Parte IX: Objetivo

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Parte IX: Objetivo

Caleb's POV

Llevé mis manos a mi cabello y lo revolví mientras me sentaba en el sofá del salón.

Kiera se había marchado sin necesitar explicaciones al ver mi impasible rostro. Simplemente ladeó su cabeza y se fue.

No tenía ni idea de qué mierda le había pasado a mamá, y me estaba preocupando por primera vez en mi vida, ¿era así, este sentimiento de angustia? Ya era de noche, y ella nunca se iría sin decir una palabra. Además de que ese plato roto...

Maldita sea, ¿qué estaba ocurriendo?

Comencé a mover mi pie con nerviosismo al pensar que podría haber sido él, ¿y si era papá? ¿y si se la llevó?

-Maldita sea -susurré, cogiendo mi frente-. Joder.

El tintineo de unas llaves en la puerta hizo que alzara la vista, esperanzado, pero cuando esta se abrió dejé salir un suspiro de irritación. Nua entró al salón con una mueca de disgusto en su rostro y pasó de largo cuando llegó frente a mi.

Ahora que lo pensaba, ella no ha estado en casa en todo el día.

-¿Dónde estabas?

Mi melliza se detuvo en mitad de las escaleras y se giró lentamente hasta que nuestras miradas conectaron, y sus fríos ojos azul pálido me descolocaron un segundo.

-¿Te importa?

-Sí, me importa, ¿dónde estabas?

Puso sus ojos en blanco y siguió subiendo a la planta superior, ignorando mi pregunta. Cabreado, la seguí corriendo y me metí de un empujón en su habitación antes de que cerrara la puerta tras ella.

Nua me miró con asco.

-¡¿Qué coño quieres?!

-Mamá no está. Desapareció desde el mediodía y no ha regresado.

-¿Y qué? -se burló-, ¿qué quieres que haga yo? Si quiere irse que se vaya, ya es mayorcita.

Fruncí mi ceño ante su respuesta, incrédulo. Esa no era mi hermana, Nua nunca diría cosas así. ¿Qué bicho le había picado? Ella se preocuparía por mamá más de la cuenta, ¡qué diablos, ella era la única que siempre se preocupaba!

-Estás pasan-

Un ruido proveniente de la cocina en la planta baja nos alarmó a ambos, haciendo que giráramos nuestras cabezas hacia el pasillo. Me detuve en seco y comencé a caminar hasta fuera seguido por mi hermana.

-¿Ves? Ya llegó. Ahora déjame en paz -sentenció impasible para luego cerrar la puerta de su habitación con fuerza en mis narices.

Gruñí.

Bajé de dos en dos los escalones y giré para entrar a la cocina, pero para mi sorpresa no había nadie. ¡Estaba seguro de que se escuchó un ruido! Hice mi mano un puño y golpeé la mesa de madera con rabia. Joder, me sentía tan impotente...

-Caleb.

Me giré hacia la voz que resonó desde algún punto del salón, justo en la entrada de la cocina donde me encontraba. Ese ser que ya antes había estado conmigo se alzaba mientras su cuerpo apuntaba a mi dirección. Por una parte no me sorprendió verlo en mi casa, sin embargo, todavía intentaba cuidar cada uno de mis pasos en su presencia.

De alguna forma me intimidaba, y sabía que no podría hacer nada contra él. Sabía que tampoco lograría hacer que se marchara si así no lo quería, así que intenté relajar mi ira y mis nervios mientras suspiraba.

El despertar de Caleb |PAUSADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora