Parte II: ¿Protector?

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Parte II: ¿Protector?

Caleb's POV

—¿A qué te refieres?

—Pues... lo que te acabo de decir. Nos volvemos a Inglaterra, hija.

Nua paró su tenedor a centímetros de su boca, impactada, mientras observaba a nuestra madre. Aria le sostuvo la mirada con una sonrisa mientras yo seguía observando divertido la situación. La confusión y la angustia dentro del cuerpo de mi hermana crecía exponencialmente, tanto, que incluso tuve que levantar mi barrera para que no me afectara.

—¡¿Nos vamos de España?!, ¡¿es en serio?! —alzó la voz con molestia—. ¿Por qué?, ¿acaso no estamos bien aquí?

—Pensé que te gustaría la idea —mi madre frunció el ceño, extrañada, mientras pasaba su mirada a mi rostro—. Caleb estuvo muy de acuerdo en irnos, no puso objeción.

—¡Claro que no va a poner objeción, si él no tiene nada que perder aquí! Va a su bola todo el tiempo y nadie se junta con él —Aria posó sus gemas azules sobre Nua con ira mientras yo la seguía mirando con indiferencia. Sus palabras no me molestaban después de todo—. En cambio yo sí que estoy en contra. ¡Tengo toda mi vida aquí, mamá!, mis amigos, mi novio... ¡todo!

Aria suspiró, calmándose poco a poco, y se levantó de su silla mientras recogía su plato.

—Lo siento Nua, pero ya está decidido. Se acabó la discusión.

Mi hermana, que parecía que se le iba a salir humo por las orejas, bajó la mirada hasta su plato conteniendo sus emociones y comenzó a hiperventilar. Parecía una niña pequeña a la que le quitaban su dulce.

Solté una pequeña risa que ella escuchó y volteó a mirarme con rabia. Mi sonrisa ladeada hizo que el último nervio que le quedaba por perder explotara, y Nua se levantó de su sitio con fuerza, golpeando la mesa con un puño y provocando que la silla se cayera hacia el suelo. Mi madre se giró lentamente a encararla y yo ni me inmuté. Después de todo, me esperaba totalmente que en cualquier momento esa fuera su reacción.

Es más, quería que fuera así. Me divertía ver a Nua de esa manera; tan manejable.

—¡NO QUIERO ESTO! —chilló—. ¡NO QUIERO IRME DE AQUÍ!, ¡NO TIENES DERECHO!

Mi madre, con una tranquilidad asombrosa, se giró hacia ella y se cruzó de brazos mientras su voz parecía inalterable. ¿Qué hacía falta para hacerla cabrear? Desde que tengo memoria, cuando notaba atisbos de ira en mi madre, estos se esfumaban al momento. Ella se controlaba con todas sus fuerzas para no perder el control, ¿pero por qué?, ¿por qué nunca se ha enfadado ni explotado? Era tan misterioso....

—¿Ah no? —susurró—. Soy tu madre, creo que sí tengo todo el derecho del mundo de decidir por nosotros, sobre todo cuando aún sois menores de edad.

—Pero no pued-

—Sí puedo, y lo voy a hacer.

Nua rodeó la mesa y se puso más cerca de nuestra madre, desanfiándola de una forma sutíl. La ira y la desesperación estaban cegándola, y no podía creer que llegara a intentar enfrentar a mamá.

Me levanté de mi silla con cuidado por si tenía que interceder y controlar a mi hermana.

—¡¿Por qué ahora?, ¿por qué quieres volver a ese lugar?! ¡Responde mamá! —Aria no se inmutó—. ¡Nunca has pensado en nosotros, en lo que queríamos!¡Sólo has hecho lo que era mejor para tí!

—Nua... —susurré.

—¡Si te fuiste en su momento fue por algo! —vociferó—. ¿Qué?, ¿acaso fue porque huías de nuestro padre? ¿Por eso no quieres que sepamos nada de él, por que él te hizo daño? —soltó una pequeña risa irónica—. Espera, no me digas... ¿somos producto de una violación y no sabes ni quién es él?

El despertar de Caleb |PAUSADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora