una chilena en 5sos [corrigiendo capítulos]

capítulo siete

—¿Lista?

—No. Espera, debería decir que si. —Frunzo el ceño.

—Aguarda, ¿quieres hacer las preguntas? —Ashton alza una ceja. Aguanto la risa al ver la enorme weá que tiene en la cabeza.

Debería hacer artes marciales.

—¿Quieren que sea sincera? —Asienten—. Puede que no. —Me alzo de hombros con una sonrisa burlona.

—¿Entonces por qué dijiste que si a la propuesta?

—Déjense de drama y comiencen a preguntar, niños. —Pongo los ojos en blanco mientras me recargo en la silla. Se miran entre sí y señalan a Luke, quien rendido se inclina hacia delante para hacer la primera pregunta.

—¿Cual es tu...  nombre completo? —pregunta con tono de duda absoluta. Los cabros se ponen a hacer caras burlescas mientras lo abuchean al lanzarle servilletas—. Oh, vamos, ¿que más querían que preguntara?

—Javiera Fernanda Acevedo Orellana —digo antes de que continúen en plan matar al rubio teñido.

—¿Cuál es tu comida favorita?

Uh, buena pregunta.

Mi cabeza viaja por todos los platos típicos que hay, pasando entre el pastel de choclo y las empana's. Se salta la humita y finalmente llega aló que me prende y me hace feliz.

—El asado —respondo finalmente.

Sus miradas de confusión me están sacando los choros del canasta, weón. ¿Por qué chucha tengo que explicar tanto?

—Ay, puta la weá, no sé cómo se dice aquí —murmuro pensativa—. Eh, ¿barbacoa? Creo que así es en gringolandia, pero que más da, estos weones tienen parte gringa así que deben entender, ¿no? —Sigo balbuceando hasta que alguno carraspea—. Oh, si, si, barbacoa con ensalada a la chilena. —Y si, otra vez ponen cara de imbéciles.

¡Ay señor, que hice weón, ¿que hice para merecer este castigo?!

—Tomate con cebolla, aweonaos' —aclaro ya cansada de que no entienda ni una puta weá de lo que quiero decir. Osea, ¿me webiai'?

Se miran mientras sueltan el típico “ah” como cuando alguien entiende algo que no entendía por aweonao'. El excelente ejemplo para eso es estos raros de aquí.

—Dinos cómo y cuándo te enteraste que venías a Australia a vivir con nosotros. —Pide Calum, de brazos cruzados.

—No fue la gran cosa. —Muevo la mano restándole importancia—. Hace dos días me dijeron: “Hey Javiera, te irás a Australia a vivir con unos niños que tocan instrumentos. Lo malo es que saldrás del continente y no volverás a ver a tus amigos. Adiosito” —imito la chillona voz de mi mamá—. Y ya está, en un abrir y cerrar de ojos ya estaba a la mitad del vuelo hacia acá.

—¿Dos días? —exclaman con sorpresa.

—Ajá, fue un poco difícil aceptarlo —admito encogiéndome de hombros.

Se forma un extraño silencio, en donde no hago más que pasar los ojos por todos ellos hasta que vuelven a hablar, dando por terminado el tema anterior. Michael me mira con una ceja alzada y una sonrisa pícara que sinceramente me asusta.

¿Me irá a hacer algo el muy conchetumare?

En un movimiento rápido, agarra a Luke y lo acerca más en mi dirección. Hago mi cuerpo hacia atrás, algo confundida. ¿Qué chucha estos weones?