; sonreía Christopher tocando el interruptor, haciendo que la estancia fuese iluminada por las estrellas adheridas a aquel techo y que ya brillaban en la oscuridad de un cuarto en el que compartirían todo su amor.

2.2. Before the moon... (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora