3: Hermano

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—Bonita espaldera —dijo Jimin, entrando a la cocina para coger comida—. ¿Me dejas que me la pruebe?

Hoseok ni siquiera lo miró. Su cara le daba ya tanto asco que no podía soportarla. El verano estaba haciendo de él un monstruo horrible, y sólo acababa de empezar.

—A lo mejor tienes que usar una silla de ruedas y todo. —respondió Hoseok, cogiendo los cereales que sabía que iba a coger Jimin.

—Dame esos cereales o te juro que no seré el único en usar silla de ruedas.

Hoseok se acercó a él y pasó por su lado tranquilamente. Sonrió una vez Jimin no podía verle y tan solo le dijo:

—Quítamelos.

Ambos salieron corriendo, uno por su vida y el otro por sus amados cereales.

Seohyun y Dongryul los escucharon desde el sofá del salón y se miraron, acostumbrados. Últimamente se perseguían muy a menudo. Sabían que seguían sin llevarse bien, pero si hubieran escuchado las cosas que se decían...

—Si entras, tiraré los cereales al váter. —amenazó Hoseok desde dentro del baño, haciendo fuerza sobre la puerta.

—Acabaré tirando la puerta.

—Eso dices siempre, pero no tienes fuerza... —remarcó Hoseok, riéndose.

—¿Te estás riendo de mí?

—¿No me oyes?

Jimin se apartó de la puerta y se fue a su habitación.

—¿Jimin? —preguntó inocentemente el mayor.

Como no obtuvo respuesta, asomó la cabeza fuera del baño. Imaginó que se habría ido a su habitación, pero...

¿Por qué?

Salió del baño y fue hasta la puerta de la habitación del menor. Llevó la mano al pomo y lo giró directamente.

Mala idea.

La mano de Jimin lo cogió bruscamente del brazo y lo metió rápidamente en la habitación. Lo agarró de los hombros y lo empujó contra la propia puerta.

Del susto, a Hoseok se le cayó la caja de cereales.

—Mira qué fácil ha sido. —sonrió Jimin.

Hoseok no supo ni cómo, pero le escupió en la cara.

—¿Qué? —dijo incrédulo Jimin, asimilando lo que acababa de hacer.

—Que te he escupido. No te enteras.

—Estás jugando con fuego —le advirtió Jimin —. Vuelve a hacer eso y te juro que...

Hoseok le escupió de nuevo.

Sabía que estaría muerto al final de día, pero el placer de ver esa cara de Jimin... Oh, ese placer no se lo iba a arrebatar nadie.

Jimin soltó a Hoseok y se limpió la cara con la mano.

El mayor no tenía ni idea de qué es lo que le estaría pasando a Jimin por la mente en ese momento, pero nada bueno.

Cogió los cereales y pudo irse de la habitación sin problemas. Algo muy malo estaría pasando por la cabeza de ese niñato como para que dejara que Hoseok se fuera así de rositas.

Fue después de cenar. Jimin no había bajado, cosa que a todos les extrañó, dada la devoción que este sentía hacia la comida.

Hoseok pronto descubrió por qué no había bajado a cenar. Subió las escaleras, entró a su propia habitación y vio a Jimin subiéndose los pantalones.

JiHope ➼ Compartimos techoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora