Narrador omnisciente:
Todos se quedaron en una de las posadas, había gente amable y les hacían compañía, todo parecieran normal como siempre, pero los aldeanos evitaban a algunos de los militares. Después de regresar el vestido, cabello y zapatos de la princesa a la normalidad se dispusieron a dormir.
Como todos estaban cansados del día anterior -y la princesa más al dormir en el suelo y a la intemperie-, fueron los primeros en ir a dormir. Sin pensar en los posibles peligros...
Ya que el mismo grupo de bandidos los habían encontrado y se disponían a atacar de nuevo; pero esta vez tendrían cautela para que el plan saliera a la perfección.
Narra la princesa:
Cuando llegamos al hospedaje (posada) lo primero que hice fue dirigirme al baño o tocador. Necesitaba limpiar mi cabello ya que los materiales con lo que lo tiñeron me estaban molestando.
Edward se ofreció a hacerlo pero tuve miedo que también quitar los otros tintes que tenía mi cabello, eran barios, pero por suerte el tubo cuidado.
(...)
Estaba tan casada que dormiría un ano, me había acostumbrado a dormir en una cama suave. ¿Cuándo paso? Los recuerdos de mi infancia eran muy diferentes, tristes, pero el sueño los quito de mi cabeza.
Horas después...
Parecía ser media noche por el sonido de un reloj que lo anunciaba en la sala, un reloj de piso me despertó y al abrir mis ojos pude ver alunas sombras negras a mí alrededor, al aclarar mis ojos los abrí de golpe: ¡eran los mismos hombres del vagón! ¡Entraron a mi cuarto por la ventana! Pero... ¿si estamos en el segundo piso...?
Me asuste pero ellos me sujetaron por los brazos, después uno se acercó y coloco en mi nariz un pañuelo con un olor muy peculiar, cloroformo. Luche pero fue en vano, me tomaron desprevenida, después de algunos segundos comencé a ver todo borroso. Ellos no esperaron a que terminase de quedar inconsciente cuando sacar unas cuerdas para atarme.
No podía emitir ningún sonido y quería gritar para que alguien me ayudase pero cuando ellos me vendaron los ojos no supe más de mí. No puede ser, esto cambia por completo mi destino, pero a otro que igual no quiero. Es irónico, como siempre termino así, mi destino es morir; ya veo que lo único que puedo cambiar es la fecha y con esto se ha adelantado, lo siento, pero... adiós...
Narra Edward:
—Ahhh... —bostezaba— ¡Dormí bien! —decía feliz.
Ya me hacía falta una noche como esta, en completa paz. Me levante y fui el primero, que bien, ¡el primero en desayunar!
Pero cuando baje a la cocina me encontré con todos...
—Hola —los salude— Buenos días. ¿A qué hora se levantaron?
—Hace una hora... —me respondía uno de los militares que nos acompañaban.
¿¡Que!? Entonces no fui el primero... si no el ultimo...
—Siii...
—Los dejamos dormir a ti y a la princesa. —me decía Mustan— Pero ya es hora de irnos, ve a llamarla. —me ordeno.
No dije nada y me fui, subía las escaleras hacia la segunda planta un poco desanimado.
—Y yo que pensé que había sido el primero... —susurre para mí mismo sollozando.
Llegue frente al cuarto de la princesa y toque la puerta.
—Señorita, ¡ya es hora de levantarse! —dije amablemente, pero no obtuve respuesta— ¿Puedo pasar... ? —abrí la puerta y esta siguió por sí sola, produciendo un sonido por las viejas bisagras.
Pero me congele al no ver a nadie dentro... ¡¡¡Estaba vacío!!! ¡¡¡La princesa volvió a escapar!!!
La ventana estaba abierta, pero no entre al cuarto, salí corriendo para buscar a los demás. Y cuando les dije, casi pasaron por encima de mí, pero todos llegamos al antiguo cuarto de la princesa.
—¡Ella escapo! —dije y fui el primero al hablar.
Al parecer, todos quedaron igual que yo.
—¡No! ¡No escapo! Se la llevaron... —decía Mustan entrando al cuarto.
Él se dirigió a la cama y entre las sabanas encontró una nota.
—Es una carta pidiendo una recompensa por devolverla. —decía pasándole la carta a Armstrong.
—Pero aquí hay una cantidad de dinero y un tiempo para darlo o si no...
Me quede pensando, y una idea llego a mí.
—¡Entonces les daremos lo que quieren! —opine riendo pero todos me miraron confundidos— No se preocupen, ¡tengo un plan!
Narra la princesa:
Cuando desperté ya era de día, estaba atada a una silla, en un cuarto con solo cuatro paredes y una ventana con reja.
Moví mis manos para tratar de liberarme, pero los nudos estaban bien hechos, solo me quedaba esperar. Y varios minutos después un hombre entro al cuarto, junto con otros dos sujetos; tuve miedo, pero no dejaría que me hicieran daño, si tan solo tuviera una oportunidad de escapar...
—¿Durmió bien su majestad? —me preguntaba el que parecía ser el líder burlándose de mi— Fue muy difícil atraparla y perdí a varios hombre, pero la recompensa por usted es muy grande: ¿cuánto estaría dispuesto el rey a pagar por recuperar a su hija?
—"¡Tal vez millones, pero por mí ni un centavo!" —pensé dentro de mi cabeza.
—¿Tiene hambre? —me pregunto. No podía darle una respuesta, al menos no con la mordaza en la boca, y el saco un estetoscopio— Si, su estómago esta gruñendo —decía escuchando y tocando mi estómago— Pues... así pasara, hasta que sean las doce de la noche, a esa hora se realizaba el cambio —camino hasta ponerse a mis espaldas— Claro que si no se realiza... —coloco su brazo en mi cuello y lo apretó levemente— Habrán problemas... —después de pocos segundos me soltó y se alejó— Son las dos de la tarde, ¡Noshua! ¡Owen!—llamo a los hombres que lo acompañaban— Vuelvan a sedarla, no queremos que este consiente, ni aquí, ni durante el cambio. —salió por la puerta.
Esos dos se me acercaron y otra vez, pusieron un pañuelo en mi nariz, estaba mareada, triste, y caí de nuevo; era uno de los momentos en los que no me importaba que sucediera conmigo, siempre y cuando no sintiera dolor, podía morir en paz...
Continuara.......................
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FMA: el alquimista y la princesa!
FanficEsta es la historia que fue omitida en el anime. En ciudad central en el año 1915 a un alquimista le fue asignada una misión. La mas importante de su tiempo: trasladar a la hija del rey de Amestris. La misión era de suma importancia y gran peligro...