una chilena en 5sos [corrigiendo capítulos]

✘Capitulo Catorce✘

— ¡Cabros weones!

Chillo corriendo como imbecila por el aeropuerto.

Si weon. Me perdí.

¡Me di vuelta pa' comprar weas pa' picar en el vuelo y los maracos desaparecieron!

Comienzo a creer que son slenderman, altos y se teletransportan ahora los culiaos.

En fin, aquí estoy, con desesperación corriendo de un lado para otro siendo perseguida por un par de fans. A cinco minutos del despegue y puedo jurar que sentí a los aliens (paparazzis qlos) sacarme fotos.

Ahora sí que hice el ridículo.

Me detengo a tomar aire como weona y me apoyo en un guardia más rico que pal con chancho, y hago lo que nunca se me ocurrió, puga que soy weona conchetumare.

— ¿Dónde está el vuelo para Orlando?— jadeé.

— Al otro lado del aeropuerto, señorita.—resistí las ganas de pegarle a cualquier wea que se me cruzara y miré el reloj.

— ¿No estai' webiando? Okay.

Tres minutos.

Vamos javiera, llegó el momento de poner en practica todas las clases de educación física en las que te quedabai' dormida, cuando jugabas a la pinta y te escondiai' en los baños pa' que no te pillaran nunca y no corriai' nada más que cuando la wea de teléfono te decía que le quedaba un porciento.

Es hora.

Gritando como cualquier weona en una película de terror, corrí con todo mi power sin dejar de gritar, no sé, como que le pone más suspenso a la wea.

Hasta que por fin veo al Maikol buscarme con la mirada, con la media bolsa de papas y su teléfono en la otra mano. Corro como endemonia' y me toma del brazo, decidido a arrastrarme si es necesario.

— ¡Hasta que te dignas a aparecer!

Me, literalmente, arrastra hacia adentro debido a que las weas de piernas no me funcionan. Nunca había corrido tan rapido weon.

— ¡Ustedes se hicieron humo!— chillé sentándome entre el teñio y el pato.

— No.— se giró Ashton, que estaba junto al Calum delante nuestro. Con una señora que presiento que nos traerá problemas, intuición de chica con la regla—. Estábamos parados detrás de ti cuando saliste corriendo.

— Oh.— me puse rojita. Ya me cansé de decirlo, pero: puta. que soy. yeta—. ¿Y no me avisaron?

— Desapareciste muy rápido entre la gente.— dijo el negro encogiéndose de hombros.

— ¿Y a este que le pasa?— cambié de tema mirando al luq, que tenía una weas de lentes de sol y las mejillas rojas junto con la nariz. Puta el weon pa' tierno.

— Nada.— intentó mentir, pero al culiao le salió voz de pito.

— ¿Por qué lloras?— fruncí el ceño.

— Es que tu te fuiste y yo... Yo creí...—sollozó con pena, mucha pena, casi irreal.

...

...

...

— Le recordaron la muerte de Mufasa, ¿Cierto? — asintieron divertidos, menos Luke, el solo chilló—. Oh venga mi bebé.

Lo abrazo y acaricio su cabello como lo solía hacer mi mami antes que todo se juera a la verrrrrrrga.

A veces, el rucio macho más varonil del planeta parecía mina de cinco años, y ahí estaba yo como weona consintiendo sus caprichos, y puta, ahora que ando explosiva no sé si sea buena idea.